Mi Acertijo |ChanSoo|

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"¿Está bien mi novio? ¿Por qué está en el hospital?", Kyungsoo no podía creer aquello. Esa chica frente a él lo miraba con preocupación genuina, sus ojos lo mostraban. ¿Qué se suponía dijera? ¿Qué estaba en el hospital con su mejor amigo por haber sufrido una sobredosis? No era nadie para decir algo así, de modo que le sonrió y acarició su antebrazo.

—Ya sabes como es Dae, solo está haciendo de novillos... —Esperaba que con la reputación que tenía el mayor la mentira pasara desapercibida, pero eso no pareció funcionar del todo.

—Él dijo que ya no lo haría más, que quería enderezarse. —La chica bufó como si estuviera regañándose por creerle a un embustero. Suspiró y le sonrió leve a Kyungsoo—. Gracias por decirme, por cierto, ¿cuando lo veas le puedes dar un mensaje de mi parte?

—S-sí, claro. —El pelinegro asintió escuchando lo que la muchacha tenía que decir.

No entendió del todo el mensaje así que allí estaba, camino a su aula para recibir la clase cuando su hermana lo tomó del brazo y lo puso contra la pared, él la miró curioso y ella se veía enojada. No entendía nada.

—¿No dijiste que te alejarías de él? —Gruñó muy cerca del rostro de su gemelo.

—¿Kyungrin, de qué hablas?

—¿Eres estúpido o te haces? —Bufó enojada y perdiendo la paciencia—. Chanyeol, dijiste que no te acercarías a él, que estabas intentándolo con Baeky. —Con la frase al fin el menor entendió y la apartó un poco.

—Uno, ni siquiera le hablé. Dos, siempre cumplo mis promesas, lo sabes. Tres, ¿me espías? —Indagó molesto—. Si esa es la confianza que me tienes, mejor vete porque me duele que valga tan poco mi palabra para ti.

La chica solo dio un paso atrás y se cruzó de brazos. Lo que su hermano acababa de decir no tuvo ni el más mínimo efecto en ella.

—Y ya habló el hijo perfecto, el orgullo de madre y padre... —Kyungsoo bajó la mirada, una vez más su hermana solo veía o que quería ver y no la realidad. Si tan solo pudiera hacerla entender que la amaba y la quería hacer feliz, aunque eso le costara su propia felicidad él estaría satisfecho. Pero no, todo lo que hacía la enojaba más, la hacía dudar más, la alejaba un poco más.

—¡Kyungrin! —La gruesa voz que se escuchó hizo a ambos temblar internamente—. No dijiste que tenías clase a esta hora, ¿qué haces aquí?

—Mi amor... solo venía a hacerle una pregunta a Soo... —Susurró y le sonrió levemente.

—Kyungsoo, —Chanyeol lo miró y la mueca de la chica se podía ver a tres millas—, tengo que preguntarte sobre Chen.

—¿Quién? —¿Quién carajo era Chen?

—Jongdae, ¿qué le pasó a Jongdae? —Bufó.

—Este... uhm... —Miró a su hermana dando a entender que no lo quería decir frente a ella. Sin dudar un segundo se volteó a Kyungrin.

—Te veo en la cafetería a las doce, ahora déjanos unos minutos. —Literalmente ordenó y sin dudar tomó del brazo al castaño para arrastarlo al baño para varones. Allí ella no iba a entrar.

—Chanyeol, suéltame... —Pidió, pero no conseguía mucho, el mayor lo ignoró hasta llegar allí.

—Esto no es sobre nosotros, lo dejaste bien claro —habló mirándolo fijo—, pero estoy preocupado por Chen. Hace meses que desaparece más de lo normal, pero ya no lo hace en horarios de clases. ¿Qué sabes, Kyungsoo?

El menor lo escuchó y podía notar la preocupación, tragó seco y suspiró.

—Jongdae tiene novia, ¿verdad? —La pregunta no tenía nada que ver con lo que él estaba queriendo escuchar, Chanyeol estaba perdiendo la paciencia.

—¿Eso a qué viene?

—Solo responde, Chanyeol. Tiene novia, ¿sí o no?

—¡Sí! ¿Contento? —Gritó.

—A decir verdad, no...

—Mierda, Kyungsoo. ¿Dónde está Chen?

—En el hospital, ¡¿feliz?! —Gritó solo pensando en su mejor amigo.

Sin siquiera esperar la respuesta del mayor salió de allí frustrado sin notar que el otro iba detrás suyo. ¿Sabía Minseok sobre esta chica? Su amigo jamás sería el amante, eso no podía ser real.

Iba caminando sin mirar realmente la dirección cuando una mano lo jaló haciéndolo quedar detrás de uno de los edificios de la escuela. Ni siquiera sabía quién era, pero ya estaba enojado, qué tenían hoy con él para tomarlo por sorpresa.

—¿Ahora qué mierda quieres? —Bufó mirando al piso y habló a modo de gruñidos, pero cuando vio quién era mordió su labio inferior avergonzado—. Perdón, no fue mi intención...

—Tranquilo, Soosito. —Con la frase dejó un beso en su mejilla y sonrió dulcemente. El menor se sonrojó leve por las acciones del otro. Esto no pasó desapercibido por el rubio y lo acorraló contra la pared juguetonamente.

—B-Baeky... —Lo iba a regañar, pero no tuvo tiempo, él ya había besado su frente, sus mejillas, la punta de su nariz. A Kyungsoo no le quedaba duda de que Baekhyun era el chico más tierno del mundo y sus mejillas se calentaron por la vergüenza que le daba la posición.

—Estuve pensando en lo que dijiste, por eso estoy aquí. —Unió su frente con la del pequeño y cerró sus ojos—. Si me das la oportunidad, puedo intentar dejar de ser tan posesivo, pero solo si eres tú.

Kyungsoo iba a responder que eso era imposible, la personalidad del rubio no se lo iba a permitir. Los celos y la necesidad de controlar que había en su ser no iban a cambiar, ya él lo había intentado cambiar antes y no obtuvo resultados positivos. Dudaba que esta vez fuese diferente, pero de pronto distinguió un rostro a unos metros, un rostro conocido que los veía con enojo. Kyungsoo suspiró internamente, cerró sus ojos y acercó sus labios a los de Baekhyun.

El mayor no perdió la oportunidad y lo abrazó por la cintura para seguirle el beso con dulzura. Las manos del castaño acariciaban los rubios cabellos del más alto mientras sus labios se movían en una perfecta armonía, esa que solo ellos dos sabían. A pesar de esto, los ojos del menor no perdían de vista las acciones de Chanyeol quien parecía que quería estallar por la rabia.

—¿Eso es un sí, Soosito? —La dulce voz de Baekhyun lo hizo volver a verlo a él y no al intruso. Sonrió leve para él y asintió.

—Si quieres cambiar, yo estoy aquí para ti, Baeky. —Susurró con dulzura y aun cuando en el fondo sabía que sería imposible, necesitaba alejar a Chanyeol de alguna forma—. ¿Quieres ser mi novio, Byun Baekhyun? —Preguntó intentando esconder el nudo en su garganta—. ¿De verdad esta vez?

—Claro que sí, Soosito. —Respondió muy rápido besando una vez al castaño.

Ya no había marcha atrás.

Hola, mis Soogars.

No odien a Kyungsoo ni a la autora, plis. jsjsjs

Les ama, Nani