Continué atendiendo heridos hasta el alba, cuando apareció Edward. Al entrar al coche, pude ver su mirada reprobatoria.
-¿Qué sucede Edward? ¿Por qué me miras de esa manera? –Cerré la puerta y él arrancó.
-Debiste avisarme sobre Esme. Afortunadamente pude localizarla fácilmente.
-Estoy muy apenado, en verdad lo siento, debí haberte dejado una nota –dije avergonzado.
Me había olvidado de Edward, olvidé que se preocuparía.
–Desde que regresé, tengo la cabeza en otro lugar; afortunadamente no se ha visto afectado mi trabajo, de lo contrario... -Hice una mueca al pensar lo peligroso que sería no estar concentrado. Después apareció la imagen en mi mente, Esme y Anthony besándose.
-Deberías evitar esos recuerdos, no ayudan mucho.
Lo miré de reojo y asentí.
–Sabes... parece que Margaret volvió a hacer de las suyas.
-¿Margaret?
-Ocasionó que los Ryan tuvieran una discusión muy fuerte, es por eso que Esme se encuentra en esa casa.
-Así que ese es el problema... Esme no me quiso comentar lo que sucedía, ahora comprendo que es algo delicado. Espero que el problema se resuelva pronto.
Esperaba que Margaret sólo haya causado un malentendido.
-Es algo muy delicado, la señora Ryan está devastada, demasiado diría yo y todo por culpa de esa tipa... se merece lo que le está sucediendo.
Noté el tono de rabia hacia Margaret, realmente la detestaba mucho.
-¿Qué le sucede a Margaret?
-Está a punto de quedarse en bancarrota. De nada le sirvió acostarse con medio mundo de la alta sociedad. No consiguió que su fortuna se extinguiera –Edward sonrió maliciosamente.
-¡Edward! Estás siendo irrespetuoso e indiscreto –lo regañé. No debía de expresarse de esa forma–. Quizás debamos ayudarla con su problema.
Edward frenó en seco, tuve que poner una mano al frente en el tablero para no salir volando a través del parabrisas. Miré a Edward quien se veía enojado.
-Carlisle... ella no debe ser bendecida por tu bondad. Realmente es una mala mujer, no te imaginas todo lo que ha sido capaz de hacer con tal de obtener lo que quiere.
Estaba totalmente desconcertado por lo que decía, era como si me estuviera describiendo a un delincuente o un asesino. Edward tragó saliva al leer mi pensamiento y miró hacia el frente.
-Edward... -Dije asustado.
-Sólo piensa en el daño que le ocasionó a Esme.
Era verdad, había ocasionado ese rumor que estuvo a punto de causar problemas muy serios a ella y a mí.
-Todos pueden cambiar. Ella puede cambiar.
Margaret tenía aspecto de no haber sido querida, razón por la cual imaginaba que ella se comportaba de esa manera, por falta de cariño y amor.
-No, ella no. Carlisle... -Se peinó el cabello con la mano izquierda– ¿Pdemos hablar de otro tema?
Pude sentir la incomodidad en sus palabras.
-¿De qué quieres hablar? Porque sinceramente no tengo un tema en particular.
-Preferiría ir a cazar antes de ir a la universidad.
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El día que cambiaste mi eternidad
RomanceÉl, un vampiro que trabaja como maestro de medicina y doctor en un hospital. Pasa sus días con su compañero Edward. Todo es calma hasta que encuentran a la pequeña humana, Esme. Su vida dará un vuelco por todo lo que irá surgiendo dentro de él. Este...