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La tormenta no parecía tener fin, Kyungsoo se había sentado en el suelo porque no quería mojar la casa del mayor y tampoco incomodar demasiado. Su celular había quedado empapado y en cuanto lo intentó encender para ver la hora quedó con la pantalla negra causando un suspiro por su parte. En cualquier otra situación se hubiese enojado por lo estúpido que había sido de quedarse bajo la lluvia, pero en ese momento solo había un pensamiento en su cabeza: Chanyeol.

La tarde se convirtió en noche y sin siquiera verlo a los ojos, el mayor se acercó a él una vez más, le extendió la mano para que se pusiera de pie, y luego de dudar unos segundos, el pelinegro la aceptó. Caminaron por la casa en silencio, el más alto iba delante a paso constante mientras el otro le seguía observando su silueta.

Tenía tantas cosas que decirle, tanto que preguntar, tantos pensamientos en su cabeza, y aún así, no podía producir palabra alguna. No hacía un mes que se la pasaba suspirando por los rincones, escondiéndose en su propia habitación y acallando los gemidos del mayor con sus audífonos. Por más que quisiera olvidar sus sentimientos y darle paso a los de su hermana, no podía, seguían allí, a flor de piel y dolía. Dolía que le gustara tanto alguien y forzarse a no mostrarlo debido al amor por alguien más.

—Sobre la cama puse una toalla limpia y un pijama —fueron las primeras palabras que escuchó mientras el otro abría la puerta de su habitación—. No tengo nada pequeño así que me disculpo por el tamaño.

Kyungsoo negó rápidamente—. No tienes que hacer esto, yo me voy... —miró por la ventana al final del pasillo que daba al patio trasero— en cuanto deje de llover... —susurró y el castaño lo tomó por los hombros obligándolo a entrar a la habitación.

—No puedes quedarte mojado por tanto tiempo, te vas a resfriar y no me parece que gaste mi noche cuidando de tí, ¿ok? —usó su mano para mostrarle que no lo dejaría salir y cerró la puerta—. Cuando termines, ven a la cocina —sentenció desde el corredor antes de ir a preparar algo caliente para el menor.

El pelinegro se quedó algo atontado por lo que acababa de pasar. No comprendía realmente sus acciones, pero aceptaba que tenía razón, no podía quedarse así. Tomó la toalla y el juego de pijamas, era tan suave que no parecía ser de alguien tan rudo como Chanyeol, pero siendo sincero, no estaba seguro de conocerlo tanto como pensaba. El chico sexy, confiado y atrevido que le había atraído tanto en un principio ahora se había convertido en un rígido, sombrío y tenue ser. "¿Por qué el cambio tan radical?", se preguntó mientras usaba la ducha de aquel que inundaba sus pensamientos. Pronto tuvo la respuesta: él. El culpable de todo fue él al ser sincero y decir que le gustaba. ¿Por qué había hecho algo así? Fue una estupidez que debía remediar.

Con seguridad terminó de lavarse, acomodó el pijama del mayor en su pequeño cuerpo usando algunos dobleces y nudos para que no se le cayeran del cuerpo y fue hacia la cocina decidido. Su corazón palpitaba acelerado debido a la adrenalina, sus manos sudaban ligeramente y su garganta se sentía seca. Un paso, otro, luego otro más. Se quedó en silencio a medio metro de Chanyeol quien se mantenía de espaldas ignorante a su presencia y enfocado en el caldo que preparaba.

—Perdón —la frase causó un leve susto en el contrario quien dejó caer el utensilio de cocina al suelo instantáneamente—, oh... lo siento... —susurró torpe al ver lo que sus acciones habían causado.

Ambos se agacharon a tomar el enorme cucharón quedaron frente a frente, en silencio, con sus ojos fijos en los del otro y sus manos unidas sosteniendo el mismo trozo de metal.

—¿Por qué pides perdón? —indagó con voz gruesa pero suave, sus cuerpos parecían congelados, ninguno se atrevía a moverse.

—Por declarar mis sentimientos hacia tí —respondió luego de dudar unos segundos—. Por hacer que dejaras de ver a Kyungrin para enfocarte en mí. Por no ser directo desde el principio. Por... —si Chanyeol lo hubiese permitido el pelinegro hubiese continuado hablando como si no hubiese un mañana, pero lo hizo callar rápidamente con un beso.

Los ojos del menor se abrieron mucho más grandes de lo que generalmente eran, Chanyeol se había acercado sin dudar, había dejado un dulce y simple ósculo en la punta de su pequeña nariz y le había sonreído—. La cena se quema... —eso fue lo único que dijo antes de ponerse de pie una vez más para apagar el fuego de la estufa.

Aún asombrado, Kyungsoo se mantenía inmóvil agachado en el lugar. Su mente intentaba comprender lo que acababa de pasar, su cuerpo no respondía a sus órdenes y su corazón parecía que quería salirse de su pecho por la velocidad de sus latidos.

—Kyung. Ven a cenar, Kyungsoo. —El sonido de la losa siendo ubicada sobre la mesa lo hizo mirar. El mayor sacaba en silencio el jugo del refrigerador y servía un poco para cada uno, sus ojos iban directo a los labios del otro y se sonrojaba solo de recordar lo que acababa de pasar.

—Y-Yo... —Intentó hablar, pero el suspiro del otro lo calló una vez más.

—Tú no hiciste que dejara de enfocarme en Kyungrin, ya lo hacía sin tu ayuda. —Decidió ser sincero, pero no tenía fuerzas para verlo a la cara así que se mantenía ocupado llevando los cubiertos y la carne a la mesa—. Y sí, debiste ser directo desde el principio y no usar una simple nota. —aceptó a modo de reprimenda.

—Me pareció romántico... —susurró haciendo al castaño reír, levantó la mirada a él pues no entendía qué le parecía tan gracioso.

—Romance... —extendió su mano a él una vez más para ayudarlo a ponerse de pie—, ¿sabes que es romance? Comprar chocolates, preparar regalos, intercambiar anillos de pareja, decirse "me gustas" frente a todos, tomarse de las manos y sonreír con solo pensar en esa persona. Eso es ser romántico, y tú... tú no hiciste nada de eso, ¿o sí?

Por un momento Kyungsoo sintió como si el mayor le estuviese reprimiendo por no hacer eso con él, por no comprarle chocolates o decirle simplemente "me gustas" frente a frente, y quizás lo hacía, pero era un poco tarde, ¿verdad? Su mente no funcionaba bien del todo y quería huir, la mano del otro tomando la suya no le permitía hacerlo.

¡Baekhyun! la imagen de el chico vino a su mente. Debía pensar en él, no lo quería herir, no podía seguirle el juego a Chanyeol o sino alguien más saldría lastimado. Precisaba salirse de ese lugar con urgencia, si se quedaba un minuto más estaba seguro de que haría algo de lo que se arrepentiría luego.

—Lo siento, Chanyeol... —susurró y sí, se arrepintió.

 —susurró y sí, se arrepintió

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Hola, mis Soogars.

Tanto tiempo sin leernos, de veras lo siento mucho. Como siempre, estoy tan ocupada que ni escribir puedo. Volveré a hacer todo de mí para cumplir mis palabras y traerles actualización en fecha.

Comentarios sobre la historia aquí.

Quejas a la escritora aquí.

Les ama, Nani.

PD: Si no vieron el tráiler aún, los invito a hacerlo, lo puse al inicio. Espero lo disfruten. 💓

Mi Acertijo |ChanSoo|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora