Veamos películas de terror, decían. No dan miedo en realidad, decían. Todo es ficción, decían.
Pues ficción mis bolas, las letras amarillas que formaban las palabras «basado en hechos reales» era suficiente para mearme encima. Ni siquiera Alex se veía tan asustado como yo, Dany se veía tan tranquila mirando la pantalla como se tratara de un maldito programa para niños.
El incidente de Dany entrando a mi habitación en la madrugada fue olvidado como si se tratara de cualquier cosa, aunque aún seguía dudando de la confianza que podíamos tener en la chica de cabellos azules. Había algo en ella que simplemente no terminaba de cuadrarme del todo, mi mente era exagerada en ocasiones y la idea de que la vecina fuera una psicópata en potencia no parecía tan mala, ella mataría a toda mi familia y después de dos semanas encontrarían nuestros cuerpos podridos.
O como sea, la película me estaba trastornando demasiado, las ganas de quitarla eran grandes pero mi mejor movimiento fue escapar de ahí antes de que se pusiera demasiado sangrienta por el bien de mis nervios, de mi estómago y de los otros dos que estaban viendo la película más violenta, terrorífica y brutal que mis ojos jamás han observado.
Mis pasos se dirigieron a la cocina en busca de un vaso de agua que lograra calmar mis nervios disparados, incluso podía notar mis palmas sudorosas y las manos temblorosas. Me serví el agua con cuidado y cuando estaba por llevar el vaso hacia mi boca con la intención de tomar, unas manos se escabulleron por toda mi espalda haciéndome saltar del susto y un grito —nada masculino, hay que aclarar— escapó de mi garganta, el vaso de vidrio cayó al suelo haciendo demasiado ruido.
Las risas de Dany eran una joya y seguro mi expresión era de fotografía, podía sentir incluso la mueca en mi rostro. Me lleve una mano al pecho a la vez que me sostenía de la mesada para no caer desmayado en el suelo lleno de vidrios y agua. Mi corazón latía acelerado y desesperado por el inmenso susto que me metió la muy...
—Estúpida —dije con un odio bastante notable pero ella no se lo tomó a mal, siguió riéndose de mi desgracia—, ¡pudiste haberme matado!
—No era la intención —dijo entre risas—, debiste ver tu cara.
Imitó mi expresión de horror y debo admitir que debió de ser gracioso verme hacer tales muecas, por lo que solté una pequeña risa también en busca de disipar los nervios que me crispaban la piel. Respiré profundamente varias veces con la intención de calmarme hasta que lo logré y por fin las risas de Dany se apagaron hasta ser casi nulas.
—Ten cuidado —le dije mientras me agachaba para recoger los vidrios, ella iba solo en calcetines los cuales ya estaban mojados por el agua regada. Recogí los pedazos más grandes en una mano.
Cuando me levanté, sin esperar ver a Dany tan cerca de mí. Me volví a espantar, pero esta vez no fue tan intenso como antes, ella sonreía de manera enorme, los vidrios en mi mano volvieron a caer sobre el suelo haciendo otro estruendo.
—¿Qué haces? —pregunté confundido, porque tenerla tan cerca se volvía extraño.
¿Y si de verdad era una psicópata en potencia?
—Sólo que tienes lindos ojos —y rió de manera tierna que hasta cierto punto me causó escalofríos. Me eché hacia atrás pero fue en vano porque ella se movió hacia adelante para llegar al punto en que su nariz rozaba la mía de manera obvia.
—Aléjate —dije tratando de sonar tranquilo, pero los nervios volvieron a invadirme de algún modo, las palmas igual de sudorosas y las manos temblando quizás peor que antes—. Daniela.
—Logan...
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ah. ola. lo dejo aquí y me voy. besitos.
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¡Infantil! | EDITANDO
Teen Fiction❝ ¿No crees que eres demasiado infantil? ❞ ❝ No, y gracias ❞ ESTA NOVELA ESTÁ EN EDICIÓN, MUCHAS COSAS VAN A CAMBIAR. :D