Martina.
- Chau, gordito - saludé a Mauro cuando Gonza estacionó afuera de su casa.
Mauro se acercó hasta la puerta de copiloto y yo bajé la ventana. Me miró haciendo un puchero.
- No me digas gordito, ¿no ves que estoy re flaco? - se quejó. Gonza y yo nos reímos. - Full dieta, loco - señaló a su amigo y lo miró serio. -. A vos también ya te hace falta, no te rías.
Gonzalo se puso serio de repente y fue el turno de Mauro de reír. Obvio que yo lo acompañé, si molestar a Julián era mi vocación.
Mi vidrio empezó a subirse, dejando afuera de Mauro que se quejaba y le gritaba a Gonza que era un calentón.
- ¡Calentona tu vieja, wacho! - le gritó para que pueda escuchar.
Mauro puso su mejor cara de ofendido antes de hacer fuck you y encaminarse hasta la puerta de su casa. Una vez entró Gonza puso el auto en marcha de nuevo.
- ¿No tenés hambre? - me preguntó.
- Para qué preguntás cosas obvias, lindo - respondí.
- ¿Vamos a desayunar? - paró en un semáforo en rojo y me miró con una ceja en alto.
- La verdad me muero por sacarme este corpiño, me está ahorcando - hice un puchero tocando mis pechos por encima del corpiño. -. Así que hay dos opciones: vamos al hotel, me cambio y salimos a desayunar por ahí; o vamos al hotel y pedimos desayuno a la habitación.
Gonza soltó una carcajada tirando su cabeza hacia atrás, dejándome una vista perfecta de su nuez de Adán en movimiento. Creo que era mi nueva cosa favorita de él. Obvio después de sus labios.
- Igual - Gonza puso en marcha el auto cuando la luz estuvo verde. - siempre podemos comprar algo para comer en el auto y te haces volar el ñocorpi, por mi no hay problema, si igual sería como tener a alguno de mis amigos en frente porque ni tenés tetas.
Abrí mi boca súper ofendida por su comentario. Me crucé de brazo y miré seria hacia adelante, pero no dije nada más. Unas cuadras después, sentí su mirada durante unos segundos y apostaría lo que sea a que tenía su sonrisa burlista pintada en el rostro.
- Flaquita, no te enojes, eu - murmuró. Como no le di respuesta empezó a picarme las costillas con su dedo índice y siguió diciéndome cosas para que le dé bola, pero ni me inmuté. Él suspiró y paró el auto en un hueco. Me miró. - Mar, eu - me llamó. - ¡Maaaaaaar! - extendió la "a" con un tono de ruego, pero tampoco obtuvo respuesta de mi parte. Escuché el ruido del cinturón siendo desabrochado y pronto sus manos estuvieron en mi cintura.
- ¡¿Qué haces?! - le grité, pues en un acto rapidísimo me desabrochó mi cinturón y prácticamente me tironeó hasta quedar sentada sobre él.
- Dale - dijo extendiendo la "a". Escondió su cara en el hueco entre mi cuello y mi hombro y sentí cómo inhaló fuerte. -, en ma joda y el after te la pasaste comiendome la jeta y ahora te haces la difícil.
- Corrección, me la pasé ayudándote a deshacerte de dos densas.
Se enderezó para juntar nuestras miradas. Su ceja izquierda estaba alzada y su boca se ladeaba en una sonrisa sin mostrar los dientes. Amaba cuando hacía ese gesto, pero él no lo sabría.
- Y me vas a decir que no lo disfrutaste, ¿no?
Bufé y giré los ojos antes de intentar volver a mi asiento. Y digo "intentar" porque él lo impedía abrazándome fuerte por la cintura. Lo miré mal.
- Dale, Julián, soltame - le exigí seria.
Cerró sus ojos y de su boca salió un sonido como "mmm". - ¿Alguna vez te dije que me re pone que me digas Julián?
Sonreí coqueta y me acomodé mejor sobre sus piernas, provocando una fricción entre mi culo y la zona de su pene. Pasé mis brazos por encima de sus hombros, haciendo mimos en su nuca con uno de mis dedos. Nuestras bocas estaban a milímetros de distancia cuando hablé.
- Nunca me lo dijiste pero era obvio - murmuré. -, es re obvio que toda yo, con mis tetitas casi inexistentes y todo te re pongo caliente, Juli.
Y aproveché su distracción para pasarme rápido al asiento de copiloto. Gonzalo me miró sorprendido, sus ojos estaban un poco más oscuros de lo normal y sus labios entreabiertos. Me moría de ganas de plantarle un chape pero no lo admitiría en voz alta. Nunca.
- Ahora arrancá o me bajo, me voy caminando y ya no te hablo nunca más.
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BLURRED LINES • Bizarrap
Novela Juvenil1er LIBRO DE LA SAGA BIZAxTINI. Donde Gonzalo y Martina dibujan una amistad con líneas muy difusas.