La Luz de la Sirena - Jenlisa

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«Hey, ¿cómo te sientes?» Pregunto cuidadosamente mientras entro a la habitación con una taza de chocolate caliente. Lisa se encoge de hombros y se sienta más recta en su cama mientras se lleva las piernas al pecho y apoya la barbilla en las rodillas.

«Estoy bien». Dice, pero sonríe levemente mientras le entrego la taza caliente. Después de murmurar un agradecimiento y tomar un sorbo, coloca la taza en la mesa de al lado y se mira los dedos de los pies. Fruncí el ceño ante la vista y me senté a su lado.

«Está bien decir que no estás bien, ¿sabes?» Digo con cuidado. Ella se ríe y vuelve su rostro hacia mí.

«Es mejor decirlo, así me convenzo a mí misma de que estoy bien», susurra mientras baja la mirada. Al ver la forma en que sus ojos parecían lagrimear, sentí un tirón en mi corazón, pero no de una manera agradable. Mi ceño se profundiza y de repente creció la necesidad o el deseo de ver su hermosa sonrisa de nuevo. Suspira y apoya la cabeza en mi hombro.

«¿Crees que me estoy convirtiendo de nuevo en una sirena completa?» Pregunta nerviosamente. Dejé escapar un suspiro y puse mi mano en su rodilla.

«No sabemos con seguridad lo que está pasando, pero llegaremos al fondo de esto, ¿de acuerdo?» Aprieto su rodilla ligeramente para tranquilizarla, pero instantáneamente sentí que mi corazón se apretó cuando ella asintió con la cabeza, pero sus manos comenzaron a temblar levemente de miedo.

«Lo entiendo, pero, ¿qué pasa si no encontramos las respuestas que estamos buscando y vuelvo a convertirme en una sirena y nunca puedo ver el mundo como lo ven los humanos?» Pregunta mientras una lágrima escapó lentamente de sus ojos. Fruncí el ceño al verla y sentí que mi corazón se encogía.

Ella estaba asustada.

¿Pero por qué motivo?

¿Por qué tenía tanto miedo de volver a convertirse en sirena?

«Lo-lo siento. No quise llorar ni nada. Supongo que estoy cansada desde temprano». Afirma mientras rápidamente se seca las lágrimas, toma una respiración profunda y sonríe con una sonrisa tensa que sabía que era falsa.

¿Por qué me sigues mintiendo?

«Por favor, no te fuerces a mostrarme que estás bien cuando claramente no lo estás». Yo respondo. Me mira fijamente por un momento antes de apartar la mirada y juntar sus manos con fuerza.

«Quiero estar bien, pero no sé cómo». Ella susurra. Por la forma en que otra lágrima rodó por su mejilla y sus manos, supe que la verdad se revelaría pronto. Es una sensación agridulce, pero a partir de ahora, todo lo que puedo pensar es en la forma en la que ella está sufriendo.

Verla en este estado vulnerable me estaba lastimando más de lo que podía imaginar.

De repente, levanta la cabeza y se vuelve lentamente hacia mí mientras se seca la lágrima.

«Puedo sentir tu corazón doliendo ahora mismo». Me puse rígida y rápidamente desvié mis ojos hacia mis manos. La siento moverse en la cama y mirarme haciendo que mi corazón salga de mi pecho. Siento que mi respiración se atasca cuando suavemente coloca su mano debajo de mi barbilla y la gira para hacerme mirarla. Casi me derrito al ver que sus ojos se suavizan de repente.

«¿Duele por mi culpa?» Pregunta en voz baja provocando que un escalofrío recorra mi espalda cuando su aliento frío golpeó mi rostro. Ella espera pacientemente mientras continúa escaneando mis ojos aturdidos en busca de algo.

Cualquier cosa.

«Sí». Susurro en respuesta.

¿Por qué mentir?