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Con el paso del tiempo, Khaleesi había aprendido perfectamente a fingir que todo está bien en su vida, que no tenía problemas o que, simplemente, estos no la afectaban, pero cada año era peor, cada siglo se hacía más insufrible el hecho de ser inmortal, en un principio la gustaba, pero cuando aquellos a los que ella quería, apreciaba y protegía morían... La recordaban que todos conseguían la paz, todos menos ella. Y tal vez, con los sucesos que estaban ocurriendo la hacían recordar esa eterna agonía que más de una vez quiso poner fin.
—¿En qué piensas?— Preguntó Lydia mientras conducía, haciendo que Khaleesi regresará a la realidad y se olvidará, momentáneamente, de esos problemas que parecían perseguirla.
—En nada.— Respondió rápidamente la vampira, mostrando una sonrisa.
—¿Segura? Es decir, estás más rara de lo normal.— Comentó mientras la miraba buscando saber que podía pasarla, pues de lo que la rubia-fresa se había dado cuenta era que Khaleesi podía mentir muy bien, pero su mirada siempre la diría la verdad de lo que la ocurría.
—No es nada, Lydia.— Volvió a repetir, pero no para convencer a su amiga sino para convencerse a sí misma.
—Yo creo que sí que lo es. Pero todos tenemos nuestros secretos.— Respondió Lydia mientras ambas entraban en el aparcamiento del instituto. —Como Allison.— Puntualizó justamente cuando la cazadora se ponía a su lado y las miraba extrañada.
—¿Que pasa conmigo?— Preguntó Allison confundida, mientras miraba a Lydia.
—Que guardas secretos, como que mantienes a escondidas tu relación con Scott.— Explicó con seguridad Lydia, haciendo que la vampira y la cazadora la mirasen sorprendida, ya que desconocían cómo ella se había podido haber enterado. —Y lo se, por qué ayer cuando hable contigo había alguien más. Y dudo que en dos semanas hayas conseguido un nuevo Romeo.— Añadió con suficiencia mientras se dirigía a la entrada.
—Cambiando de tema. ¿No recuerdas nada de esos dos días?— Preguntó Khaleesi mientras las tres caminaban hacia la entrada.
—Lo llaman estado de fuga por no decir «No sabemos por qué no recuerdas haber corrido desnuda durante dos días».— Las explicó Lydia con tranquilidad y con ironía. —Pero no me importa. Bajé cuatro kilos.— Añadió con orgullo haciendo que las dos chicas se mirasen divertidas.
—¿Lista para esto?— Preguntó Allison sonriendo, sabiendo que aquello podría ser difícil para Lydia.
—Por favor, ni que mi tía fuera una asesina en serie.— Respondió la rubia-fresa haciendo que Allison se removerá incómoda.
