Capítulo 5

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Narra Olivia

Todos estaban tomando o fumando, y andá a saber que, porque los estaba dejando medios loquitos.

-¿Queres vos rubia? - me ofreció un porro, el chico tatuado que se llamaba Nacho.

-No gracias- nunca fumé eso, otras cosas sí, cómo tabaco prensado, pero eso no, y no sé si tenía pensado hacerlo en un ambiente dónde no me sentí segura.

Noté cómo Mateo se me quedó mirando fijamente con el ceño fruncido cuándo rechacé el porro, este chico me generaba demasiada bronca.

-Ya vengo.- Dije por decir, porque dudo que alguien me halla escuchado.

Me metí de nuevo en la casa y fui hacia la cocina, en busca de agua. A mi me gusta el alcohol, pero cosa que odio es el vino con jugo, puaj, me genera asco, y eso era lo que estaban tomando. Encontré una botella de agua y comencé a beber de esta. Me fijé la hora en mi celular y marcaba las 3 am, quería volver a mi casa pero en este barrio ya se el tipo de cosas que pasan, y no sólo acá era peligroso volverse sola, en todos lados practicamente. Entré al baño para llamar a mi padre para que me buscase, pero cómo soy tan mufa, el celular se apagó dejando ver cómo tenía que conectarlo. Estaba en la mierda, traté de calmarme hasta que la puerta del baño se abrió.

-¡Está ocupado boludo! - Le dije a Camilo quién se quedó ahí parado.

-Uh perdón.

-¿Y? ¿No te vas a ir?

-Necesito pasar- dijo el.

-Y yo necesito quedarme.

-Bueno.- Camilo entró al baño (conmigo dentro), cerró la puerta y se puso a mear.

-¿Qué haces? - pregunté dándome vuelta hacia el otro lado.

-Descargando la pistola.

-Que asqueroso.

-Que raro una cheta como vos estando acá.

-Va a ser la ultima vez ... ¿Terminaste?

-Que pena- escuché cómo tiraba la cadena.

-¿Por qué? - Al darme vuela lo tenía en frente.-¿Qué pensas hacer?

-Me quiero lavar las manos- claro, yo estaba en frente del lavabo.

-Ah- me moví a un costado- bueno ya me voy.

-Si querés caerles bien, mejor cambiá esa cara porque te sacaron la re mierda ahí fuera.

-¿Rocío también?

-No, ella no.

-Bueno, mejor me quedo acá- no soportaba andar careteando con gente falsa.

-¿Te acompaño? - preguntó con una pequeña sonrisa en la cara.

-Bueno- me metí en la bañadera y me acune, con las piernas sobre el borde y la espalda apoyada en la pared de esta y Camilo me imitó.

¿Y? ¿Qué onda? Nunca te vi por acá.

-Es que hace poco me vine a vivir con mi viejo ...- le explico.

-Ahh, claro, y qué ¿Vos vivías cerca o más lejos?

-Bastante lejos, en Texas.- Camilo me miró confundido- en Estados Unidos.

-Ahh, si, bastante lejos ... Con razón hablás medio raro.

-Bueh, viví cómo diez años acá en Capital, se hablar español.

-Si, hablar español me di cuenta que sabés, digo, que hay palabras que las pronuncias medio raro, cómo las que llevan dos erres.

-Puede ser que si.

-Decí perro.

-¡No! No me gusta esa palabra- reí y Camilo hizo lo mismo- Siempre me bolacean con eso.

-Por algo será.

-Basta- pedí entre risas.

-Bueno bueno- Camilo calmó su risa, y la puerta del baño se volvió a abrir y me encontré con los ojos oscuros de Mateo. Al verlo puse los ojos en blanco.

-¿Que hacen? - preguntó el extrañado.

-Charlamos respondió- Camilo.

-Bueno, te estaba buscando, mi viejo necesita que vallamos a casa.

-Bueno.- El se levantó y me dio la mano para ayudarme a hacer lo mismo.

Mientras nos dirigíamos para afuera escuché cómo Mateo le preguntaba a Camilo que que hacía ahí encerrado con la rubia teñida, me molesto que me halla llamado "Rubia teñida", y Camilo ignoró la pregunta. Que pendejito agrandado este Mateo.

Cuándo volví al grupo les tiré una mirada de odio, después de lo que me contó Camilo. No estaba cómoda nada ahí.

-Eu Oli- dijo Rocío en medio de un bostezo.- ¿Vamos?

-Si.- Saludé rápidamente a la gente, Camilo me sonrío y yo le devolví la sonrisa algo dudosa, Mateo me corrió la cara cuándo lo quise saludar y yo le tiré una risita irónica, los pibes en cambio, Nacho y el Flacucho, me saludaron con la mejor, las pibas no tanto, y nada, nos marchamos. Cuándo llegamos a casa la pregunté a Rocío si quería dormir ahí.

-¿Tenés la pochoclera esa que usábamos de chicas?

-Si, esta por ahí guardada- respondí feliz.

-Entonces me quedo-ella rió y entramos a la casa.


Ocho Cuarenta|| TRUENODonde viven las historias. Descúbrelo ahora