Mi Acertijo |ChanSoo|

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Su respuesta fue simple, seca y directa. "Hoy no puedo." Debía ser honesto con ella, decirle que antes de saber sobre el amor de Kyungsoo por él ya se había aburrido de estar a su lado. No podía negar que era hermosa, pero cada vez que la veía en los pasillos de la escuela se escondía, sus llamadas las evitaba y ni hablar de salir a citas. No, a Chanyeol le aburría estar al lado de Kyungrin por el simple hecho de que solo follaban, su relación era totalmente física y eso, siendo honesto, le repugnaba.

Debía ser sencillo: "No nos veamos más. Terminemos", pero no tenía las agallas para hacerlo y mucho menos al saber que Kyungsoo ahora estaba con Baekhyun.

Baekhyun... Ese era otro que no podía ni ver. Ese rubio insoportable desde niños siempre le robó todo lo que quería, su bicicleta, sus fiestas de cumpleaños, sus amigos y ahora a la única persona que le mostró un amor sincero. Chanyeol necesitaba desahogarse, escuchar unas cuantas reprimendas y consejos, para eso estaba Jongdae -su único amigo real- por lo que lo contactó -sin importarle la hora- dejando en visto a la chica que seguía escribiéndole.

—Hey, Chan. ¿Qué tal? —El saludo de su amigo lo hizo sonreír leve, estuvo tan preocupado al saber que estaba en el hospital que escucharlo tan animado logró calmarlo6 un poco.

—Estoy bien, Dae —hizo una pausa— ¿Estás bien? —Indagó—. ¿Es verdad que estás en el hospital? —Literal, a la noche fue que decidió contactarlo sobre ese tema.

—S-Sí, bueno ya no... —Se podía notar como el chico titubeaba considerando si responder o no—. Ya estoy en casa, Chan, no te preocupes.

Chanyeol tomó su chaqueta, su billetera y las llaves de su auto mientras hablaba con él, se subió al vehículo y puso el altavoz.

—No salgas de allí, ya voy en camino. —Se detuvo en una luz roja—. Necesito... Consejos...

—¡¿Ahora?! —Preguntó de pronto su amigo y se podía notar la incomodidad, Chanyeol miró el celular con duda, como si estuviera viendo directo al rostro del otro.

—Sí, ahora. ¿Qué pasa? ¿No quieres que vaya? No es tan tarde.

—N-no es eso... Es que... Nada, solo... Avisa para la próxima. —Su voz salía pesada, como si estuviese preocupado y ahora sí comenzaba a alarmarse.

En cuanto Chanyeol dio la vuelta en la esquina frenó en seco al ver ese auto amarillo que tanto odiaba frente a la casa de Jongdae. Se quedó allí, en silencio, meditando y sintiendo la rabia inundar su interior una vez más.

Pudo observar como Kyungsoo salía de la casa junto a Baekhyun mientras en medio de ambos iba un débil y pálido pelinegro, ese que siempre andaba con Soo en la escuela. En la puerta los despedía Jongdae que también parecía un zombie siendo abrazado por su cuñada.

Una vez el auto amarillo se alejó él se acercó, saludó con una ligera sonrisa forzada a Minah, la chica que vivía con Jongdae y siguió hasta el cuarto del otro.

—¿Es idea mía o Minah está más gorda? —Esa fue su entrada a la habitación y recibió un gruñido por parte de su amigo.

—No está gorda, imbécil. —Le reprochó viéndolo muy serio—. Si te escucha te va a sacar a patadas de aquí. —Chanyeol rió y se sentó en la cama de Jongdae, suspiró y se dejó caer viendo al techo.

—Dae, necesito ayuda. Creo que voy a enloquecer y tú no ayudas —hizo un puchero, su amigo rodó los ojos y se acostó a su lado en la misma posición.

—A ver, cuéntame. —Cerró los ojos antes de decir la primera frase, la peor.

—Soy bisexual, Dae. —Silencio, o al menos eso esperaba, pero se equivocó y quedó sorprendido al escuchar la respuesta a sus frases.

—Lo sé, lo sabemos. —Su amigo sonrió—. Ay Chan, más de una vez te hemos agarrado viéndole las nalgas a Sehun. Nos lo imaginábamos. —El castaño casi se atraganta con su saliva mientras su amigo reía por su comentario y se sentó para verlo a los ojos ligeramente avergonzado.

—¿Y no les molesta? —Negó—. ¿Por qué no me dijeron antes?

—Se supone que tú seas el que lo digas cuando te sientas listo, Chan —le sonrió dulce—, no te íbamos a obligar, somos tus amigos.

Ok, si había algo que jamás esperaría del grupo de chicos con los que se juntaba era esto, madurez y comprensión. Ellos eran demasiado locos y rebeldes, pero también sorprendentes, ahora lo podía notar.

Siempre pensó que la amistad que tenían era algo superficial por esa razón nunca les comentaba nada sobre su realidad y solo confiaba en Jongdae por ser el primero en abrirse. Sí, saber que Dae sería padre lo dejó sin aliento en ese momento, pero ya todo estaba bien. Minah era una chica sin suerte, pero muy buena persona.

—Hey, ¿de eso era de lo que querías hablar o hay algo más? —Su amigo lo sacó de sus pensamientos y él negó.

—Es que... —jugó con el borde de su camisa— Hay un chico que me gusta y yo le gusto.

—¡Genial! —Dae sonrió mostrando su bella sonrisa gatuna, pero al ver la cara de Yeol suspiró—. ¿Cuál es el problema?

—Es complicado. —Susurró y el otro bufó.

—¿Qué tiene de complicado? Y no me vengas con que es por Kyungrin, sé que te aburrió hace mucho. —A cada segundo se asombraba de lo transparente que era frente a Jongdae, tanto que comenzaba a experimentar escalofríos.

—En cierto modo, sí lo es —abrazó la almohada—. Me gusta su hermano.

Ese fue el momento para quedar sin palabras, pero para Jongdae. No sabía cómo reaccionar a esta nueva información y era tan loca e inesperada que solo tragó seco mientras escuchaba toda la historia sobre la carta y el campamento. Todo era tan... raro... Se sentía débil debido a la situación de la noche anterior, pero este chisme le daba la energía que ni las drogas lograban. Sí, a pesar de tener secretos jugosos sin contar, Kim Jongdae era todo un chismoso.

Esa noche la pasaron conversando y, a pesar de que no era la primera vez, fue la más memorable. Los consejos de su amigo eran los mejores que podía conseguir -según él-, y como buen idiota los puso en práctica. 

Park Chanyeol le escribió a Kyungsoo esa madrugada, grave error.

Hola, mis Soogars.

¿Qué creen que pase con ese mensaje?

Les ama, Nani.