Los humanos nacen, los monstruos se hacen.
***
DOLOR
¿Se puede revertir el carácter que tanto te ha costado forjar?
¿Es posible borrar de tu vida las atrocidades que has visto y hecho?
Axel Park es un joven psicólogo que ha pasado dos años en prisi...
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Me paralicé.
Me estaba costando reponerme, pero lo hice.
—Fingiré que no escuché eso —dije y fui hasta la cocina.
—Será un PAIN distinto. ¿Sabes lo que podemos lograr con el experimento que he diseñado? —empezó Julián, siguiéndome.
El dichoso experimento del que Lisseth hizo mención en sus libros ahora tenía sentido, ese fue el granito de arena que aportó Julián. Sin duda fue el suicidio del padre de Hale lo que lo animó a crearlo, seguramente con la única intención de ayudar a las personas que deseaban morir a darse cuenta de que nadie quiere morir.
—¿Por que necesita mi cooperación si tiene su gran invento? —Levanté una mano, para enfatizar mi punto, mientras abría el refrigerador con la otra.
—¿Qué le dijiste a Lisseth? —preguntó.
Estaba bebiendo de una botella de agua mineral para tener una excusa y no tener que hablar, pero él parecía no darse cuenta de que yo quería ignorar su pregunta, o quizá no le importó.
—No perderé mi tiempo imaginándolo, porque lo sé —dijo Julián al darse cuenta de que no iba a responder—. La conozco bien y estoy consciente de que hay solo una cosa que la haría sacudirse de esa forma...
La culpa.
—La culpa —estableció.
Cualquiera que quisiera tratar con ella tenía que conocer ese factor clave.
—¿Por qué lo pregunta si lo sabe? —consulté, arrojando la botella vacía al cesto de basura.
—¿Cómo pudiste hacerle algo así?
—Yo no hice nada... solo di mi opinión —me defendí, conciente de que él tenía razón—. Si ella lo interpretó de esa forma yo...
En ese instante me di cuenta de que esas palabras acababan de jugar en mi contra.
—Lo ves... eres muy talentoso, solo tienes que canalizar tu talento en algo bueno. Unas simples palabras de tu parte estuvieron... están a punto de destruir el trabajo de mi vida.—Permaneció en silencio un momento—. Te necesito conmigo para reformar PAIN.
Me negué, sacudiendo la cabeza.
—No lo creo... —Apoyé las manos en la barra—. Miré, viejo, sé mejor que nadie que si alguien me ayudó a entrar al hospital donde ahora trabajo fue usted y... le agradezco; pero, desearía que eso sea lo último que haga por mí.
