xxᴠɪ. ᴛʜɪs ʟᴏᴠᴇ.

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—De acuerdo— Habló la rubia una vez que salieron de la casa —Sabrina aún no tiene una habitación asignada porque aún no es alumna oficial nuevamente

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—De acuerdo— Habló la rubia una vez que salieron de la casa —Sabrina aún no tiene una habitación asignada porque aún no es alumna oficial nuevamente.

—¿Entonces?— Cuestionó la ojiazul —¿Sabes dónde encontrarla?

—Si, escuché que se está quedando en un departamento que tiene su padre, no muy lejos de aquí de la universidad, nos queda cerca si vamos caminando— Respondió en tono serio 

—Bien, iremos, pero si detecto algo que no cuadra, no dudaré en tomarlas y marcharnos— advirtió la de rasgos orientales, seguido emprendió camino por delante de sus amigas. 

Las calles del campus, lucían tranquilas, algunos estudiantes caminaban de regreso de sus clubes,en dirección a sus habitaciones o en busca de algo de comer. Y como era de esperarse, las tres recibían una cantidad incontable de saludos, y claro intentaban responder a todos, sin desviar la atención de su amiga de dorada cabellera, quien parecía perdida, pensando en que cualquier error que pudiera cometer, podría ser la causa de un terrible dolor que tendría que soportar los próximos días, semanas e incluso meses.

Al salir del alma mater examinaron los alrededores.

—Guíanos, Chloe— pidió la ojiazul, al ver que su amiga estaba distraída en sus pensamientos. 

—Sí, es por aquí— la ojiceleste comenzó a andar por la acera, con rumbo a un bloque de departamentos cercanos a la universidad. El trayecto fue silencioso, la tensión y preocupación era palpable en las tres jóvenes.

—¿Falta mucho?— indagó la de ojos almendrados, cuando pasaron de largo el bloque de apartamentos que suponían era el de Sabrina.

—Ya casi Gami, es ese pequeño departamento que está ahí— señaló unas instalaciones que se encontraban al costado de los edificios. Eso fue lo que me dijo el decano de la universidad cuando le pregunté—  aclaró. 

Las dos azabaches se miraron con preocupación, el momento había llegado y podía ser beneficioso para Chloe o perjudicial. Las tres femínas se situaron al frente de la puerta. Al ver la indecisión de la rubia a tocar la puerta, Marinette vio el intercomunicador situado a un costado de la vivienda y lo presionó. Esperaron unos segundos, cuando escucharon una voz del otro lado.

—Buenas tardes— era la voz de Sabrina.

—Buenas tardes, somos Chloe, Marinette y Kagami, venimos a hablar contigo, cómo le pediste de favor a nuestra amiga— respondió seria la asiática.

—En-enseguida les abro— el intercomunicador se quedó en silencio, del otro lado de la puerta se escuchaba un ruido escandaloso, como si estuvieran ordenando las cosas con premura. Luego de un minuto, la puerta de metal fue abierta, dejando ver a una asustada pelirroja, que acomodó sus gafas para enfocar a las tres jóvenes frente a ella.

—Gracias por venir— exclamó en un susurro. 

—Aún no agradezcas— masculló molesta la ojiazul.

ɴᴇᴡ ʀᴏᴍᴀɴᴛɪᴄs ||ᴀᴜ ᴀᴅʀɪɴᴇᴛᴛᴇ|| +18 ғᴛ. ᴇsᴍᴇ ᴄᴀᴅᴇʟᴇᴢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora