capítulo 19

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Narra Olivia:

Estaba entrando en desesperación, necesitaba ese bolso mas que a nada.

-Fijate en el auto, tal vez quedó ahi.

-No creo- me respondió.

-Por?- lo estaba notando algo raro a Mateo.

-Porque no.

Después de un largo rato, nos rendimos. Como puede ser que me halla olvidado algo tan importante?

-Hay como un almacen aca a unos kilómetros, podemos fijarnos si hay algo..

-Seguro?- pregunté. El afirmo con la cabeza, y avisamos que nos íbamos a ir.

-Tengan cuidado!- gritó mi papá.

Íbamos caminando por en medio del bosque, nadie decía nada, mientras Mateo iba pateando piedritas yo estaba concentrada en no caminar tan brusco para bueno, ya saben.

Ya aburrida de tanto silencio, hablé.

-No es lindo el cielo?

-Eh?- e inclinó la cabeza hacia arriba- Ah si.

-Pero en serio lo digo, esto en Capital no lo ves, las estrellas... Es bonito.

-Si.. tenes razón.

Cada vez veíamos menos, Mateo usaba el celu como linterna... Y yo seguía mirando el cielo atontada.

-Estamos cerca- cortó el silencio.

Llegamos a un almacen que parecía que hubiese sobrevivido a una bomba nuclear.

-Como es que este lugar sigue en pie?-pregunté.

-No juzges una peli por su portada.

-Es un libro no una peli, animal.-

-Es lo mismo.

-Hola?- dije. Un señor salió de abajo, tenía olor a marihuana.

-Esta cerrado-contesto amargamente

-Es una urgencia.

-Volvé mañana muñeca.- arrugué la cara cuando me llamó asi.

-Dale Migue- dijo Mateo.

-Mateinn, que grande estas hermano!

-Y vos cada vez mas falopeado- y chocaron las manos y despues en forma de puño.

Una vez que compramos todo, nos fuimos. Mientras caminabamos, de la nada la luz se apagó.

-Que pasa?- pregunté. Mateo revisaba su celular.

-Me quedé sin batería.

-Uy, yo no traje el celu.

-Somos pollo.

Caminábamos en la obscuridad, solo iluminados por la poca luz de la luna.
Iba pensando en cualquier cosa. Sentí como un escalofrío, y un ruido se escuchó a lo lejos.

-Escuchaste eso?- dije.

-Que cosa?- El sonido se escuchó mas fuerte y mas cerca, parecían ramas quebrandose.- Ah eso.

Me acerque un poco mas a Mateo, el seguía caminando como si nada.

El sonido cada vez se hacia mas fuerte, cada vez mas cerca.

-Uh- fue lo unico que dijo el. Me di vuelta buscando a alguien o algo que nos esté siguiendo pero no vi nada. Instintivamente tomé la mano de Mateo, el me miró raro pero no me soltó, solo desvió la vista.

-Oigan!- Mateo me apretó la mano, y yo me cagué toda. Un chabon salió de la nada, entre la maleza. -Que hacen por aca?- preguntó re confite.

-Estamos acampando por acá cerca.-Respondió Mateo.

-Quieren venir?

-A donde- me entró la duda.

-Estamos haciendo una reunión, se suman?

Yo miré a Mateo, supongo que le diría que no, y nos iríamos.

-Okey.

-Que?!

-Yo voy, si queres vos volvé a charlar con los viejos.

Mateo soltó mi mano y se fue con el raro este, yo miré el camino y definitivamente no quería caminar sola en medio del bosque todo obscuro.

-Esperame- y los alcancé.

Ocho Cuarenta|| TRUENODonde viven las historias. Descúbrelo ahora