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Kyungrin, la pequeña de siete años de edad, se encontraba en silencio, mirando a sus padres abrazar a su hermano gemelo, Kyungsoo. La escena era hermosa, el amor de la familia Do era envidiable, el problema era solo uno, ella. A pesar de ser la mayor de los dos por unos segundos, siempre era tratada con rudeza y no entendía por qué, era tan pequeña, tan inocente que no comprendía por qué su hermano recibía regalos hermosos cuando a ella le daban solo hojas de colores y algunos crayones. Si Kyungrin tuviese que escoger una fecha específica para cuando comenzó a odiar a su hermano gemelo diría que fue ese; en su fiesta de cumpleaños número siete cuando comprendió que jamás escaparía de su sombra.

 Si Kyungrin tuviese que escoger una fecha específica para cuando comenzó a odiar a su hermano gemelo diría que fue ese; en su fiesta de cumpleaños número siete cuando comprendió que jamás escaparía de su sombra

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—¿Soo? ¿Bebé, qué haces aquí? —La dulce pero asombrada voz de su madre le hizo morder el labio inferior por unos segundos, ya no había marcha atrás—. ¿No deberías estar en la escuela, bebé?

Cada vez que su madre le llamaba "bebé" se sentía como un pequeño e indefenso niño de cinco años de edad. Debía cambiar, ya no más.

—Mamá, ¿y papá? —la señora lo miró con curiosidad, su hijo estaba raro.

—En el garaje —respondió sin dejar de verlo—, el auto no frena del todo así que lo está revisando.

Ante estas palabras el chico de cabellos castaños tomó a su madre del brazo con suavidad, pero obligándola a caminar a su lado con dirección al garaje.

—¿Qué tienes, bebé? —la mujer preguntó varias veces sin respuesta, su hijo solo caminó por la casa hasta llegar al destino.

—Papá.

La voz de su hijo hizo que el señor quedara alerta, casi golpea su cabeza del susto por lo inesperado, de modo que se alejó del auto volviéndose a ver a su esposa junto a su hijo.

—¿Kyungsoo?

—Mamá, papá, tenemos que hablar de lo que pasó —por unos segundos los mayores no comprendieron a qué se refería el chico, pero sus siguientes palabras aclararon todo el malentendido—. Ella no merece que la traten así, no sabía lo que hacía. No es su culpa.

—¿Kyungsoo, por qué vienes a hablar de algo que sabes pone a tu madre tan mal? —El hombre limpió sus manos y se acercó a su esposa porque sabía que podía estallar en llantos en cualquier momento, ella no era tan fuerte como él.

—Mamá, entiendo que tuvieran miedo de que yo perdiera la vida, pero no es culpa de Kyungrin. Ella era solo una pequeña, al igual que yo. ¿Por qué la siguen castigando luego de tantos años? ¿No ven que se siente inferior a mí?

El chico se había prometido a sí mismo no perder los estribos, él era alguien calmado, centrado y capaz de controlar sus emociones, pero llevaba tantos años guardando esas palabras que le era imposible contenerse.

—Bebé...

—Ya no soy un bebé, mamá. Si quieren culpar a alguien por lo sucedido, culpenme a mí —golpeó su pecho levemente—. Yo patee el balón. Yo decidí ir por él. Yo, mamá. Yo. —Por unos segundos su pecho dolió al ver pasar frente a sus ojos los recuerdos como si hubiesen sido solo una semana atrás.

Mi Acertijo |ChanSoo|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora