✓ Capítulo 1

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—¡Hemos llegado! —exclamó mi madre— ¿Les gusta la nueva casa? —preguntó mientras veía alrededor.

Las paredes eran lisas, de colores neutros y aburridos pero era decente. 

—Mmm... ¡pido la habitación más grande! —gritó mi hermano menor de pronto, corriendo hacia las escaleras.

—¡No si llegas antes que yo! —corrí detrás de él, tomándolo del tobillo y haciéndolo retroceder. Abrí todas las puertas, encontrando baños y más cuartos, hasta que encontré la habitación más grande—. ¡Te gané! —sonreí triunfante, mi hermano me devolvió una mala mirada con los brazos cruzados sobre su pecho.

—¡Es trampa! Me empujaste al subir las escaleras. ¡Mamá, castiga a Logan! ¡Es un tramposo! —hice una mueca.

—Claro, cielo... después de desempacar todo.

Éste me sacó la lengua de forma burlona. No me importaba en realidad, ya había ganado la habitación de cualquier modo.

Entré por la puerta, miré la habitación detalladamente intentando imaginar cómo se verían todas mis cosas ya dentro. Estaría genial.

Pondré cortinas blancas algo transparentes para que pueda entrar bien la luz —odiaba que todo fuera siempre tan oscuro—, la cama estaría en la esquina, para que no estorbara tanto; el clóset y lo demás lo acomodaría quizá después, dependiendo de cómo vaya tomando forma todo.

La habitación era mía ahora.

~*~

—¡Hora de cenar! —escuché a mi madre gritar desde abajo.

—¡Ya voy! 

Bajé sin apresurarme, estaba cansado pues había estado todo el día acomodando 

Llegué a la cocina e inhalé el olor de la comida de mamá... o la comida china que pidió mamá.

—Cariño, ¿podrías ir por tu hermano?, está afuera jugando —asentí y caminé hasta el patio.

—Enano, dice mamá que... ¿quién es ella? —pregunté sorprendido al ver a una chica jugando con mi hermano pequeño. Una que definitivamente no debería estar ahí.

—¡Holis! —saludó la desconocida con una exuberante felicidad—. Soy Daniela, ¡Pero no me digas así! Odio que me llamen así —hizo un puchero—, llámame Dany.

—Hola... Dany... —hablé con cautela—. Alex, la cena está lista.

—Sí, ya voy. Adiós Dany —se despidió con la mano ondeando el aire.

—¡Adiós! Hey, no olvides el trato... ¿bien? —la chica detuvo a mi hermano, apuntándolo con el dedo.

—No lo haré —dijo con una sonrisa—, te veo mañana Dany. Buenas noches —dijo por último y entró, yo detrás de él.

La chica se quedó un rato más en el patio trasero, jugando con los juguetes de mi hermano como si fuera pequeña.

Después de un rato los dejó y se fue a su casa saltando el muro de madera.

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Gracias por leer.



E D I T A D O

¡Infantil! | EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora