ᴇᴘɪʟᴏɢᴜᴇ: ǫᴜᴇᴇɴᴅᴏᴍ.

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Dos años después, Helsinki, Finlandia.

-Tienes los juguetes de Louis en la maleta de mano- preguntó una apurada Marinette que doblaba la ropa de su hijo, tal y como Kagami le había enseñado en su última visita a la ciudad donde ella y Adrien viven junto a su pequeño hijo -¿Adrien?- silencio

-¡Por todos los cielos!- con pesados andares Marinette salió de la habitación de su pequeño, la cual estaba adaptada siguiendo la metodología Montessori, fomentando la independencia del pequeño.

-Mira lo que hace el monito del video- escuchó la voz de Adrien provenir del área de juegos de su pequeño -dice mmm, si juntas el sonido con la vocal "a" se lee "ma" y si lo repites dos veces dice "mamá"

-Ma-ma- una risa traviesa de escuchó del pequeño -ma-me

-Adrien, apenas tiene dos años- Marinette reprendió, extendiendo sus manos para cargar al bebé rubio que una vez le vio ingresar, se agitó en los brazos de su padre para ir con su madre -yo lo entretengo en lo que vas y metes los juguetes para poder distraerlo durante el vuelo.

-Louis es un bebé muy astuto, no está de más enseñarle de esa forma- se defendió Adrien, mientras tomaba algunos juguetes y libros favoritos de su hijo.

-Yo quiero jugar, no quiero estar aprendiendo esas cosas- Marinette hizo una voz infantil, mientras veía con ternura al bebé en sus brazos, que alegre la observaba con sus grandes ojos verdes.

Era el vivo retrato de su padre, y parecía que fue ayer cuando durante su paso por Shanghai como último destino de parte de la larga luna de miel, en la que recorrieron más de un país, que empezó a sentir ligeros malestares. Ella sentía miedo de que algo malo le estuviera pasando. Alguna enfermedad que podría arruinar su matrimonio apenas había empezado. Pensando lo peor, no quería atar a su esposo a una mujer enferma.

Por ello le pidió de inmediato ir a algún doctor de la región para un chequeo. Al rubio no le importaba el dinero, solo quería descartar cualquier anomalía para su esposa, que todo estuviera bien.

Al ir a donde el médico, lejos de recibir malas noticias. Se volvieron la pareja más feliz del mundo. Pues recibieron la noticia de que su amor había dado el fruto que ya crecía en el vientre de ella.

Las palabras sobraban para que pudieran expresar cómo se sentían. Al cabo de unos días regresaron a París, sólo para dar la noticia a sus familias. Sólo fue una pequeña visita, pues Adrien debía estar en Finlandia lo más pronto posible para empezar su trabajo como profesor de primaria baja. Un trabajo que hasta el día de hoy llevaba a cabo con éxito. Por ello con los sueldos de él y ella que se encargaba de dar capacitación en empresas. Pudieron comprar la hipoteca de una casa. Una casa que hasta el día de hoy llamaban hogar.

El embarazo de ella resultó bastante tranquilo, pues pudo trabajar sin ningún problema y sus revisiones médicas eran solo cuando se requería ver la evolución del feto. Y nueve meses después por fin recibieron entre sus brazos al pequeño Louis.

-Gatito, ¿tienes los boletos?- Marinette cargaba en su porteo a Louis que se había quedado dormido luego de su relajante baño. Revisaba su cartera que estaba junto a la pañalera de su pequeño.

-Si, princesa tengo todo listo ¿podemos irnos ya? - Adrien miró su reloj, debían estar una hora antes para pasar por los respectivos tramites en el aeropuerto.

-Deja solo doy una última revisión a la casa y...

Adrien detuvo a su esposa, tomándola de los hombros con cariño, dando un tierno beso a la coronilla de su cabeza.

-Tranquila, ya he revisado todo, dejé el temporizador de programado para la noche y le pedí a nuestros vecinos que se dieran una vuelta por los alrededores, cómo lo acordamos en la reunión de vecinos ¿recuerdas? Apoyarnos entre todos cuando...

ɴᴇᴡ ʀᴏᴍᴀɴᴛɪᴄs ||ᴀᴜ ᴀᴅʀɪɴᴇᴛᴛᴇ|| +18 ғᴛ. ᴇsᴍᴇ ᴄᴀᴅᴇʟᴇᴢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora