Capítulo 20

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—¡No, no y no! Kala, ¡CASI TE BESAS AL DIOS DE LA GUERRA! MEJOR AÚN, ¡¡LE GUSTAS!! —aún no entiendo cómo ninguno de mis padres ha subido a mi habitación luego de la tanda de gritos de Mika.

—Mika, ¿Es imposible que te emociones sin gritar? —ella solo respondió sacando su lengua infantilmente—. Y además, nunca dijo que le gusto.

Intenté convencerme a mí misma con mis palabras.

—Kala, es el dios de la guerra, créeme que "Te quiero" o "Me gustas" no son términos frecuentes en su vocabulario. ¿Qué te asusta?

—¿A qué te refieres? —pregunté.

—Kala, sé que es difícil para ti aceptarlo, pero aún sin conocerlo, sabías que estabas sintiendo algo por él, si bien es cierto que en ese entonces no sabías que era el señor destrucción, lo que él es en tus sueños, ¿no crees que es lo que realmente es? Y además, ¡Los sueños! Él también te sueña Kala, y te hizo saber que se sintió mal el día que no fuiste a su encuentro furtivo! —reí ante esa última frase—.  Kala, ¿Qué pasó esa noche? Cuando Ares no te encontró.

Mi sonrisa y buen humor desaparecieron al recordar aquello, lo que pasó esa noche, cómo me obligué a despertar del sueño, y sobre todo, cómo me obligué a no volver a dormir por miedo a volver a presenciar aquello.

—Ese día, yo acudí al lugar donde siempre nos veíamos, en el sueño sabes, pero al llegar, Ares no estaba, cabe destacar que ese día me dormí más temprano que... las noches anteriores, tal vez aquello fue mi error...

♧Flash back♧

Llegando a aquel preciado jardín donde la calma se apoderaba de mi ser y aquel hombre de mi calma, noté la falta del mismo y la presencia del malestar. Aquella aura no correspondía al hombre de cabellos negros y ojos oscuros, alguien más estaba en el lugar.

Me giré e intenté volver, pero la imponente figura de un hombre cuyo rostro se cubría de molestia y sus cejas se fruncían en un mar de desacuerdo me lo impidió.

—¿Acaso tu amado ha desistido? —preguntó aquel hombre. Ignorando mi miedo, elevé mi rostro con gallardía y aún con temblores calándome los huesos, negué—. Yo diría que sí lo hizo, tal vez encontró alguna mortal para satisfacer sus deseos y se ol-

Intenté pasar de su presencia y seguir caminando, pero sostuvo mi brazo con fuerza manteniéndome frente a él. Intenté librarme de su agarre pero me fue imposible. Cuando volví a intentarlo, soltó un golpe directo a mi rostro, sangre esparcida en el suelo. ¿Toda esa sangre era mía? Me tomó por el cabello y me puso de pie, arrastrándome con él.

No sabía por qué, pero en ese momento, empecé a pedir a los dioses. Casi me daba por vencida, hasta que una presencia intangible me tomó con fuerza y me llevó fuera de ese lugar. Para ser exacta, a la realidad.

Esa noche y con la mezcla entre miedo y sueño dentro de mi sistema, puse todo mi esfuerzo para mantenerme despierta toda la noche. ¿Podría saber aquel chico que no estaba? ¿Qué sucedió? ¿Puede ver él a aquel nefasto hombre que quería llevarme?

Miles de preguntas en mi mente, me mantuvieron alerta toda la noche.

Esa noche, el dios de la guerra no se pudo encontrar con su reina, la diosa del amor.

♧Fin de flash back♧

—Kala, debes contarle aquello a Alala. No sabemos quién es ese hombre, ni qué quiere. ¿Y si te hace daño? Kala, simplemente no me lo perdonaría. —Mika estaba realmente preocupada, y la entendía.

—Lo haré, te lo prometo. Pero primero, esperaré que pase esta semana al menos, ella me está ayudando más de lo que debería y no quiero incomodarla con mis problemas tan rápido.

—Te entiendo. Pero espero que no lo dejes pasar como algo banal, porque no creo que lo sea, Kala. Ahora, a dormir porque mañana tenemos que ir a nuestro curso de gastronomía.

Esta vez fui yo la que reí estrepitosamente, recordando aquella sarta de mentiras que tuvimos que decirles tanto a mis padres como a los de Mika. Sí, para ellos, nos ausentaríamos toda la semana porque nos interesamos en un curso de gastronomía. Y lo peor, es se lo creyeron, celebrando el hecho de que quisiéramos aprender a cocinar. Pobres de ellos cuando no podamos ni hervir agua.

—Mika, ¿Crees que la persona que se robó la esfera del abuelo, tuvo que ver algo con su muerte?

—Quisiera decirte que no, y que no te preocuparas. Pero sabes que no te voy a mentir Kala, estoy convencida de que la misma persona está involucrada en ambas cosas, pero ya no debes pensar en eso, debes estar concentrada para que puedas investigar al respecto, y sobretodo, para disfrutar a tu dios griego. Ya, ahora duérmete.

—Hasta mañana, loca.

—Hasta mañana, Afrodita.

ENTRIÓN I: Un viaje de Dioses [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora