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Khaleesi abrió los ojos encontrándose con que estaba en su casa. Pero no la de Beacon Hills, sino en la de Florencia. La vampira frunció el ceño confundida, mientras se levantaba de la cama y miraba a todas partes extrañada al no saber cómo había llegado hasta allí.
Su último recuerdo era el olor de la magia, después de ello todo estaba en blanco. No sabía que había pasado, pero lo más curioso de todo, era el dolor que sentía por todo el cuerpo y la sensación de que estaba en paz. Pero aquello no era realmente cierto. Ella jamás había conseguido estar en paz consigo misma.
Aunque Khaleesi apenas tuvo tiempo para pensar en ello, alguien había llamado a la puerta y, aunque la parecía extraño lo que estaba pasando, decidió abrir.
—¿Henrik?— Dijo sorprendida al ver a su hermano pequeño tras la puerta.
***
—Es muy extraño.— Dijo Deaton mientras le hacía un corte a Khaleesi el cual curo extremadamente rápido.
—No solo su curación. La tormenta de afuera está siendo causada por ella. Se está descontrolando.— Explicó el vampiro mientras miraba al veterinario.
—Si la han inyectado algo para matarla, debe de llevar roble blanco.— Intervino con obviedad Aria.
—He visto lo que hace el roble blanco, y no actúa así. No cuando es ceniza. Debe de llevar algo más.— Aseguró Asher mientras caminaba nervioso por el salón.
—¿Y que más puede llevar para que esté reaccionando de esta forma?— Preguntó Derek que estaba sentado al lado de su hermana.
—Pronto lo sabremos. Es Klaus.— Respondió Asher descolgando la llamada y poniendo el altavoz.
—Espero que mi hermana salga de esta o me encargaré de mataros a todos.— Anunció de primeras Klaus.
—Siempre es un placer hablar contigo, Klaus.— Respondió sarcásticamente Asher.
—Según una bruja, bastante poderosa de Nueva Orleans, alguien ha conseguido ceniza del árbol que Mikael quemó. Algo imposible teniendo en cuenta que lleva quemado mil años. Pero eso no importa. Lo que la han inyectado es una aleación de distintos venenos. Verbena, cenizas de roble blanco, ceniza de cerval y algún veneno más para criaturas sobrenaturales.— Explicó el híbrido haciendo que Deaton frunciera el ceño al escucharle.
—¿Como podemos curarla? Apenas parece que este con vida.— Comentó Deaton mientras todos esperaban la respuesta del híbrido.
