Esa mañana Chanyeol decidió ser fuerte y dejar de huir, en cuanto despertó salió de casa de su amigo en busca de aquella que merecía sinceridad. Sí, a pesar de todo, Kyungrin necesitaba esa verdad absoluta para dejar de perseguirlo cuando era más que notable su constante aislamiento.
La chica lo golpeó, le gritó, lo amenazó, incluso lo ofendió pero él lo aceptó todo porque sabía que en el fondo era su culpa. Nunca debió suponer, de hecho, no lo haría de nuevo. Kyungsoo le pidió seguridad, una muestra de que no estaba jugando con ambos y lo haría.El primer paso lo dejó con dolor en el pecho, físico y mental, pero ya estaba hecho y siendo honesto, se sentía bien. Era liberador no tener que esconderse de ella y estaba listo para hablarle a Kyungsoo sin vergüenzas, besarlo una vez más sin sentir que estaba haciendo mal. No, ahora era un chico libre.
Cuando Kyungsoo llegó a la casa esa mañana encontró a su hermana totalmente destruida, llorando y tirada en el piso rodeada de fotos. Él se asustó, la intentó ayudar, pero ella solo lo envió lejos.
—Kyungrin, háblame. ¿Qué ha pasado? —Lo intentó una vez más y ella lo miró con rabia, su maquillaje corrido y su cabello alborotado.
—¿Por qué preguntas? —Gritó con su mirada fija en la de él—. Una vez más, tienes lo que quieres. Siempre es así, ¿verdad hermanito? —De pronto su mirada cambió y su sonrisa la hacía parecer demente—. Si el pequeño Kyungsoo quiere el castillo lo obtendrá porque es el puto rey de la familia. Si el pequeño Kyungsoo quiere un maldito país lo va a tener, ¿a que sí, hermanito?
—Kyung... —Intentó hablar pero el nudo en su garganta no lo dejó. No sabía qué había pasado, pero sí comprendía el sentimiento de su hermana, totalmente.
—No digas mi nombre. No me mires. No me hables. ¡Sería perfecto si desaparecieras! —Vociferó y jadeó por el gasto de energía, llevando su mano a su pecho y tratando de controlar sus lágrimas—. Te odio, Kyungsoo. Te odio desde que tengo uso de razón. ¡Te odio!
Sus palabras lo hacían sangrar por dentro, él la amaba tanto, la defendía frente a todos, abandonaba lo que más deseaba con solo darle felicidad a ella, pero a ella nada le importaba. Todo lo que hacía parecía estar mal a sus ojos, aún así volvió a acercarse y en el suelo la abrazó con fuerza. Ella se intentó liberar, pero él no se lo permitió, la mantuvo cerca suyo mientras hablaba con decisión.
—Ódiame, noona. Ódiame todo lo que quieras, estás en tu derecho, pero no me vas a prohibir amarte, noona. Eres mi hermana y te quiero por sobre todas las cosas. —Ella rió irónica entre llantos, pero a él no le importó, solo siguió—. Piensa lo que quieras, pero no te vas a liberar de mí tan fácilmente. Somos gemelos, cuando te veas al espejo me verás y siempre tendremos ese vínculo que nos une, aunque no vivamos bajo el mismo techo.
—Esta es una maldición. —Suspiró y se puso de pie aprovechando que su hermano aflojaba el agarre—. Puedes quedarte con él, ya no lo quiero. —Susurró antes de abandonar el cuarto del menor y así poder llorar sola, sin su perfecto hermano molestando. Él no entendió a qué se refería ella.
—Hey, Baeky. ¿Qué tal todo en casa? —Respondió el teléfono mientras terminaba de recoger el desastre que había en su cuarto.
—Todo bien, Soosito. No te preocupes por mamá, ya la convenceré. —A pesar de las palabras dichas, no sonaba muy convencido y Kyungsoo solo sonrió leve. Baekhyun nunca cambiaría, ni en un millón de años.
—Está bien, no me preocupo. —Susurró poniendo el celular sobre su cama y activando el altavoz para poder continuar ordenando.
—Te tengo una sorpresa —habló de pronto el rubio y él miró el aparato curioso, esperando, pero el timbre de la puerta de su casa se escuchó— ¿me abres, por favor?
Sin dudarlo Kyungsoo corrió a la puerta y allí estaba él, su novio. Portaba una rosa blanca en la mano derecha y una bolsa pequeña colgaba de su pulgar, en cuanto lo vió le sonrió como solo él sabía. La cálida mirada de Baekhyun le olvidaba por completo el mal día que había tenido, sus ojos fueron a la hermosa y pura flor en la mano del mayor.
—¿Es para mí? —Su mayor sonrió negando, Kyungsoo hizo un puchero mientras su novio guardaba su celular en su bolsillo izquierdo.
—Son para el chico más lindo de la cuadra. —Le respondió acariciando su mejilla con dulzura.
—¿Quién, Minseok hyung? —Baek hizo una mueca al escucharlo y rió bajito antes de besar su frente.
—¿Estás celoso, Soosito?
—Nou... —Dijo con rapidez, el rubio lo besó de pronto.
—Me encantas —susurró sobre los labios del pequeño— Minseok es lindo, pero no como tú. —lo volvió a besar—. A mí me gustas tú. Todos mis regalos son para tí.
—Idiota. —Reprochó con una sonrisa Kyungsoo y lo abrazó—. Me debías avisar que venías, no estoy muy bien.
—¿No estás bien? —Indagó curioso, pero al notar que su pequeño no hablaría le sonrió una vez más— Te vengo a llevar conmigo y no puedes decir que no.
—¿Llevarme, a dónde? —Se separó lo suficiente como para verlo a los ojos.
—Es una sorpresa, pero te llevo por todo el fin de semana.
Uno, Baekhyun necesitaba tiempo a solas con Kyungsoo para poder mejorar la relación y mostrarle que había cambiado, justo como prometió haría.
Dos, el mensaje de Chanyeol aún revoloteaba en su cabeza y no permitiría esa reunión, no perdería ante al poste indeseable que tenía como vecino.
Tres, el pequeño de cabellos negros, labios perfectos y corazón hermoso sería suyo a como diera lugar.
Debía eliminar toda posibilidad y si llevarlo fuera de la ciudad por todo el fin de semana era la solución, lo haría sin dudar, como no dudó en eliminar el mensaje.
Sí, quizás Baekhyun no había cambiado mucho, pero lo que hacía lo hacía por amor, ¿verdad? En fin, ¿hay algo mejor que una romántica escapada de fin de semana?
¿Creen que le funcione la estrategia a Baekhyun?
Los leo.
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Mi Acertijo |ChanSoo|
Fanfiction✔3er lugar en Dulcito |Dulce Romance| de Dulce Constelación. {06/18/2020} ❃.✮:▹ Una carta ◃:✮.❃ Una declaración de amor hizo que la vida de Chanyeol y Kyungsoo se ensamblara, aunque no como hubiesen deseado. Kyungrin, la hermana de Kyungsoo, se conv...