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Abrí de mis ojos y me encontré en mi cama. En la cama de mi casa... en mi casa por fin. De golpe, me levanté y busqué en toda mi habitación de Cedric. Tenía que asegurarme de que el estuviera aquí. Pero no, ni rastro de el. Me entró una desesperación inexplicable y mis ojos lloraron al no verlo cerca. Tory sale de su habitación y me mira, dándome a entender que en su habitación tampoco se encontraba.

- Lana... no pasa nada. - Ella se acerca a mi, y me abraza. - lo intentaste. Y era imposible que se pudiera.

- pero... Dumbledore nos ayudó.

- si bueno, hablamos de la persona que tenía mucha información útil para Harry, y jamás se la dijo. - me solté de su abrazo y en eso, sale su madre de la habitación.

- buenos días chicas. - Ella le da un beso a Tory en la mejilla. Y como yo nunca había visto a mi amiga y... hermanastra, llena de nostalgia al ver a su madre. Olvidé por un momento el que ella también ha perdido a alguien. - ¿todo bien?

- todo excelente. - se limpia las mejillas. - me hace muy feliz verte, mamá. Es como si... hubieran pasado meses sin verte. Como si hubiera pasado una navidad sin ti. - se ríe, al recordar el baile de navidad.

- ¿que les pasa? - se ríe. - Lana, creo que tu padre no fue a trabajar el día de hoy. - sonríe. - podemos comer todos juntos si así lo quieren.

- es justo lo que necesito. - dice Tory, y su mamá nos abraza a ambas.

- iré a comprar todo para la comida de hoy. No tardo. - y se baja de las escaleras.

- entonces... pues no funcionó. - le dije, y ella tan solo me mira, con lastima. Evité mejor el voltear a verla. - esta bien... supongo. Iré a mi habitación.

- Lana.

- supongo que aquí sigue siendo octubre. - dije mientras me volteaba a mi habitación. - aún podemos pasar un Halloween aquí.

- y tú cumpleaños. - dice para animarme, pero eso era imposible.

- ¡Lana! - era mi padre, quien me hablaba. Escuchar su voz fue un gran alivio. - necesito que me hagas un favor.

- ¿sabes que puedo hacer? Invitar a Danny. - su mejor amigo, y el chico por el cual moría de amor y quien al parecer el también por mi. - y a Sophie. - su amiga insoportable.

- no suena mal. - bajamos al mismo tiempo de las escaleras. - pero si definitivamente lo de Danny yo no sucederá. No ahora.

- creí que si te gustaba.

- antes. - entramos a la cocina y mi papá me recibe con un gran abrazo. Pareciera que es el el que ni me he visto en meses. - ¿cómo estás papá?

- excelente. El día de hoy no hay casos. - respira hondo. - todo perfecto para que podamos tener nuestra tarde de hamburguesas. Que por cierto, para eso te hablaba. ¿Puedes pasar a comprar el pan?

- sabes que yo hago la ensalada siempre. - me dice Tory, intentando librarse de ir al supermercado.

- bien... yo voy. - reí. - pero compraré helado de pasada también. - ví las llaves del carro y lo dudé... pero tenía que manejar algún día.

- ¡por cierto! Olvidé decirles. - mi papá dice mientras se dirige a la entrada. - hay un muchacho aquí afuera en la entrada. No le abrí la puerta porque no lo conozco pero... ¿ustedes si? - Tory y yo nos volteamos a ver de inmediato y  corrimos por igual a la puerta para abrirla esperando ver a mi chico dorado.

- buenas tardes.

- ¿te gustan las hamburguesas? - el asiente. - que bueno, porque estás totalmente invitado. El día de hoy es familiar y con amigos por supuesto. - me alegraba ver a mi papá tan feliz de tener tiempo de estar con nosotras. - supongo que eres amigo de estas chicas de aquí.

- lo es. - contesta Tory por mi, ya que no he dicho nada yo. - es bueno verte. ¿Acompañas a Lana a la tienda?

- em... si, por supuesto. - el sonríe.

- bueno... ahora regreso. - y salí de la casa. - en mi carro, vamos.

- lo qué pasó ayer...

- ¿que pasó ayer? - le pregunté, mientras arrancaba el carro. - que nervios. Hace tiempo que no manejo.

- pues, te dije que estoy enamorado de ti. - me dice Danny. - justo ayer.

- es cierto... he olvidado que estamos en el mismo día de hace unos meses. - dije para mi misma - escucha Danny, han pasado muchas cosas desde ese día.

- ¿te refieres hasta hace unos horas? - se ríe. No arranqué aún, y me voltee para verlo. - escúchame, no tienes porque sentirte presionada a darme una respuesta. Somos amigos ¿que no?

- muy buenos amigos. - le dije mientras tomaba de su mano. - me alegro tanto de que lo entiendas.

- cambio de planes. - se abre mi puerta, y era Tory, quien me baja de un tirón. - yo voy con Danny a comprar el pan.

- pero me servirá para practicar la manejada. - le dije molesta.

- si, y me gustaría ir con ella. - dice Danny y sonreí.

- Lana, he invitado a un amigo a cenar. - Ella dice, y Los dos la vemos tan solo sin decir nada más. - su nombre es... Ced.

- ¿Zeedd? - supongo que Danny se imagino al dj. Voltee a ver al frente del porche y ahí se encontraba el. Justo cuando creí que jamás lo volvería a ver.

- papá quiere un pastel entonces... yo voy a la pastelería y ustedes van por el pan. - se sube al carro y ella arranca y se va con el.

Yo, corrí a los brazos de Cedric y nos abrazamos con singular alegría. El lucía igual, igual que la última vez, ahí enfrente de las gradas, apunto de empezar la competencia. Con su camisa amarilla con negro.

- de verdad creí que no había funcionado. - le dije mientras el tomaba de mis mejillas. - creí que no estabas aquí.

- estaba en tu cocina y... tu papá se apareció y no quise que me viera. Así que me salí al patio. Vi a Tory y... el resto es historia. - se acerca para darme un beso.

- estás vivo. - ahora yo lo besé. - estás en el mundo real.

- estoy en tu mundo. - cierto. No debo hacer menos, lo que el creía como su realidad. - Aqui no tengo magia.

- bienvenido a mi horrible mundo. - reímos. - yo... em... tenemos mucho de que hablar. Tienes tanto que saber.

𝑈𝑁𝐷𝐸𝑁𝐼𝐴𝐵𝐿𝐸 | 𝐶𝐸𝐷𝑅𝐼𝐶 𝐷𝐼𝐺𝐺𝑂𝑅𝑌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora