CHANYUN

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Bromance



Bangchan esperaba pacientemente en los asientos de cuero negro que irritaban sus piernas. Hacía demasiado calor aquella tarde y aunque su papá insistió en que llevará pantaloncillos, su otro papá dijo que no sería buena idea. Ya veía quien tenía razón. El sudor de sus piernitas le irritaba y al moverse creaba sonidos graciosos y tuvo con qué entretenerse hasta que uno de sus padres acarició su cabeza mandándole a callar.

El mayor de sus padres se mantenía quieto y rígido a su lado derecho, mirando a ninguna parte y con la mente perdida en quien sabe qué; su otro papá movía una pierna de arriba abajo y se mordía las uñas. Algo estaba pasando ahí y no tenía que ver con él, no está vez, porque ninguno de sus padres trató de sobornarlo con la promesa de comer carne ni dulces para que subiera al auto, y le dejaron llevar un montón de juguetes. Además, el edificio al que entraron no era el de su doctor ni el de su dentista, mucho menos el de la escuela.

Podía ser pequeño todavía pero Chan era astuto y muy inteligente y no se fiaba de sus padres cuando no le decían a dónde o con quien iban. Así que empezó a observar a su alrededor. Era un piso amplio y con muchas puertas casi transparentes, una muchacha joven los recibió al llegar y ahora estaba ocupada contestando llamadas, lo atrapó mirándola y le sonrió, el niño apartó la mirada totalmente ruborizado. Encontró un montón de folletos con niños en ellos, familias de muchas formas. Frunció el seño. En su casa había encontrado algunos de esos entre las cosas de sus padres y el comedor.

Papá. Papá ¡Papá!

Lo siento, cariño. ¿Qué sucede?

¿Qué hacemos aquí?

¿Familia Shin? Ya pueden pasar.

No le dio tiempo de decir nada más, sus padres lo tomaron de las manos y caminaron por un pasillo largo y lleno de fotos de un montón de familias, en un rápido vistazo pudo ver a sus padres con un bebé entre ellos, su papá Hyungwoo lo sostenía entre sus brazos mientras su papá Hoseok los rodeaba y sostenía la manita del bebé. Tenían la misma foto en su casa Y Bangchan supo que se trataba de él.

Al final del pasillo una puerta estaba abierta y daba paso a una oficina blanca y con muchos juguetes como los que había en su escuela, entraron y dejaron al niño jugar mientras los adultos esperaban sentados en un escritorio. Poco después y cuando Chan estaba por terminar de construir una torre de seis pisos hecha de bloques, entró una mujer cargando un bulto de cobijas y una mochila. Chan volvió la vista a su construcción con poco interés en la conversación de los adultos y entonces sus padres le llamaron, a regañadientes dejó su juego y fue a ver qué podían querer sus padres esta vez que no le dejaban en paz.

Bebé, tenemos algo que enseñarte.

¿Qué es?

Al menor le brillaron los ojos con claro interés, amaba las sorpresas y le encantaban los regalos.

Papá y yo sabemos que juegas tu solito en casa y quisimos darte compañía ¿Quieres conocerlo?

Chan aplaudió con entusiasmo y dio brincos en su lugar esperando conocer a su nuevo compañero de juegos. No es que sus padres no jugarán con él, lo hacían y mucho, pero Bangchan era travieso y estaba ávido por inventar travesuras nuevas y ninguno de sus padres le dejaba hacerlo a gusto. Si había alguien que le hiciera segunda en todas sus ocurrencias sería más que bienvenido. El menor de sus padres, Hoseok, le subió a sus piernas y lo acercó al bulto que ahora sostenía su otro padre. Y ya no entendió nada.

¿Un bebé?

Así es.

Pero es pequeño, no puede jugar ahora papá. Ya no quiero.

Chan hizo un puchero y cruzó los brazos sobre su pecho, claramente molesto, un bebé no era lo que esperaba, un bebé no podría correr tras un balón ni construir torres, ni jugar con la consola. Sintió ganas de llorar porque otra vez no tenía un compañero de travesuras y otra vez sus papás le engañaron. Un sollozo se escuchó y no provenía del niño, quien sorprendido se giró y encontró al bebé a punto de llorar.

Los ojos adormilados del bebé se enfocaron en los del niño, ambos estaban cristalizados aunque por razones totalmente diferentes, pero para Chan fue una señal. Fue como si el bebé estuviese pidiendo que lo quisiera, como si le prometiera que crecería tan rápido como pudiera y que jugarían juntos durante horas, que sería parte de todas sus travesuras. Chan se sintió mal de inmediato por hacerle el feo, a fin de cuentas ni él ni el bebé tenían la culpa de que sus padres no usarán sus dedos como habían enseñado a Chan para sumar y darse cuenta de que el bebé era mucho menor, en fin, sus papás eran bobos y el tenía un nuevo hermanito.

¿Cómo se llama?

No lo hemos decidido, ¿nos ayudas?

Se lo pensó por largo rato. La señora que lo llevó salió de la sala dejándolos a solas en su primer momento familiar, cambiaron el pañal (muy apestoso, Chan se recordó no estar cerca cuando volviera a suceder), lo alimentaron y Chan pudo jugar un rato con sus manitas, sacándole sonrisas con babas y sin dientes.

Yunho.

Es lindo, bebé Yunho.

Eres un gran hermano mayor, Chan.

Chan prometió que lo sería, porque el bebé Yunho era pequeño y regordete, y lo cuidaría mientras crecía y hasta que fuera capaz de correr con un balón. Lo que no esperaba es que la pequeña bolita de carne creciera más que él y se tirara en su cama, aplastándolo, cada que sus padres estaban fuera y no tenía qué comer, jamás pensó que pudiera crecer con tanta energía, que fuera tan tierno y al mismo tiempo tan desvergonzado. Pero así era su bebé Yunho y lo amaba, y para Yunho no había mejor hermano mayor que Bangchan, aún si le tenía que rogar para que le cocinara.


























Algo tengo yo con el ShowHo idc v: no se les hace que Chan se parece a Won? A mí sí, Yunho y Nunu son los ositos cariñositos de la familia <3

Muchas gracias a las personitas que han estado votando y comentando, me puse a llorar, hicieron mi semana! 😘

Hasta el próximo domingo ✨

Love, K.

PD: abríguense.

✧BETWEEN THE LIPS✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora