Dos semanas después...
—¡Hijo! —escuché el grito de mi madre desde el primer piso.
—¡¿Sí?! —respondí sin despegar la vista de las páginas del libro nuevo que había adquirido.
—¡Ven aquí! —gritó nuevamente y con pesadez me levanté de la cama para bajar a la sala donde mi madre me esperaba.
—¿Qué sucede? —pregunté ya estando frente a ella.
—Necesito un favor. Andrea, la vecina... me invitó a salir y su esposo no está, así que Dany se quedará aquí un rato. Alex ha decidido ir con nosotros.
Bien, eso no sonaba demasiado bien en lo absoluto. Vi como mi hermano se despedía de mí por la ventanilla del auto con una enorme sonrisa malévola. Bufé y cerré la puerta.
—¡Hola, Logan!
Me llevé una mano al pecho, ¿de dónde demonios había salido?
Llevaba una enorme sonrisa plantada en el rostro, sus manos escondidas detrás de ella. Había descubierto, después de dos semanas de estar aquí y que Dany prácticamente ya viviera en la casa, porque jugaba demasiado con mi hermano, era que ella era demasiado impredecible. No podía contar ya las veces en las que me había sacado enormes sustos y a veces tendría unas enormes ganas de golpearla.
—¿Qué tienes detrás de ti? —pregunté con miedo.
Alex se llevaba genial con Dany, yo en definitiva no.
—Es para ti, es sorpresa... no la arruines, cierra los ojos —no, definitivamente no cerraría los ojos. Mi confianza en Dany era nula.
—¿Qué es lo que tienes ahí? Deja de jugar.
—¡Cierra los ojos! —dijo con el ceño fruncido, parecía molesta.
Cedí, porque era demasiado cobarde para saber cómo sería esta chica enojada. Escuché unos pequeños movimientos y una que otra maldición murmuraba por lo bajo.
—Bien, abre los ojos —abrí primero un ojo para asegurarme de que no había algún animal muerto o algo por el estilo. Me relajé entonces cuando vi lo que tenía entre sus dos manos.
—¿Pastel? ¿Para qué?
—Yo... quería comerlo contigo. Es de chocolate con relleno de chocolate y betún de chocolate... como te gusta. Es decir, Alex me dijo que te gustaba mucho el chocolate —dijo con una poco acostumbrada sonrisa tímida.
Era cierto, yo vivía y respiraba por el chocolate. Se me hizo un gesto bastante lindo, uno que no ha tenido desde que hemos llegado. Le sonreí y acepté el pastel, regresé a la cocina por unos tenedores y le dije que fuéramos a la sala para comerlo.
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¡Infantil! | EDITANDO
Teen Fiction❝ ¿No crees que eres demasiado infantil? ❞ ❝ No, y gracias ❞ ESTA NOVELA ESTÁ EN EDICIÓN, MUCHAS COSAS VAN A CAMBIAR. :D