- Che, Mari, ¿te falta mucho? - le pregunté a mi amiga. Llevaba más de diez minutos diciendo "ya casi" cada vez que le preguntaba si ya está lista.
- Bancá, Mar, estoy con el labial - me respondió desde el baño. Me metí con ella y la veo poniéndose un labial rojo un poco fuerte.
- Boluda, pero si vamos a almorzar nada más, ¿por qué tan arreglada? -en lo que preguntaba miré su outfit, bue, al menos en eso iba tranqui.
- Chiquis, ¿ya están? - Cami entró al baño preguntando eso. Se acomodó la ropa frente al espejo y nos miró con una ceja alzada.
- Y no sé - respondí. -, eso mismo me pregunto yo.
Miré a Mari que estaba acomodándose bien las cejas. Ella sonrió al notar mi mirada sobre ella y asintió.
- Ya estamos.
Caminamos juntas por la 9 de julio, íbamos riéndonos de cualquier pavada que se nos ocurriera.
- Che, Mari, va tu wacho, ¿no? - le pregunté con un poco de picardía.
María sonrió y asintió con su cabeza. - Sí, boluda. Bah, mejor dicho va el que quiero que sea mi wacho algún día.
- Fua, con razón esos labios rojos - le di un codazo juguetón en las costillas, y su sonrisa se ensanchó.
- ¡Pero también va el de Cami! - se apresuró a decir y yo miré sorprendida a mi otra amiga.
- ¿Valen también va? - pregunté, a lo que la chilena asintió sonriente. - Fua, claro, ¿para qué me hacen venir si van a andar de cita doble? - me crucé de brazos e hice un puchero fingiendo enojo.
- No creas que no pensamos en vos, loqui - Mari me abrazó. -. Va un amigo de los pibes.
- Se llama Gonza, es re piola - completó Cami. Abrí mi boca para quejarme, sabían que en este momento de mi vida quería estar sola. -. Igual tranqui, quedamos en que hoy vamos todos como amigos.
Suspiré y, aunque en estos temas me costaba, decidí confiar en mis amigas.
Hacía menos de tres meses que había terminado con mi novio de casi dos años y medio, además mi carrera estaba lanzándose y quería enfocarme en eso nada más. Mi amor por Pepe, mi ex, no se iba a ir de la noche a la mañana. Tuvimos una relación hermosa y muy sana, repleta de amor y felicidad. Pero la distancia nos cagó. Él es español pero vive en Los Ángeles por la universidad. Yo soy de Argentina pero viajo constantemente por mi música o el modelaje, así que cada vez se nos complicaba más.
Llegamos a un restaurante frente al obelisco. Estaba a medio llenar, lo cual era raro ya que era casi la una de la tarde. Mari señaló una mesa de seis en la que estaban tres pibes sentados, riéndose de algo que veían en el celular de uno de ellos. Nos acercamos.
- Buenaaaas - saludó María llamando la atención de los tres.
Al toque se levantaron para saludar. Valen, también conocido como Wos, nos dedicó una de sus sonrisas hermosas antes de darnos un beso a cada una.
- ¡Mar! ¿Cómo estás? Tanto tiempo sin verte - me abrazó fuerte y yo se lo devolví sonriente. -. Te presento, vení. A Thomi - señaló al futuro wacho de Mari, que me saludó con una sonrisa. - ya lo conoces, pero a Gonza acá estoy casi seguro de que no.
Señaló al tercer pibe. Tenía casi la altura de Valen (osea como una cabeza más alto que yo), pelo negro, ojos marrones y una sonrisa tímida pero linda.
- Hola, soy Martina - me acerqué a él y le di un beso en una de sus mejillas. -, un gusto, Gonza.
- Igualmente - respondió. Tenía una voz grave y muy profunda. Hermosa.
Mantuvimos las miradas durante unos segundos más hasta que los chicos empezaron a sentarse. Me tocó entre Valen y Mari. Con las chicas nos sacamos las gorras y los anteojos de sol que habíamos usado para evitar ser reconocidas, porque queríamos un almuerzo tranqui y lejos de cámaras. Vi otro par de gorras así que supuse que Valen y Thomi igual habían venido tapados; sus carreras se estaban disparando y tenían muchísimos fans.
Una de las mejores cosas de juntarse con Valen y Thomi era que sacaban temas de conversación por donde sea, y siempre tenían anécdotas que te hacían reír. Gonza era más callado pero igual bastante interesante.
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BLURRED LINES • Bizarrap
Roman pour Adolescents1er LIBRO DE LA SAGA BIZAxTINI. Donde Gonzalo y Martina dibujan una amistad con líneas muy difusas.