Capítulo 22

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Olivia

Me dolió, me dolió totalmente lo que me dijo aquella noche, pero más me dolió haberle dicho eso, pero ¿Por qué? estaba harta de confiar en los demás y que se terminen burlando, porque eso hizo... se burló de mi.

Lo observaba flotar en el lago, mientras yo no podía dejar de sollozar.

-¿Qué pasó Oli?- me preguntó mi padre que me vio, e instintivamente se le borró el enojo que tenía por nuestra "travesura" cómo el lo llamó.

-Nada pa- me limpié por quinta vez los ojos- Nada.

-¿Y por qué llorás?- seguí jugando con las piedritas del piso.

-Nada, no importa, cuándo nos vamos?

-Hija... ¿Pasó algo ayer? Estás rara y recién vi cómo llorabas cuándo hablabas con Mateo, ¿Te hizo algo malo? ¿Y vos te defendiste? Por esta estaba desmayado...

-¡No!- escandalicé- Mateo no me hizo nada- de hecho sí, pero eso es otro tema- Solo tuvimos un problema nada más. Me dijo algo que no me gustó y bueno...

-¿Y por eso llorás?

-¡Sí! ¿te parece absurdo?- Mi padre me miró con una cara boba, cansada de eso, aunque en el fondo sabía que estaba exagerando, me fui apartada del resto, tal vez sí sea la regla...

Llegué a la otra punta del lago y me senté con los pies rozando el agua, estaba linda, el lugar era lindo y aproveché para relajarme un rato y pensar en nada, y nada se convirtió en Mateo. Era lo único que se me venía a la cabeza. Yo no lograba entender el motivo de su enojo. Si alguien te dice que te quiere cómo un amigo lo valora ¿No? Además, ni loca admitía el gusto que tenía hacia él. Sí, caí rendida hacia Mateo cómo Rocío me había aclarado que, todas las chicas estaban a sus pies, yo no quería ser una de esas, pero lo terminé siendo y para evitarlo lo reprimí en lo más profundo de mi ser. Si tenía que seguir conviviendo con Mateo, tenía que convencerme a mi misma que el era solo un amigo y nada más, aunque después de esto, no sabía ni que éramos.

Las horas pasaron volando, el cielo empezó a obscurecer y volví con el grupo. Mateo me miraba a cada rato, me sentía avergonzada por haberlo tratado así, pero también sentía una gran desilusión. Me había tirado en cara el accidente causado por mi culpa sabiendo lo que me jodía. Que venga de otra persona me daba lo mismo, pero justo él, a quien se lo había confesado aquella noche dónde hablamos por primera vez, me dolió.

-Mañana temprano salimos, no se queden hasta tarde hablando, y no se pasen de carpas, sobre todo ustedes dos- Mi padre señaló a los dos más pequeños- Buenas noches.

Obviamente se movieron de carpa, y obviamente se quedaron hablando hasta tarde, pero problema de ellos, yo traté de convencerla a mi hermana pero tampoco me quería poner la gorra.

Caí en un sueño profundo, cansada a causa de la noche anterior que no había dormido mucho, sin embargo me desperté, por lo que me pareció ser, a los diez segundos.

-Agos... Me despertase... Cerrá la carpa que esta fresco- dije dormida.

-Soy Mateo.

-Bueno...- Abrí los ojos un rato más tarde y me incorporé dentro de la bolsa- ¿Mateo? ¿Qué hacés acá?

-Vine a hablar...- Parpadeé para acostumbrarme a la oscuridad y luego de un rato dije:

-Ya estas hablando.

-Ya sabes a que me refiero.

-Entonces hablá.

-Ya estoy hablando- bromeó él y aguanté la risa.

-Dale que tengo un sueño y me quiero dormir- Mentira, el sueño se me había ido en un santiamén.- Hablá.

-Emm.. bueno- Calló y lo miré impaciente- Sé que estabas enojada por lo de ayer...

-Lo estoy.

-Bueno, lo estás, pero te juro, no se porque lo dije...

-Pero lo dijiste.

-¡Dejame hablar! Después decís que a vos te jode que te interrumpan...

-Y que me mientan.

-Dejá, hablar con vos es lo mismo que hablar con una pared.

-Bueno, dale, está bien, te dejo hablar.- Mateo volvió a sentarse en el lugar de mi hermana en forma de indio y yo escuché atentamente.

-Ayer me tomaste por sorpresa, estabas borracha, yo no, y se que lo que dije no estuvo bien, y que te lastimó, pero a mi también me jodió.

-¿Te jodió que te halla dicho que eras cómo mi mejor amigo?- pregunté irónicamente.

-Si.. Bueno no, es que se trata de otra cosa.

-¿Y de qué entonces?

Mateo me miró y abrió la boca para hablar pero mi padre apareció interrumpiendo el momento.

-¡¿Ustedes se quieren comer un doble castigo no?!

Mateo se fue a su carpa, Agos volvió a la nuestra y esta vez si nos dormimos, pero comiéndome la cabeza pensando en lo que quería decir Mateo.

Al día siguiente, tal cómo me había dicho mi viejo, me costó levantarme, pero era eso o quedarse en el medio del bosque. No gracias. Ocupamos los mismos lugares que a la ida, y seguí durmiendo.

Un golpe seco me despertó, la camioneta frenó y los adultos junto con los niños bajaron a comprar algo a la YPF. Yo me quité los pelos babeados de la cara.

-La siesta que te pegaste.

-Uy- Mateo me saludó de esa forma y yo escondí al cara.- Buen día.

-Buenas tardes querrás decir.

-Bueno, que chistoso te levantaste.

-Y vos igual de mala onda que siempre. ¿Qué te pasa?

-Me duele todo el cuello y los hombros- dije cuando me reacomodé y sentí un gran dolor.- Creo que tengo una contractura.

-A ver, vení.

Me acerqué hacia el arrastrando las rodillas, la caja no era alta como para andar parado, y me senté a espaldas a el, y comenzó a masajear mis hombros aliviando el dolor.

-Ay- me quejé.

-Tenes un nudo acá, estas hecha mierda- Dijo aplicando presión sobre el omóplato.

-¿Que era lo que me ibas a decir ayer? Que justo entró mi viejo y no terminaste de hablar.

-Nada- dijo luego de un momento- Cuestión, ¿Me perdonas? Y yo te perdono a vos, y estamos a mano, porque lo que vos me dijiste ayer en el lago también me jodió, no se si sabés.

-Si, me pasé, perdón.

-Esta bien.

-Igual me tenés que dar algo a cambio.- Mateo pasó los brazos en torno a mi cuello, me ahorcó suavemente y reí.

-¿Y eso por qué?- peguntó sobre el cambio.

-Y porque sí hombre...

Los demás volvieron y devoramos la comida. El viaje transcurrió rápido, Mateo me enseñó a jugar al Truco, que me costó entender, pero algo me quedó, obviamente no gané en ningún momento, pero las risas no faltaron. Y finalmente llegamos a casa, bueno no la mía, pero ya me sentía cómoda ahí...


Hola! ¿Cómo están? Les está gustando cómo va la novela?

Nada, quería decirles que gracias por el apoyo que le están dando, estos días me colgué un poco con los capítulos, pero ya voy a volver a subir seguido

Ocho Cuarenta|| TRUENODonde viven las historias. Descúbrelo ahora