Ocho Cuarenta|| TRUENO

Capítulo 16

Mateo

-¿En serio tenés que ir?- pregunté bloqueándole el paso a Olivia. Tenía que ir a comprar ropa porque casi no tenía, y ¿Quién la tenía que acompañar? si, yo.

-¿Y con que me voy a vestir Mateo?, tengo tres remeras locas y con suerte dos pantalones.

-Yo te puedo prestar.- Me miró fastidiada y decidí no pelear más.

Subimos al auto y nos dirigimos hacia los shoppings de Palermo. 

Fue una tortura. Cinco mil locales, cincuenta horas para que se probara ropa y no le gustase, aunque cuando se probaba vestidos o shorts y pedía mi opinión, no me quejaba mucho, tenía que admitir que tenía un lomazo. Algunos la miraban embobados y me sentía superior. Si ya se, muy tonto, pero es la verdad viejo.

-Creo que ya está.- declaró luego de recorrer media capital mas o menos, y con las manos llenas de bolsas.

-Creo que si- respondí sarcástico.

-Bueno, ahora hagamos algo que a vos te guste- me sorprendió- Me acompañaste todo el día, son las siete y media, hay tiempo todavía.

-Bueno- pensé, hoy a la noche tenía unos amigos que competían en el Quinto, iba a ir a verlos, pero ya que se ofreció- Tengo un lugar para ir.

Llegamos y su cara tenía la misma expresión que imaginé, pero la cambió cuándo la miré y sonrió. Le devolví la sonrisa agradecido y nos adentramos entre la gente.

Mientras la gente gritaba por las rimas que tiraban, miré a Olivia que observaba la competencia fascinada, no pensé que le iba a gustar, estaba muy linda.

-¡No! Se la dejó picando- gritó y sonreí. A lo lejos vi a unos pajines que la miraban sucios y una fuerza me llevó a pasarle el brazo por el hombro. Su mirada se posó en mi, extrañada pero no hizo ademan en alejarse, de echo, se pegó más a mi.

Cuándo terminó la compe, me acompañó a saludar a los pibes quienes la miraron extrañados, cómo si fuese otro pez de otra pecera, y es que sí, lo era, pero ¿Los peces se pueden llevar bien no? Terminamos de hablar y nos fuimos.

-Estuvo piola- dijo cuándo se subió al auto.

-¿Si? Pensé que ni te iba a pintar.

-Siempre quise ir a una batalla, pero a mis amigas no les cabía ni ahí, así que me la tuve que bancar, pero bueno, ahora estás vos...

-¿Viste? Yo soy lo más- Olivia soltó una risa chica pero que inundó el silencio del auto- Che ¿Vos tenés pareja algo?- pregunté curioso.

-No- contestó desanimada- Nunca tuve.

-Na ¿En serio?- Asintió- ¿Por?

-No se, nunca me fue bien, una vez, yo me había re enganchado con un chico de mi colegio-reí para mis adentros cuando dijo "Colegio" acá normalmente decimos escuela- El era más grande que yo, se hizo el piola y me terminó boludeando. Media escuela se enteró, ya que yo era... Conocida ahí. Mintió sobre mi, dijo que era una puta, que se acostó conmigo porque le rogué, que si quería le daba plata, etc. Me hizo mierda, desde ese día tengo mala racha con los pibes, mis amigos, que no son muchos, me comprenden, pero tampoco hay química con ellos.- La miraba triste- En un momento llegué a pensar que era lesbiana- soltó otra risita- pero no, desafortunadamente me gustan los chicos.

-Wow, a ver, este pibe, además de manicero...- Olivia ladeó la cabeza y terminó por asentir- viste, lo sabía, es un gil, mirá a la mina que se perdió por pelotudo.- Apoyé las manos en el volante y suspiré cuándo Gabi se me vino a la cabeza- No servimos para el amor.

-Ella también es media boluda por perder a un pibe tan piola- habló por lo bajo y giré para mirarla-Pero bueno, ya va a llegar alguien.

-Si- Arranqué el auto- O quizás ya llegó- dije para mis adentros sin que ella escuchara.