Capítulo 29

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Xx:

Olivia volvía de la escuela, cansada, y algo triste. Las clases terminarían mañana y también al día siguiente, era el gran día, su cumpleaños, cumpliría dieciocho, siempre había soñado con ese día de pequeña, aunque ahora no le daba tanta importancia.

—¿Que piensas hacer mañana querida?- habló Morgan, la madre de Olivia. Al ver que esta no contestaba volvio a hablar.— ¡Olivia!

—¿Eh? ¿Qué?- preguntó sacando la vista del celular y terminando de comer la cena. Ya era tarde. Eso también lo extrañaba, cenar con su padre, hermana, y con los Palacios, ahora estaba solo con su madre y la gran casa.

—Mañana, es tu cumpleaños, ¿piensas hacer algo?

—No, no tengo ganas.- habló con la voz apagada.

—Pero siempre lo festejas, ¿Que pasa?

—No tengo ganas simplemente.

—Pero Oli, hijita, al menos invitá a las chicas, ellas siempre hacen muy buenas fiestas en cada cumpleaños.

—Lo hacen a su modo, o al tuyo.

—¿Y como sería a tu modo?- preguntó algo fastidiada y Olivia rió irónicamente.

—Realemnente no lo sabes. Nunca me preguntaste que me gusta, siempre lo hacías como a vos te gustaba, cómo quedaría bien frente a los otros, nunca te paraste a pensar y ver si lo que me estabas haciendo me hacía feliz.

—¿De que hablas?

—Nunca me dejaste jugar con mis compañeros del jardín porque no venían de una familia adinerada como esta, me obligabas a actuar de una manera tan... tan tuya, fui tu doble por tanto tiempo, siempre diciendome con quien ir, como vestirme, como hablar, nunca me dejaste ser yo, y ahora que lo soy, porque me libré de vos, no me conoces en lo absoluto.

—Porque traté de darte lo mejor Olivia, para que el día de mañana sepas... sepas

—¿Saber qué? ¿Ser una forra como vos? ¿Una clasista? Darme lo mejor para vos es las muñecas más caras, la ropa de ultimo modelo... ¿Eso es darme lo mejor?

—Yo...

—¿Alguna vez me diste un abrazo? ¿Estuviste orgullosa de mi? ¿O al menos me apoyaste en algo? No... Nunca.- Morgan la miraba soprendida, esa no era su hija, no la que había criado, pero se dio cuenta de que lo que decía, tenía razón.

Olivia dejó el plato a medio comer, y subió a su habitación dónde largó toda su furia golpeando las paredes y llorando.

La madre escuchaba todo con un nudo en la garganta. ¿Que le había pasado para que se vuelva así ?

—Oli, mi amor, abre por favor- habló Morgan desde el otro lado de la puerta.—hablemos bien.

—No hay nada de que hablar vieja.

—Si hay, ¿Que es lo que pasa?

—Nada- mintió Olivia— solo estoy cansada.

—¿De que? ¿Que es lo que quieres?

—Que me quieras, por lo que soy, y no por lo que vos querés que sea.- largo junto con un sollozo.

—Mi amor- habló Morgan con lagrimas en los ojos— yo siempre te voy a querer.

Olivia abrió la puerta y se puso a la altura de su madre. Ambas con los ojos cristalizados.

—Y yo siempre te voy a querer mamá, pero eso no significa que me agrades. Así que por mas que intentes ahora hacerte la de buena mamá, solo porque te dije lo que me guardé tantos años, no esperes que ahora haga como que no pasó nada.

Ocho Cuarenta|| TRUENODonde viven las historias. Descúbrelo ahora