✓ Capítulo 11

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Dos semanas después


Créeme, yo también creí que las cosas se volverían extrañas e incómodas, pero lo contrario a la creencia popular sobre decirle a alguien que le gustas y no recibir un «a mí también me gustas», Dany y yo nos volvimos casi mejores amigos a partir desde el momento en el que me besó y me confesó sus sentimientos.

¿Quién lo diría? Alguien realmente puede enamorarse de mí. Aunque seguía viéndolo como algo irreal, Dany me demostraba siempre que lo que me dijo aquél día era totalmente cierto, ¿y quién soy yo para refutar?

Abrí la puerta de mi casa de golpe.

—¡Llegué familia! —pude ver a mi hermano saltar de su asiento en el sofá hasta llegar a mi lado.

—¡Dime que vendrá! —él juntó sus manos frente a su pecho, pude ver el brillo en sus ojos.

La decepción es algo con lo que tendrá que lidiar el resto de su vida, yo me encargaría un poco de ese trabajo.

—Lo lamento... dijo que regresaría a casa, ya es tarde, Alex —pude ver la mirada entristecida—, le mandaré mensaje y le diré que salgamos mañana, te llevaremos a algún lugar. 

Le sacudí el cabello, eso parecía animarlo un poco pero no lo suficiente como para quitarle la tristeza totalmente. Aún así, nos deseó buenas noches y subió a su habitación alegando que estaba demasiado cansado como para seguir viendo a las Kardashian con mi madre. Ella le dejó irse y yo miré a mi progenitora, caminé hasta sentarme a su lado.

—Has pasado mucho tiempo con ella estos últimos días —dijo sin despegar los ojos de la televisión. Parecía alguna repetición—, creí que no estabas muy contento con su presencia.

—La comencé a encontrar agradable —me encogí de hombros, tampoco queriendo mirarla porque me conozco lo suficiente como para saber que en cuanto la mire terminaré contándole todo. Y realmente no quería hacerlo, no aún porque yo mismo estaba buscando ordenar mis sentimientos en cuanto a Dany.

—Claro que sí... ella ya era agradable, Logan.

Ambos nos quedamos en silencio el tiempo suficiente como para que ya ninguno tuviera la necesidad de decir algo más, sabía que mi madre estaba maquinando todo en su cabeza sobre todo este extraño tiempo que he pasado metido en la casa de Dany y saliendo a lugares a los que antes no solía ir pero ella me obligaba a conocer porque: «¿CÓMO ES POSIBLE QUE NO CONOZCAS ESTE RESTAURANTE? QUE PECADO». Y siempre terminábamos perdiéndonos en las calles de la ciudad porque no teníamos idea de dónde estábamos, lo cual siempre lograba convertirse en una divertida aventura donde gastábamos nuestro dinero en golosinas y preguntábamos a personas desconocidas por el camino que sí conocíamos antes de perdernos.

Habíamos tomado un montón de fotografías como para imprimirlas y hacer un álbum, también conocimos a un montón de gente en diferentes lugares y nos hicimos amigos de meseros (más ella que yo, la verdad) y comenzaba a darme cuenta que quizás Dany no era tan extraña e infantil de lo que creía. Es decir, ¡claro que lo era! A veces actuaba como una niña y descubrí que no podía darle demasiada azúcar, pero fuera de eso, la chica era sumamente sociable y tenía la capacidad de hablar con cualquier persona que se le sentara en frente, podía ser muy amigable y bromista que te caía bien enseguida. Tenía gustos raros con la comida, como mezclar cebolla con mantequilla y también patinar sobre hielo era su hobbie favorito.

El timbre de la entrada sonó haciendo ruido, miré la hora en mi reloj de manecillas, viendo que eran cerca de las nueve con cuarenta de la noche, mi madre se encogió de hombros y me mandó a atender.

—¡Hola, Loganator! —fruncí el ceño al ver a Dany ahí parada, con unos pantalones azules rotos, botas con tacón y una camiseta negra con letras japonesas estampadas en el frente. Su largo cabello azul le caía como cascada sobre los hombros y la espalda.

—¿Qué sucede? —miré su rostro, los moretones del golpe había desaparecido por fin pero aún mantenía una pequeña bandita sobre el puente de la nariz para no sé qué. Ella decía que la lucía ver como una chica mala y le gustaba el toque rebelde que le causaba.

—Vine a invitarte a salir a la ciudad en la noche —yo mismo miré mi ropa, no lucía como algo que pudiera usar para salir a esa hora.

—Ya es tarde... —intenté excusarme para evitar la salida.

Podía haber estado mucho tiempo con ella, pero mi personalidad seguía siendo introvertida y aburrida, salir de mi zona de confort no era algo que apreciara demasiado pero la ilusión en los ojos de la chica me hacían decirle que sí a cualquier cosa que ella pidiera. Lo medité unos segundos antes de por fin decidirme, giré sobre mi eje antes de alcanzar mi chaqueta de mezclilla del sofá y decirle a mi madre que no volvería hasta tarde.

No esperé una respuesta de ella porque salí de inmediato, Dany entrelazó nuestras manos cuando cerré la puerta y me veía con una sonrisa.

—¿Listo para una noche divertida al estilo Dany?

—Nunca estoy listo, pero vamos a ello.

Escuchar su risa se había vuelto una de mis cosas favoritas en el mundo.




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las cosas se empiezan a poner interesantes porque logAN SE ESTÁ DANDO CUENTA QUE LE GUSTA DANYYYYY, AAAAAAAAA. el siguiente cap estará divertido. creo.

¡Infantil! | EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora