Capítulo 1: El cuerpo.
"De todas las historias de amor que se escriben a diario, la nuestra fue creada para encontrarnos bajo el manto consagrado de la divinidad. Luces perpetuas, llanto amargo, susurros moribundos. Luna de mi vida, sol de mis días, estrellas en mi camino. Cansancio obsoleto que respira en mi boca, vida me das."
Cartas a la Luna / R.W.
—¡Lyra! —grité por cuarta vez. Mi padre permanecía sentado mirando por la ventana, como si estuviera esperando la visita de alguien importante con la ansiedad en sus ojos y el brillo que solía iluminar su mirada cuando pensaba en mamá. Ese amor casi indestructible por parte de Eros Stone me parecía mágico. Había cierta belleza en aquella espera ingenua.
Con una sonrisa me acerqué y le di un beso en la frente. Los fantasmas escaparon de su mirada y algo más lúcida la posó sobre mí.
—Te ves preciosa, dulzura —le guiñé un ojo.
—Es que me ves con amor, papá —él negó riendo—. ¡Lyra, quinta vez! —exclamé alzando la voz hacia el techo.
—¡Ya! ¡Es que no encuentro el cuaderno! —gritó la voz ahogada de mi hermana desde el segundo rellano. Mi padre me miró como si intentara infundirme paciencia, pero aquel concepto no estaba entre mis características más destacadas.
—¡Deberías haber ordenado tu mochila ayer! —en ese instante tocaron la puerta y Leo, mi otro hermano menor, se adelantó. Era Abel Kirkwood, el mejor amigo de mi hermana.
—Hola, ¿Lyra está lista? —preguntó, aún comiendo un emparedado. Le hice un gesto con la mano para que entrara y eso hizo.
—No, aún no está lista...
—¿Quién dijo que no? —me interrumpió ella bajando las escaleras corriendo. Me daba un escalofrío cada vez que la veía hacer eso, en cualquier momento se quebraría el cuello. Besó a mi padre, tomó la mano de Abel y los dos salieron presurosos de la casa. Era el primer día de clases, y en el pueblo era uno de los acontecimientos más importantes del año. La verdad es que Timorville no era un lugar muy entretenido teniendo en cuenta que el inicio de clases era una de las fechas más emocionantes, pero a mí me gustaba y no necesitaba nada más.
—¿Nos vamos? —preguntó Leo ansioso y yo asentí. Recogí un suéter y mi mochila, y luego miré a mi padre.
—Me llamas si necesitas algo. Dejé la comida en el horno y Kilian dijo que vendría más tarde para saber si necesitabas algo. Lo más probable es que Simone también venga —Entorné la mirada—. No permitas que se maten, por favor —Papá asintió sonriendo.
—Ve a trabajar tranquila, Lu.
—Lyra y Leo llegarán pasado el mediodía, pero yo me quedaré hasta más tarde en el instituto.
ESTÁS LEYENDO
La casa del bosque [COMPLETA]
Paranormal"El infierno fue creado en Timorville y el bosque de las almas, es su corazón" La calma en la vida de Luna Stone tiene los días contados. El aparente suicidio de una de sus estudiantes alarma a todo Timorville. El miedo se instala en los habitantes...