Llegamos a la universidad. Edward se estacionó frente al del auditorio para que bajáramos Esme y yo y después llevar el coche a estacionar. Bajé y abrí la puerta del lado de Esme, le ofrecí la mano para que se apoyara y saliera. Algunos alumnos y maestros me saludaron; saludé a todos en general, quería mantener mi atención en ella. Se sostuvo de mi mano y jalé, la atraje hacia mí pero no demasiado para que no chocara con mi cuerpo. Me tomó del brazo y avanzamos. Nos veían a ambos, pero más a ella. Sin duda sería la sensación de la noche, eso me hacía sentir orgulloso de haberla traído. Por un momento se sintió incómoda pero toqué su mano que posaba en mi brazo, le sonreí para que se animara y funcionó, ya que dibujó una sonrisa en su rostro. Entramos y divisé a Louise, su vestido negro la hacía lucir muy bien, pero no se comparaba con Esme. Ella se acercó a nosotros.
-Hola Carlisle, buenas noches.
-Hola Louise, buenas noches. Te quiero presentar a Esme Kennedy. Esme, ella es Louise Anderson, maestra de odontología.
-Mucho gusto.
-Mucho gusto, Esme. Carlisle me habló muy poco de ti, ojalá podamos platicar y conocernos mejor.
Louise me reprochó con la mirada.
–Eres una chica muy linda, todos hablan de ti. No me extrañaría que fueras la sensación de la noche.
"Linda" no era el adjetivo correcto para Esme pero no discutiría eso con Louise.
Vi a lo lejos un grupo de maestros que me hacía señas, tenía que ir a saludarlos. Miré alrededor y reconocí muchas caras que no había visto desde hacía tiempo.
-Louise, debo saludar a los maestros y patrocinadores, parece ser que han asistido todos.
Algunos ya nos miraban y saludé ligeramente.
–Me llevaré a Esme, es mi invitada y no quiero dejarla sola –la miré fijamente.
No tenía intenciones de dejarla con ella. Estaría con Esme todo el tiempo que me fuera posible, porque quería y porque sería una falta de respeto.
Louise quiso decirme algo pero se contuvo.
-Quizás más tarde podamos platicar, Esme –miró a Esme y le tomó la mano.
-Claro.
Louise se retiró y la seguí con la mirada.
–Es muy guapa, ¿no lo crees?
Me sorprendió el comentario, lo dijo como si ella no se pudiera compararse con Louise. La miré.
-Sí, lo es. Pero tú lo eres más –le toqué la barbilla–. Acompáñame, conocerás a mis compañeros maestros.
Nos dirigimos hacia ellos que estaban al otro lado del auditorio.
-Buenas noches a todos.
Todos prestaron atención, nos veían a ambos. Algunos estaban sorprendidos, no sabía si era porque la mujer que me acompañaba no era Louise o porque Esme también los vislumbró con su belleza.
-Carlisle, creí que no eras casado.
Frederick fue quién habló de entre todos.
–Tienes una esposa muy hermosa –hizo una reverencia.
Esperaba que no fuera un sarcasmo, después del rumor del día anterior.
-Frederick, amigo mío. Ella es Esme Kennedy, una amiga de la familia y se encuentra de visita en nuestro hogar –la presenté a todos.
-Perdone usted señorita. Lamento el malentendido –hizo otra reverencia.
-No hay cuidado.
Los demás se presentaron con ella. Al final, sólo se limitó a hacer una pequeña reverencia. Después de unos segundos, nos alejamos de ahí. Me di cuenta que cerca de la banda de música, se veía un pequeño alboroto. Una de mis tareas en la fiesta era cuidar el orden. Afortunadamente, vi a Edward entrar por la otra puerta.
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El día que cambiaste mi eternidad
RomanceÉl, un vampiro que trabaja como maestro de medicina y doctor en un hospital. Pasa sus días con su compañero Edward. Todo es calma hasta que encuentran a la pequeña humana, Esme. Su vida dará un vuelco por todo lo que irá surgiendo dentro de él. Este...