Los rumores forjaron a la reina, inalcanzable, orgullosa e inteligente. Cualidades que le permitieron construir un reino moderno dentro de la universidad.
Así es como los alumnos describen a Marinette la reina de la fraternidad "The New Romantics"...
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Los labios de la rubia se movían lentamente sobre los de la pelirroja, quien no sabía exactamente cómo sentirse, pues la verdad fue algo inesperado, algo que nunca pensó que haría, pero por otra parte no podía negar que la sensación era algo indescriptible.
—Chloe— Susurró entre besos mientras se separaba de la contraria, quien no pudo evitar abrazarla, con la intención de darle consuelo y tranquilidad ante todo lo que acababa de pasar. Algo que también había sido nuevo para la rubia y nunca esperó que esa parte de ella saliera a la luz.
—lo siento, es hora de irme— exclamó la pelirroja, confundida por lo que acababa de pasar.
—¿Por qué? ¿acaso hice algo malo?— cuestionó la ojiceleste, acunando el rostro de la pelirroja, esperando que eso fuera suficiente para retenerla.
—Esto fue una mala idea— sin más la ojiverde, se separó de la rubia y salió corriendo por los jardines en busca de la salida.
—¡Sabrina, espera!— gritó, de inmediato procedió a seguir a la joven, pero su acción se vio frustrada, cuando su tacón se hundió en la grama
—¡Maldición!— alzó el rostro, viendo como la chica que hace unos segundos, besó, se perdía entre los invitados —no te vayas— fue lo último que susurro.
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—Los de la banda fueron muy amables, van a enseñarle a Luka a superar su pánico escénico. Y cómo buena novia, estaré en cada uno de los ensayos para apoyarlo— llevando a su boca, una cucharada de crema de pollo y verduras, el almuerzo que las tres amigas habían preparado, para el domingo.
—Me alegra mucho escuchar eso, Gami. Pensar que Adrien y yo queríamos organizarles una cita, porque ustedes no tenían tiempo para pasar junto y ahora. A este paso serás la manager de tu novio— ambas azabaches rieron. Mientras, Chloe degustaba su crema en silencio. Las femeninas notaron la ausencia de comentarios de su amiga.
—¿Chloe, va todo bien?— indagó preocupada la de ojos almendrados. La rubia no dijo nada, simplemente suspiro, dejando su mejilla reposando sobre la palma de su mano.
—¿Abeja, te sientes bien? Apenas y has probado tu crema— la euroasiática, miró el plato aún con bastante comida.
—Si, es solo que, no tengo mucha hambre— se limitó a responder, seguido apartó el plato, se levantó de su lugar y sin decir nada solo se dirigió a la segunda planta.
Al llegar a su habitación, solo se pasó la mano por el cabello y por fin sacó ese sollozo que estaba conteniendo desde hace un largo rato, acompañado por una que otra lágrima.
¿Por qué le afectaba tanto el rechazo de la pelirroja? Con nadie se había sentido de esa manera. Tal vez, el consejo de una amiga le ayudaría. Solo que tenía planeado esperar hasta mañana, platicar con sus amigas y todo dependería del resto.
