ᴠɪ. ɪ ᴡᴏɴ'ᴛ sᴀʏ ɪᴛ.

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—Listo Mari, los configure en modo intermedio, así podrían moderar la cantidad de personas que estarán aquí y las que estarán en la alberca— Musitó el moreno mientras probaba los controles en los distintos juegos

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—Listo Mari, los configure en modo intermedio, así podrían moderar la cantidad de personas que estarán aquí y las que estarán en la alberca— Musitó el moreno mientras probaba los controles en los distintos juegos. 

—Gracias de verdad Max— Hablo la azabache sintiendo un enorme alivio. —De verdad que yo no tenía idea de qué hacer con respecto a los videojuegos, no se mucho de esas cosas la verdad— siguió mientras veía a su nuevo amigo manipular a “The Riddler” en Mortal Kombat. 

—Cuando quieras Marinette, yo siempre estoy dispuesto a ayudarlos en lo que se les ofrezca— Dicho esto le extendió el control para luego preguntarle —¿Quieres intentarlo?

—No gracias Max, no soy fanática de los videojuegos… pues creo que todo está listo, te esperamos aquí mañana y no olvides tu traje de baño— Terminó de hablar y tras un breve abrazo el joven de rastas abandonó la habitación, siendo seguido por la azabache. 

—Los veo mañana— Gritó el moreno en la puerta de la mansión mientras les hacía una seña con la mano, esto para ahorrarse el tener que buscar a todos los integrantes y despedirse de ellos uno por uno. 

Una vez que abandonó la mansión, el ojiverde fue quien tomó la palabra primero tras escuchar el gruñir de su estómago.

—Tengo hambre, vamos a preparar la comida, igual para todos, hoy me toca a mí— Dicho esto se encaminó a la cocina. Cuando en ese momento la voz de la líder se hizo escuchar desde el medio de las escaleras.

—Marc no… mejor pidamos una pizza— Propuso un tanto desanimada —No quiero que la casa huela a comida un día antes de la fiesta, solo esta vez. Si quieren la pido yo, pero alguien más que la reciba, no me siento muy bien, me duelen los pies gracias a los tacones— En parte sí era cierto, pero también el asunto del rubio la tenía una tanto afectada.

Y sin más decir la ojiazul se dió la media vuelta para subir los escalones restantes hasta llegar a la segunda planta donde se fue directo a su habitación. 

Ahí sacó su teléfono de la cartera para desbloquearlo y empezar a marcar a la pizzería más cercana. 

—Buenas tardes— Tras dos timbres la voz de un empleado se escuchó por el otro lado de la línea. 

—Buenas tardes, quisiera ordenar una pizza jumbo de pepperoni, con mucho queso… en la mansión ubicada en la universidad Françoise Dupont… de acuerdo, estaré al tanto— Sin más que decir la azabache colgó la llamada y lanzó su teléfono lejos para después volver a tomar su cartera de dónde sacó el chocolate. Al verlo su corazón empezó a latir más fuerte y sin saber porque se quedó mirando la palabra “Love” grabada en el dulce. 

«¿Qué habría pasado si mi teléfono no sonaba?»

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ɴᴇᴡ ʀᴏᴍᴀɴᴛɪᴄs ||ᴀᴜ ᴀᴅʀɪɴᴇᴛᴛᴇ|| +18 ғᴛ. ᴇsᴍᴇ ᴄᴀᴅᴇʟᴇᴢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora