Olivia
—Siempre quise hacer eso- dijo nariz con nariz.
—¿Qué? ¿Besarme? - reí.
—No, besarte bailando esto.
—Ah.
La canción había terminado y ambos nos miramos con ojos curiosos ¿Y ahora qué?
—Vamos a casa, esto re pinchó.- Dijo apartándose de la gente y sentándose en el sillón, yo me quedé mirándolo.
—Esperá, vayamos a la mía- pedí.
—Pero la mía queda más cerca- se quejó Mateo.
—En la mía no hay nadie- hablé por lo bajo.
—Oh- Mateo sonrió pícaramente y yo volteé la vista hacia otro lado.— Esta bien, pero que nos alcancen, porque hasta donde vivís vos, pateando llegamos mañana.- Tomó mi mano y me tiró para que me sentara a su lado.
—En eso tenes razón. Pedile a Camilo de última.
—Ssi ... No, a Camilo no.
—¿Por qué? -Pregunté y me respondí sola, aun Camilo me tenía ganas y varias veces intentó engancharme sin éxito.- Ah ... ¿Qué vas a hacer?
—Ir en el auto de mi viejo.
—No imbécil, que vas a hacer con tu amigo.
—Ah, no se ... En algún momento se lo diré.
—¿Qué le vas a decir? - lo provoqué.
—Quee ... Que me gustas.- sonreí y agarré su hombro tímidamente mirando para otro lado.
—¿Desde cuándo?
—¿Desde cuándo que? - sonrió juguetón.
—Dale, no seas pesado.
—Desde que salvaste a mi hermano. Me di cuenta que no eras esa Barbi que aparentabas ser y que eras una piba increíble. Después, ganas, siempre te tuve, estas que te partís, la mitad de aca te deben de tener ganas, y seguro la otra mitad, que son las pibas, también.
—Bueno, tampoco para tanto- Mateo levantó las cejas y su gesto me hizo reír. Su mano se elevó posándose en mi mejilla y con el pulgar me tocó los labios.
—Esta montañita- dijo y me toco la parte superior del labio —me encanta.
—Que onda chicos- saludó Roció haciendo que Mateo sacara la mano rápidamente de mi cara.- Los venía a saludar, ya me voy.
—Che, ¿te jodería alcanzarnos a lo de Oli?
—A mi no me jode, al que le va a joder es a Lucho, pero vamos.
Los cuatros nos subimos al auto de Lucho, bastante frustrado, y nos fuimos. El pedo se me había aliviado, y esperaba que al resto también. Ojalá que no nos parara nadie.
Bostecé cansada, y Mateo al verme, me rodeó con su brazo y me dejó descansar en su hombro.—¿Cómo andan los recién casados? - bromeó Rocío.
—No jodas Ro- respondió Mateo y Roció emitió un bufido pero no habló más. Agradecí que no lo haga, no tenía ganas de ponerme a pensar que iba a pasar ahora con Mateo.
Llegamos a mi casa, nos despedimos, subimos por el ascensor hasta la puerta de mi casa. Ahora vivía en un pent-house y era casi igual de lujoso que mi anterior casa. De todas formas me sentía sola ahí.
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Ocho Cuarenta|| TRUENO
Fanfiction"••ella multimillonaria, y del mas alto niveel, termino la secundaria con un promedio de diez, sus amigas sorpendidas, no lo podian creer, que una noche distraída, del baile se fue con el••" ella, que vive colgada de las redes, pensando en siempre q...