Capítulo 14

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Olivia

Fuego ... Había fuego por todos lados, pero esta vez no hubo salida, estaba perdida, no me ubicaba en el lugar que estaba hasta que unas manos me tomaron por los hombros y me empecé a mecer mientras decían mi nombre.

Abrí los ojos rápidamente y la oscuridad de la habitación me calmó. Una sombra se posó sobre mi y habló:

-Oli, es un sueño- Me refregué los ojos para intentar ver, tenía miedo, mucho miedo- Ey shh, tranqui.- Una luz se encendió dejándome ver a Mateo  con esa mirada indagadora que tenía.

-Ehh, yo ...- Traté de auto tranquilizarme.

-Era un sueño, ya está- Me cubrí la cara mojada por el llanto.- Te voy a traer agua.- Y a los pocos segundos volvió con un vaso.- Tomá- Lo acepté vacilando y tomé un sorbo, seguido de eso, lo dejé en la mesa de luz.- ¿Qué soñaste? - Hice memoria pero no respondí, todavía estaba tratando de convencerme de que sólo había sido un sueño- ¿Necesitas algo más? - ¿Desde cuándo era tan atento?

-No gracias.

-Bueno, te dejo.

-¡No! Pará- dio media vuelta y me miró- ¿Te podés quedar?

-Si- dijo vacilando cómo yo.

Nos acostamos, cada uno mirándo para un costado con nuestras espaldas chocando. Pasamos un largo rato en silencio, no estaba segura si se había dormido o no, sin embargo, hablé:

-Había fuego- Giré para contemplar su espalda- Por todos lados, era cómo lo que pasó la otra noche pero peor, esta vez no tenía salida- Comencé a trazar líneas en el dorso de Mateo- Era una sensación horrible.

-Me imagino que si.- pronunció con la voz ronca. Largué un suspiro y volví a mi posición inicial. Un escalofrío me recorrió el cuello cuándo sentí las manos de Mateo sobre mi cabello.- Tarde o temprano lo vas a superar, ahora lo que toca es pelear contra tu mente.- Sus caricias en mi pelo me hacían bien.

-Buenas noches Palacios.

-Buenas noches niña rica.- Solté una risa por el apodo y Mateo me la siguió. Las carcajadas se intensificaron tanto, que desde alguna habitación alguien pidió silencio, lo miré y ambos aguantamos la risa, parecíamos dos niños pequeños.- Descansá- sonrió con esa deslumbrante smile. Se la devolví y nos dormimos.


A la mañana siguiente el pitido del celular nos despertó.

-Atendé- pedía Mateo con la cara pegada a la almohada, claramente dormido. Atendí.

-¡¿Olivia que hacés?! - dijo mi padre a los gritos desde el otro lado de la linea.

-Hola, buenos días, no quemé nada. ¿No estás en lo de los Palacios? ... Ah ... Estoy con Mateo ... Ay Pa no grites, son las ... Once de la mañana.- Sus gritos prosiguieron mientras decía sarta de boludeces- ¡Papá que decis! Nada que ver- Corté.

-¿Que pasó? - preguntó Mateo en la misma posición. Yo me quedé contemplando el celular confundida- ¿Eu estás bien? ¿Que pasó?

-Mi papá me llamó porque, atentis, a mi hermana le picaba el culo- Mateo giró la cabeza y me miró, aguanté el aire de la sorpresa por lo hermoso que estaba aún así, todo dormido, sacudí la cabeza y proseguí: Entonces ella le dijo, así textual, "Llamala a Oli que me está picando el culo, y cuando te pica mucho, es porque se están culiando a tu hermana" Y mi papá le creyó- Mateo terminó de levantarse con una carcajada que inundó la habitación y me alegró la mañana . Me uní a el.

-Vamos a desayunar- dijo mientras se tomaba la panza por el dolor de tanto reírse. De verdad la pasaba bien cuándo no se ponía de mal humor.

-Vamos- me levanté.

Ocho Cuarenta|| TRUENODonde viven las historias. Descúbrelo ahora