Quinta casa

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*Así se fue pasando el tiempo cuando el rubio contaba su ingreso al santuario, al igual de quienes eran esta clase de caballeros dorados que defienden a la diosa en el santuario, aparte de sus habilidades naturales que portaban los que crecían en el mismo continente que el.*

Dohko: raro, nunca había escuchado de ese continente.

Shion: es porque solo existe una sola parte de éste.

Dohko: si ya lo has dicho, pero solo digo que es interesante que haya algo como eso, además de que eso explica mucho sobre tus poderes.

Shion: así es.

*Los dos continuaron subiendo las escalinatas cuesta arriba para la siguiente casa.*

Dohko: entonces las casas que estan aquí representan los signos zodiacales orientales?

Shion: si, pueden interpretarse como las constelaciones viven en los aposentos de los dioses.

Dohko: muero por ver a los demás, aparte de conocer a esas armaduras doradas que mencionas.

*La sonrisa del castaño estaba ampliada, nuevamente con ánimos de que su nuevo amigo pudiese tener la capacidad de hablar con el a estas instancias que eran nuevas para el castaño y algo interesantes a su punto de vista, así mismo como lo era el hablar fluidamente con el rubio por cada escalón que subían.*

Dohko: woaah... Mira esta vista!

*Decía en lo que miraba hacia abajo en una hermosa vista del pueblo y sus alrededores, las aves volando cerca de ellos en el cielo, el viento rozando sus caras con más frecuencia lejos de lo que el suelo no podía dejarles en dichoso proceso, los dos se quedaron algo inmóviles para contemplar aquella hermosa escena que les dejaba la altura antes de continuar subiendo a la siguiente casa cuya movilidad parecía que si hacía notar que había alguien, por lo que tras ese ruido prefirieron tocar la puerta primero.*

Ilias: ¿quién anda ahí?

Dohko: con su permiso, necesitamos pasar por aquí urgentemente.

Ilias: no pueden hacerlo hasta que les de autorización.

*Los dos con cuidado fueron entrando mirando el interior de la casa, todo era sumamente amplio, algo reluciente pero parecía algo cerrado, similar a un pequeño laberinto para algún instinto en especial, y como escuchaban a lo lejos un pequeño niño de mas o menos la misma estatura del castaño iba llegando frente a los dos con una seriedad bastante obviada, el como estaba parado frente a ellos en total silencio lo dejaba en claro, así que de la forma mas clara debían de tratarle.*

Dohko: lo sentimos, pero necesitamos pasar a ver el patriarca.

Ilias: muy pocos ven al patriarca, a menos que sea un asunto sumamente importante.

Dohko: es que lo es, su alumno Shion necesita verlo en persona para aclararle algún asunto importante.

Ilias: ¿aclarar un asunto?

Shion: si.

*El muchacho que cuidaba la casa se cruzo de brazos llevando una mano a su mentón elevando así su mirada al techo.*

Ilias: ya veo... Aun así... No puedo dejarles pasar... A menos que cumplan un requisito especial.

Dohko: ¿como cual?

Ilias: vengan conmigo.

*Los dos extrañados se acortaron de hombros antes de seguirle por detrás en los mismos pasos por la sala de la casa cuyos rugidos parecían ser los de un felino sumamente grande que los estaba vigilando en todo el camino hasta que llegando a las cercanías de una de las ventanas podía presenciarse un pequeño jardín con una calma totalmente especial.*

Ilias: necesitó que busquen lo único que no concuerde con el ambiente, solo así los dejaré pasar.

Dohko: ¿nada mas eso?

Ilias: así es.

Dohko: simple lo podrías haber buscado tu...

Ilias: la regla dice que nosotros no podemos ayudar con las tareas en mandadas a los visitantes.

Dohko: eso se puede ver.

Ilias: bien, tienen una hora y media para encontrarlo, así que mucha suerte.

*Dijo un bastante calma en lo que miraba como los dos se iban alejando en busca de "aquello" que no encajase en ese pequeño pero hermosamente cuidado jardín, separándose suavemente para ir rodeando todo terreno posible en lo que andaban buscando, sin decir algo, sin mirarse en todo el trayecto ya que todo parecía concordar con el ambiente.*

Dohko: mmm esto es difícil.

*Y el reloj de arena no estaba de su lado.*

Dohko: Shion, ¿pudiste ver algo?

*El mencionado negó con la cabeza para dejar que el castaño soltase un suspiro de cansancio dejando las manos sobre sus caderas.*

Dohko: es raro... Revisamos las plantas, el césped, e incluso las flores, no hay algo que no encaje con un ambiente natural.

Ilias: les quedan 40 minutos.

*Los dos estaban enredados mentalmente pues no estaban muy acordes a lo que estaban viendo, sabían que algo no estaba del todo bien y por más que buscaban darle vuelta no lo lograban.*

Ilias: 20 minutos!

*El castaño literalmente estaba que se reventaba la cabeza buscando la solución.*

Dohko: ¿solo una diferencia en este jardín dentro de tu casa?

Ilias: así es.

*Y entre pensamientos el castaño lo pudo entender.*

Dohko: ¡eso es! Shion esa es la respuesta!

Shion: ¿cuál?

Dohko: ¡es el jardín! Estamos adentro de un templo, me dijiste que solo pueden habitarlos los que aspiran ser caballeros, y cualquier cosa que no entrase en concordancia en parte a ellos no pertenece!

*En ello señalo al ajeno.*

Dohko: tu tienes un jardin pero está afuera, pero por alguna razón trajiste parte de ello para sentirte como afuera.

*El ajeno a ellos sonrió ampliadamente sin dejar de tener los brazos cruzados.*

Ilias: lo hice por un favor que le debo a Asmita, pero estás en lo cierto.

Dohko: siiiiii!

Ilias: sin embargo.

Dohko: ¿eh?

Ilias: trata de no alzar mucho la voz cuando estés cerca de la siguiente casa.

Dohko: ¿se puede saber?

Ilias: ¿le dijiste Shion?

Shion: estaba por hacerlo...

Ilias: bueno, les deseo mucha suerte viendo al patriarca.

Dohko y Shion: gracias.

*Y así los dos continuaron el camino lejos de aquella casa de olor a hierva de gato con rumbo lejano a la siguiente casa en donde su silencio brilla por su presencia.*

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