Quise tomar un poco de aire, así que salí de la oficina y caminé sin rumbo por el hospital, aunque cuando me di cuenta, ya me encontraba frente a la puerta de los cuneros. Entré inmediatamente al escuchar el llanto de Richard entre los demás. Caminé a prisa y vi a Peter con Mark frente a la incubadora de Richard. Me apresuré a llegar hasta ellos.
-¿Qué sucede? -Los miré y después miré a Richard que lloraba sin cesar.
-Hola Carlisle, le estamos haciendo unos cuantos estudios -Mark me mostró la carpeta donde había hecho varias anotaciones.
-Tu sobrino a pesar de ser débil, es algo terco. No se deja hacer los estudios fácilmente -se quejó Peter al momento de sacar las manos de la incubadora.
-Si me permiten ayudarles... -me puse los guantes e introduje las manos para tocar a Richard.
El pobre niño lloraba amargamente aunque su llanto era cortado por varios segundos por lo agitados que estaba. Era demasiado esfuerzo para él y su corazón latía demasiado acelerado.
-Tranquilo... -tomé su cabeza en una mano y acaricié su frente, detrás de la oreja y luego sus mejillas-. Estoy aquí, todo está bien -sonreí.
Él volteaba hacia donde lo acariciaba y su llanto, poco a poco fue cesando y su corazón volvió al ritmo que normalmente tenía.
-Vaya, quién iba a pensar.
Escuché decir a Peter.
-¿Qué esperabas? Son familia -continuó anotando Mark-. Creo que la próxima vez Carlisle, tú realizarás los estudios.
-Sí, con mucho gusto lo haré -los miré y les sonreí de lado.
-Sólo hacen falta dos estudios más.
-Bien, terminemos entonces -volví el rostro hacia Richard quien se movía queriéndose estirar.
-Yo regreso a mi consultorio, los dejo -Peter hizo un ademán y salió del lugar.
Mark y yo continuamos. Acariciaba a Richard a cada momento; se tranquilizaba y era más fácil realizarle los estudios. Su llanto fue fuerte y mi sufrimiento mucho mayor cuando tuve que sacarle sangre. Me concentré para que fuera lo más rápido posible, sin embargo, sentí que me había tardado una eternidad. Inmediatamente después, lo consolé y arrullé, no me gustaba que se alterara.
-Serás un excelente padre -dijo Mark con una sonrisa sincera.
-Gracias -dije tratando de ocultar mi tristeza.
-Bueno, eso es todo. Me voy -cerró la carpeta y tomó las muestras-, te avisaré cuando estén los resultados.
-Muchas gracias, Mark.
-No hay de qué -dijo ya rumbo a la puerta.
-Ya todo terminó, Richard -volví a acariciarlo-. Era necesario hacer todo esto -le dije.
Él no comprendía nada de lo que estaba diciendo pero tenía la necesidad de explicarle porqué había tenido que experimentar ese dolor.
Richard introdujo su pequeño pulgar a la boca y comenzó a succionar.
-Dame un segundo, te traeré leche -lo acomodé y saqué las manos.
Fui por una botella ya preparada y regresé a su lado, ya comenzaba a quejarse.
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El día que cambiaste mi eternidad
RomanceÉl, un vampiro que trabaja como maestro de medicina y doctor en un hospital. Pasa sus días con su compañero Edward. Todo es calma hasta que encuentran a la pequeña humana, Esme. Su vida dará un vuelco por todo lo que irá surgiendo dentro de él. Este...