La casa del bosque [COMPLETA]

Capítulo 11: Dos teorías

"El miedo juega con tu cabeza, juega con las heridas abiertas. El miedo no se apiada de almas bondadosas, su misión es verlas sangrar. Tu misión es luchar hasta vencer los miedos, cada uno de ellos. Aquel que está detrás, solo tiene ojos para ti. Te mira divertido, no gires... porque eso es lo que él quiere"

Cuentos de la muerte / R.W.

—¿Compraste todo?

—Sí, la lista completa.

—¡Gracias!

—¿Dónde está papá?

—Quería dormir un rato, me pidió que lo despertara cuando llegara Eva porque la quiere conocer —Miré la hora.

—¿Abel irá por ella?

—No, su hermano la viene a dejar —Puse los ojos en blanco y resoplé.

—Deberías ser un poco más agradable con él —Lyra y yo llevamos las bolsas a la cocina y comenzamos a sacar los ingredientes para las pizzas.

—Ay, Lyra. Debes admitir que el tipo es desagradable.

—Es lindo —Sonrió mi hermana. Saqué el queso de la bolsa y la miré enarcando una ceja.

—¿Te gusta el hermano de tu amiga?

—¡No! —Replicó ruborizada—. ¿Cómo puedes decir algo así? —Lyra sacó las gaseosas y las guardó en el refrigerador. Esbocé una sonrisa tierna mientras la miraba.

—¿Te acercaste a Eva por Milo?

—¡No! —Se acomodó el cabello en un moño alto y desordenado y me miró con elocuencia—. Te recuerdo que eres tú quién elije hombres mayores, no me endilgues tus preferencias.

—Creí que lo tuyo con Abel era serio —Lyra frunció la boca y luego dejó escapar un suspiro.

—Yo también —La miré con atención y luego apoyé las dos manos sobre el mesón.

—Abel siempre ha sido un apoyo para ti.

—Lo sé.

—Mira, sé que de la última persona que quisieras recibir un consejo es de mí...

—¿Pero?

—Lo haré de todos modos.

—Por supuesto.

—Abel creció contigo. Fue tu gran apoyo cuando mamá se fue de casa.

—¿Qué relación tiene mi madre en todo esto?

—Solo quiero que entiendas la magnitud de lo que Abel significa en tu vida.

—Sé lo que significa Abel en mi vida.

—Bien, eso es estupendo. No te dejes llevar por las apariencias... además, eres demasiado pequeña para Milo. Él ni siquiera debe saber que existes —Lyra me observó con dureza.