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La magia negra siempre había sido parte de la magia que nunca había llamado la atención de Khaleesi, era una magia a la que recurría cuando estaba en desesperación y, aunque no lo parecía, ella ya estaba desesperada. La llegada de Mikael era inminente y la aterraba el hecho de que cumpliera su amenaza, por eso Khaleesi se preparaba para enfrentarse al hombre que la había enseñado a usar una espada como a sus hermanos.
La Original sabía que no tendría ninguna oportunidad contra él, no por el hecho de la fuerza, sino por qué al igual que Esther, ambos sabían cómo herirla verbalmente. Pero aquello realmente no la preocupaba, Khaleesi tenía asimilado cuál era su deber y sabía que la magia negra no solo atrasaría lo que era inevitable, sino que también la volvería inestable en relación con la magia, permitiendo que pudiera tener una oportunidad contra Mikael. Ya que la primera vez que se enfrentó a él lo había hecho por Klaus, para que tuviera su venganza, pero ahora era ella la que reclamaba esa venganza y Khaleesi sabía que la iba a conseguir.
—No hay nada para saber dónde Peter se está escondiendo.— Informó Khaleesi a Derek mientras entraba en la vieja casa de los Hale.
—Estará escondido para que no le matemos.— Dijo Aria cruzada de brazos. —He ido a mirar la barrera, no creo que pase de esta noche.— Añadió la mujer lobo haciendo que Khaleesi tensara con fuerza su mandíbula.
—Intentare prolongar su caída hasta que encuentre un forma de matarle.— Respondió con frialdad.
Saber que la barrera estaba, literalmente, por desaparecer hacía que la Original sintiera miedo. Aunque se vía preparada para enfrentarse a Mikael, una parte de ella era incapaz de hacerlo. Khaleesi sentía que no podría hacerlo, que en el momento de luchar se bloquearía y sería incapaz de hacer lo que realmente debía de hacer. Vengar a todos aquellos que habían muerto por él, empezando por Uther.
—Esperaba una bienvenida algo más acogedora.— Comentó Peter justamente después de detener un trozo de cristal que Derek le había lanzado en dirección a la yugular.
—¿Acogedora?— Comentó Aria sarcásticamente para después golpearle, acto al que su hermano se unió mientras la Original se sentaba sobre una mesa y hacía aparecer su espada a la cual comenzó a examinar.
Aunque no sabía si iba a usarla, Khaleesi siempre había tenido la manía de asegurarse de que estuviera lista para cualquier contratiempo, y teniendo en cuenta que Peter ya había aparecido y Mikael no tardaría en hacerlo, ella prefería tener una segunda opción por si la necesitara.
—Me habéis dejado claro que no soy bienvenido. Ahora, podéis dejar que os ayude.— Al escucharle, Khaleesi levantó la cabeza de su espada y le miró de forma amenazadora, para después cerrar su mano lentamente haciendo que los huesos de Peter comenzaran a romperse haciendo que él gritara por el dolor.
