Una gota de sudor se deslizó entre los pectorales de Mingyu hasta la parte en la que la línea del ombligo se perdía más abajo. Wonwoo miro hacia arriba, todo su cuerpo contraído en un espasmo que era casi doloroso. El más alto soltó el aire contenido, el vaho caliente alcanzó a Wonwoo y cerró los ojos, moviéndose de nuevo, Mingyu lo atrajo hacia sí, evitando que se alejara. Se dejó hacer, bastante hipnotizado por la visión que resultaba el cuerpo del moreno frente a sus ojos, Mingyu le dio la vuelta, pegando su espalda a su pecho, sosteniendo las manos lejos de él, para que no pudiera aferrarse a nada más que a sus manos.
El pequeño cubículo estaba caliente. Caliente y vaporoso. Caliente y húmedo. Wonwoo tenía que conseguir aire como fuera, necesitaba respirar aire fresco y salir de ahí. Pero sobre todo necesitaba poner más de un metro de distancia entre él y Mingyu, por su salud mental y bienestar físico, tampoco es que se quejara por la cercanía.
Mingyu era todo músculo y piel bronceada, encantador y diligente, con los brazos tan largos hacía sentir a Wonwoo como si no fuera tan alto como él. Estaba sudoroso, jadeante y ahí sólo para él, moviéndose a sus espaldas al ritmo de una canción que no conocía, susurrada a su oído.
Mingyu.
Hmm
¿Puedes soltarme?
Largó un suspiro y soltó sus manos. Wonwoo aprovechó la libertad para tomar su camisa y secarse el sudor del cuello y el rostro. Las paredes del elevador eran peligrosamente estrechas considerando el calor y las altas temperaturas generadas por la falla técnica, al ser metálicas se convirtieron en una plancha y al menor contacto bien podían salir como filete bien cocido. Mataría al encargado de los ascensores tan pronto como salieran de ahí.
Jamás se le cruzó por la cabeza que pasaría por aquello, que una falla mecánica arruinaría su fin de semana y con quién. Nada más y nada menos que Kim Mingyu, dueño del complejo de apartamentos y oficinas que Wonwoo diseñó con mucho esfuerzo. Se sentía orgulloso del proyecto aún si este era apenas el primero como arquitecto independiente y vaya suerte al toparse con su antiguo compañero de universidad, a quien, por cierto, odió en su momento por ser un hijo de papá riquillo, que solo invertía su dinero por gusto no porque fuera una buena causa, hasta que se cruzaron en el camino. No sabía cómo es que terminó hablando con él de sus nuevos proyectos y su resiente independencia, mostrándole sus diseños y en cuestión de minutos, Mingyu estaba firmando su primer cheque porque acababa de comprar el diseño más lujoso, haciéndole algunas mejoras, claro, porque Mingyu no escatimaba en gastos cuando de excentricidades se hablaba, agregó un un penthouse con una fuente tan grande que terminó pareciendo una piscina y dos ascensores privados, recubiertos por cobre. ¿Mencionó los tapices de terciopelo negro?
Y justamente el día que mostraba el trabajo final, el ascensor que iría directo al piso de Mingyu se averiaba. Jodida suerte la suya. Miró de nuevo su teléfono, con el calor que hacía ahí dentro la batería se consumía rápidamente y eran pasadas las ocho de la noche, seguramente ya no había nadie en el lugar. Tenía sed, calor, y hambre. Y unas terribles ganas de lamer cada gota de sudor del torso del moreno. ¿Pero que estaba diciendo? Basta, cerebro idiota.
Se dejó caer de nuevo en la alfombra de donde Mingyu lo levantó, al no poderse recargar en alguna de las paredes la única opción era el suelo, por muy caluroso que resultara era mejor tomar distancia del peligroso cuerpo de dios griego frente a él y hacerse de la vista gorda.
Arruinarás la alfombra con tu sudor.
Pues perdóname si ya no me interesa. Llevamos diez horas aquí y no creo que vayamos a salir pronto.
Vaya perceptivo que eres.
Si, Wonwoo estaba empezando a fastidiarse de aquella actitud pedante y creía recordar porqué lo odió durante la universidad. A Mingyu parecía no importarle cuanto llevarán ahí y si tardarían más, era como si lo disfrutara, como si sólo estuviera de vacaciones, pasando por una larga sesión en un sauna para después salir y beber mimosas. Seguramente eso hacia cada fin de semana, pero para el arquitecto las cosas eran muy diferentes, su trabajo no terminaba saliendo del edificio. Quedaban asuntos que atender, proveedores que ver, representantes con los que reunirse... tantas cosas que tenía que hacer en apenas tres días porque a Mingyu se le había ocurrido que la mejor fecha para inaugurar el edificio era un martes por la mañana.
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✧BETWEEN THE LIPS✧
Fanfiction~Deja de tentar mi inocencia con palabras dulces y obvias~ Historias cortas. Sin sentido en su mayoría. ☞Monsta X ☞Ateez ☞Seventeen ☞Got7 ☞Stray Kids