Sin palabras.

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Después de tener aquel encuentro con su alfa, Saeng sintió un cambio en la actitud de ambos. El ambiente indiferente en donde ya se estaban acostumbrando a vivir ahora se volvió un poco más alegre por así  decirlo.

Hyun le daba más atención a su omega y lo demostraba a cada momento cuándo lo abrazaba y no se despegaba de él en ningún momento.

Saeng por su parte parecía escuchar las sugerencias que le daba el alfa, pero no por eso las cumplia.

El día siguiente Hyun salió de la cabaña sin decirle nada a su omega, pero Saeng lo vio adentrarse al bosque y lo primero que pensó fue en que iría a buscar leña, últimamente los días eran demasiados fríos y aún no estaban en invierno. Incluso una espesa neblina rodeaba la cabaña y hacia imposible ver el bosque oculto entre ella.

Desde la primera vez que habló con Miguel, Saeng le siguió dando comida en dos ocasiones, sabía que aunque los alfas pudieran aguantar muchos días sin comer, esté se devoraba la comida como si se estuviera muriendo del hambre.

Saeng aprovechó la oportunidad de que su hermano no estaba para poder hablar con el otro alfa. Al parecer Miguel solo le hacía caso a Saeng e ignoraba las preguntas que Hyun le hacía y en su presencia no hablaba mucho, así que era un momento perfecto para saber lo que realmente ocultaba.

El omega abrió la puerta y lo vio de nuevo tirado en el suelo en la misma posición de siempre, la comida de ayer no había sido tocada y le parecía extraño, tampoco había tratado de romper las cadenas o forcejear un poco con ellas. En su rostro reflejaba tristeza y melancolía.

El plato de comida que traía el omega fue dejado a su lado, Saeng se alejó  guardando distancia, aún no confiaba en él pero se sentó en el suelo a observarlo.

En otras oportunidades el alfa ya hubiese empezado a comer, pero ahora no lo hacía.

- ¿No vas a comer? - Preguntó Saeng en voz baja. El alfa no lo miraba y parecía ignorarlo - ¿Estás bien? - El omega no dejó de preocuparse por él.

Miguel a los pocos segundos lo vio con molestia como si el omega hubiera hecho algo malo, pero como si de bipolaridad se tratase, la expresión en el rostro del alfa se relajo un poco, mostrando un semblante tranquilo.

- Los alfas tenemos los oídos muy agudizados, los escuche, hacen mucho ruido - Declaró Miguel sin mostrar ninguna expresión.

Saeng no pudo estar más avergonzado al pensar que sus gemidos fueron escuchados por ese extraño.

- Admito que tus gemidos me la pusieron dura de inmediato - Sonríe un poco - Pero el asqueroso
olor del alfa me la bajo al instante, hubiera preferido oler el tuyo.

Saeng se quedo congelado sin poder decir ninguna palabra y sonrojarse fue inevitable. La sonrisa que Miguel tenía en su rostro desapareció al verlo sonrojar. Nuevamente dudó por el increíble parentesco con su omega.

- Pensé que era mi omega y su empleado quienes estaban teniendo sexo - Dijo el alfa - Y de nuevo me sentí celoso por ti, no creo en las casualidades y se que por algo te vi en ese lago.

- ¿Quién eres? - Fue la pregunta que hizo el omega para ir directo al grano a lo que quería saber.

- En nuestro primer aniversario le prometí que pasaríamos el mejor día de todos - Miguel ignoró  la pregunta y siguió hablando de su omega como si nada - Pretendía marcarlo esa noche y reclamarlo como mío, pero el desgraciado de mi padre nos encontró - El alfa soltó un pequeño gruñido al recordarlo - fue la primera vez que golpee a mi padre, pero quería lastimar a mi omega y no se lo iba a permitir, ahora me arrepiento de haberlo hecho y no prestarle atención a sus palabras.

- Escucha... - Saeng quería decirle algo, pero el alfa continuó.

- Me prohibieron verlo o lo asesinarian, mi padre no mentía en ese aspecto pero siempre conseguí la manera de llevarlo a escondidas a mi departamento y estar con él... Quizás en ocasiones fui terco y mi comportamiento no era el mejor - Miguel hizo un silencio, parecía querer llorar, pero no lo hizo - Pero yo lo amaba y él siempre fingió hacerlo - En realidad estaba molesto.

- Quizás puedas algún día volver con él - Saeng lo dijo inconsistente
de la situación en la que se encontraba el alfa amarrado.

- No lo creo, si lo llego a volver a ver puede que lo golpee hasta matarlo - Lo dijo tan seguro de si mismo que Saeng le creyó y temió por sus palabras, pero no por el omega, sino por él mismo al tratar de confundirlo por su parentesco - Tú alfa no es un santo después de todo.

Miguel ocultaba algo y era momento de saberlo, él mismo lo diría.

- Te dije que lo había visto en otro lugar, ahora lo recuerdo y no entiendo porque aún no lo han atrapado - Saeng se tenso, él alfa lo sabía todo - Secuestró a su hermano menor, lo alejó de su familia, lo marcó y embarazo siendo el omega menor de edad, esos son verdaderos crímenes que no son perdonados - Una sonrisa se formó en sus labios - Nunca me interesó saber quien era el omega y no quise saber más sobre el tema, pero vaya sorpresa que al protagonista lo tengo delante de mis ojos.

Saeng se colocó de pie en un segundo y su respiración se aceleró a millón. ¿Quién era Miguel?.

- He visto personalmente como los torturan, algunos no aguantan
el dolor y mueren en el proceso - Si Miguel quería impregnarle miedo a Saeng pues lo estaba logrando - No quería ser uno de ELLOS pero mi padre me obligó, es tradición de familiar formar parte de los federales.

Miguel era uno de ELLOS, Saeng fue retrocediendo sus pasos y ahora más que nunca quería estar alejado del alfa.

- Han tardado mucho en encontrarme, pero tarde o temprano lo harán - Miguel estaba seguro que su padre enviaría a alguien para encontrarlo, por eso guardaba tanta tranquilidad.

Saeng salió de la habitación totalmente asustado, sus manos temblaban al colocarlas en su vientre, ¿Ahora que pasaría?, y pensar que ese alfa era distinto.

No sabía si era producto de su imaginación o todavía estaba en trance por lo descubierto, pero no
paraba de escuchar una y otra vez su nombre a lo lejos. Al parecer alguien lo llamaba fuera de la cabaña.

Caminó apresurado hasta llegar a la puerta y se encontró con Hyun corriendo hacia él desesperadamente. Saeng fue tomado por el brazo con fuerza y obligado a caminar dentro de la cabaña.

- Nos encontraron - Soltó Hyun de repente entre jadeos de cansancio. Saeng podría jurar que todo era parte de otra pesadilla.

El omega fue llevado hasta la cocina donde Hyun movió la pesada mesa y abrió una puerta que se podía confundir fácilmente con el suelo, pero era una puerta que daba a un oscuro lugar parecido un sótano.

Saeng no tuvo tiempo de decir alguna palabra todo paso demasiado rápido para hacerlo.

- No podrán olerte - Hyun aprovechó esa extraño habilidad de Saeng - Yo los distraere, solo quedate adentro sin hacer ningún ruido hasta que todos ellos se vayan - ¿Que quería decir con distraerlos?, lo atraparian.

Antes de ser encerrado, ambos se dieron un largo beso, uno donde todos sus sentimientos eran demostrados con ternura, sería el último beso y no querían separarse. Las manos de Hyun al besarlo acariciaron el vientre del omega y se sintió sin fuerzas por un momento, todo terminaría de una forma que nunca planearon pero que siempre pensaron que sucedería.

No era tiempo de decaer, el alfa tendría que ser fuerte por su familia. Las lágrimas descendían por las mejillas de Saeng sin parar.

- Te amo - Susurro el mayor al separarse de sus labios. Esa no era la forma en la que Saeng quería oír aquellas palabras.

Y antes de que pudiera responder con un "Yo también" la
puerta del sótano fue cerrada y la mesa nuevamente colocada encima para cubrirla.

Hyun Salió corriendo por la parte de atrás de la cabaña y a la vez una decena de federales entraron destruyendo todo lo que había en su camino...

El único delito que los hermanos habían cometido fue enamorarse...

Mi hermano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora