✧BETWEEN THE LIPS✧

MARKJINSON

Segunda parte.

Jackson quería creer que pronto despertaría de un mal sueño, que aquello no sería más que una pesadilla y que cuando abriera los ojos estaría en su cama, con Jinyoung y Mark a su lado, roncando y abrazados a él. Que sus novios no eran los monstruos de las películas.

Escondido en un rincón en la azotea del edificio, esperaba que no lo encontraran. Pensó en salir del edificio, pero estaba demasiado asustado como para ir más lejos, si ellos eran... lo que sea que fueran, quién podía asegurarle que no había más rondando alrededor. Sentía las mejillas ardientes y los ojos ni siquiera podía abrirlos sin derramar lágrimas, se sentía un niño asustado por una película de terror. El aire no lograba llegar a sus pulmones lo que hacía que hipara sin control, todo su cuerpo temblaba y el pecho dolía como si lo aplastaran.

Estaba más que asustado. Jinyoung había sido siempre sereno, sonriente y pacífico, dejándose hacer, regañando a Mark por cualquier cosa y acurrucándose en su pecho. El chico de mirada sangrienta no era su novio. Y Mark... Mark el doctor risueño, el chico juguetón y bromista, quien jugaba con los perros callejeros... no podía procesar haberlo visto transformándose en un lobo, con su hocico apretando el cuello de Jin, gruñendo.

El recuerdo lo hizo llorar con más ganas, el momento se repetía una y otra vez en su mente, quería creer que Jin no había saltado a su cuello, que Mark no saltó entre ellos sabiendo lo que Jin podría hacerle.

Pero lo que más le dolía era el engaño. Durante años, algo en su inconsciente le decía que el hecho de que Jin no se viera ni siquiera un poco mayor, algún cambio por muy insignificante que fuera no se hubiese mostrado. Ciegamente, se engañaba atribuyéndole a la alimentación y el ejercicio, a sus buenos genes, lo que fuera, cualquier cosa con tal de no aceptar lo que ya sabía, o al menos sospechaba. Empeorándolo todo, Mark tenía pleno conocimiento y no sólo eso, sino que escondía algo igual de terrible.

Su mundo, tal como lo conocía, no era más que una esfera cristalizada, arañada con las sospechas y las mentiras y en un segundo, los cristales cayeron hechos añicos. La mentira fue descubierta y el daño era irreversible.

La puerta de la azotea se abrió y cerró con un chasquido metálico, intentó esconderse más sabiendo de antemano que era inútil. No estaba preparado para enfrentarse a nada ni nadie y los pasos se acercaban.

¿Cómo me encontraste?

Tengo un buen olfato.

La voz de Mark era suave y aunque había dado con su escondite se mantuvo a una distancia prudente. Por mucho que quisiera, Jackson seguía aterrado de hacer cualquier movimiento que provocara un cambio en Mark. 

Hace frío. Regresa conmigo y te explicaré todo.

No.

Gaga, por favor.

Tengo miedo, Mark.

Lo sé. Yo también tengo miedo. 

Jackson alzó la mirada, Mark tenía el rostro entre sus manos, pero lloraba, sus hombros subían y bajaban con el ritmo de sus rápidas respiraciones, desconsolado. El rubio cayó al suelo sobre sus rodillas y Jackson se sintió la persona más horrible del mundo por causarle tal dolor. Su corazón no soportaba ver en tal estado a su novio y aunque, la verdad sea dicha, Jackson moría de miedo al pensar en lo que habían vivido momentos antes, la simple idea de perderlos, de no tener nunca más sus mañanas los tres juntos, con Mark cocinando el desayuno y Jinyoung despertándolo con besos, las charlas profundas con Jin, las tardes en el parque jugando baloncesto con Mark o incluso las duchas en el reducido espacio que los tres compartían eran demasiado, eran más que cualquier otra cosa que pudieran hacer, o ser.