Capítulo 13: El juego comenzó

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"Quiero cerrar los ojos y olvidar tu nombre

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"Quiero cerrar los ojos y olvidar tu nombre. Quiero apretar las manos y olvidar el roce de tu cuerpo. Quiero matar mi corazón y olvidar la emoción que siente al saberse enamorado de ti. Quiero abrir los ojos y engañar a la ilusión. Quiero abrir mis manos y tocar la fantasía. Quiero que mi corazón vuelva a la vida y sonría porque, aunque añore el olvido, tu recuerdo es lo único que me hace sonreír con alegría"

Extracto del poema X del incógnito.

—Ahora no puedo.

—¿Cuándo puedes, Ewan? —Murmuré enojada mientras me sentaba en la cama. Él resopló agotado del otro lado del teléfono. Levanté las piernas a la cama y las envolví con el brazo desganada—. No nos vemos hace una semana y la última vez que nos vimos me prometiste que pasaríamos tiempo juntos.

—Lo sé, Lu —Pude escuchar como arrastraba una silla y luego se dejaba caer en ella—. Lo siento, cariño. Necesito resolver algunos problemas, quiero tener la mente despejada contigo y si no soluciono esto, no podré estar tranquilo.

—¿Y tus prioridades?

—Eso no está en discusión.

—¿Siempre será tu trabajo?

—Eres tú.

—No es lo que parece —Hubo un silencio que me hizo cerrar los ojos.

—¿Qué mierda está pasando, Luna? —Bajé las piernas de un salto y alcé las manos haciendo ademanes.

—¡Dime tú qué es lo que está pasando! Hace una semana que no nos vemos y tampoco es que este pueblo sea tan grande. Mis hermanos te han visto ¡Incluso la señora Dolores!

—No fui a visitar a la señora Dolores, mi amor —Sabía que estaba sonriendo y eso no hizo más que cabrearme—. Fui a comprar, me quedé sin leche y los cereales solos son un asco.

—Te podrías comer una caja entera de cereal sin leche.

—Sí, pero esta mañana me apetecían con leche —Dejé escapar un hondo suspiro. Estaba agotada, tenía un montón de cosas en la cabeza y necesitaba a Ewan.

—Te extraño, pero no volveré a llamar. Cuando decidas que tienes tiempo para mí...

—Nunca me he quejado cuando me llamas al trabajo.

—Me molesta pedir que hagas un espacio en tu agenda para mí.

—Estás exagerando, Luna. ¿A qué se debe este drama?

—No es un drama ¡Te extraño! ¡Quiero pasar tiempo contigo!

—Y yo, cariño. Pero esta investigación es importante y...

—Está bien, entiendo. Nuestros trabajos son sagrados, eso lo sé desde que te conozco. Pero me preocupa que cuando nos casemos sobrepongas tu...

—¿Casarnos? —Lo más probables es que él hubiese estado sentado en una postura relajada, porque de pronto el ruido al incorporarse me hizo arquear una ceja—. ¿Tomaste una decisión —Ewan siempre ha querido darle una formalidad a nuestra relación. Cuando cumplimos un año juntos me pidió matrimonio. Dijo que él estaba seguro, que sabía que yo era la mujer de su vida y que no tenía que pensar mucho al respecto. Sin embargo, también me pidió que lo pensara. Él era mucho mayor que yo, y sabía que la diferencia de edad era un tema para Ewan. De cierta manera quería que yo viviera todas aquellas experiencias antes de tomar la decisión. Él no quería ser el causante de limitar mi vida, no quería que los once años fueran un obstáculo en nuestras vidas. Por eso, cuando me pidió matrimonio simplemente dijo que era una proposición seria, pero que me podía tomar todo el tiempo que necesitara hasta que estuviera segura. Nunca me presionó, y ese simple detalle hizo que me enamorara más de él. Mi vida con él era tranquila, era lo que quería y esperaba. Pero sabía que yo era una mujer con muchas trancas emocionales, y quería hablar con mi madre. Quería una charla normal con mi madre, quería que ella fuera la primera en saber que Ewan me había propuesto matrimonio.

La casa del bosque [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora