Capítulo 14

475 34 6
                                    

Narra Najwa

Me levanté cabreada a abrir la puerta de mi camerino a ver quién llamaba tan insistentemente, nos habían cortado el rollo por segunda vez en el día.

— Gitana, ¿qué pasa? —era Alba, qué oportuna—.

— ¿Te pillo en mal momento? —notó que estaba algo agitada, en parte era por la excitación del momento y porque me había cabreado que nos interrumpieran—.

— Un poco. ¿Qué necesitas?

— Bueno, venía a ver si te apetecía tomar algo en la cafetería ahora que tenemos una horita de descanso antes de volver a grabar —asomó su cabeza dentro del camerino porque seguramente ya se imaginaba lo que pasaba— Hostia Maggie, hola, no sabía que estabas aquí.

— Qué tal Alba —la rubia contestó fingiendo una sonrisa para tratar de ocultar su frustración—.

— Tías, lo siento, que no sabía que estábais ahí...bueno, a lo vuestro. Me voy, ya dejamos lo de la cafetería para otro momento —le iba a decir que ya daba igual, que podíamos ir con ella porque total, ya nos había estropeado el momento, pero salió corriendo de allí—.

— Madre mía... —dije cerrando la puerta— Siento haberte dejado a medias —me senté a su lado en el sofá— ¿Seguimos?

— No, ya se me han quitado las ganas —se levantó y fue a mi mesa para coger los papeles que había allí— Vamos a repasar las escenas para luego.

— Esta mujer podría haber aparecido diez minutos más tarde.

— Ya te digo.

Repasamos las partes que nos tocaban interpretar en un rato. El día en el set terminó unas horas después, sin novedades. Nos despedimos y nos fuimos cada una a nuestra casa. Mañana grabaremos en exteriores los momentos de la fuga de Cruz del Sur, nosotras no iremos a Marruecos, pero tendremos que viajar a un lugar cerca de la playa, y pasaremos allí un par de días. Me hacía mucha ilusión, más que nada porque pasaría unos días con la rubia.

Llegué a casa, me duché y empecé a preparar la maleta con la ropa y todo lo que pudiera necesitar. No iba a llevar demasiadas cosas porque sólo serían dos o tres días. Después llamé a Teo al móvil y hablé un rato con él de lo que habíamos hecho durante el día. Esta semana le toca pasarla con su padre. Al rato llegó Alejandro del trabajo, preparamos algo y cenamos viendo la tele.

— Te voy a echar de menos amor —me dijo Ale más tarde cuando ya nos habíamos metido en la cama—.

— Estaremos en contacto, podemos hablar por teléfono, además, sólo me voy un par de días.

— Eso ya es mucho para mí —se acercó y me besó. Trató de profundizar pero yo le frené— ¿Qué pasa?

— No, nada, es sólo que no me apetece ahora.

— Hace varias semanas ya que no hacemos nada, apenas me dejas tocarte.

— Otro día, ¿sí? Me duele un poco la cabeza y estoy cansada.

— Vale —molesto, me dio la espalda y apagó la lámpara de la mesita de noche para dormir, yo hice lo mismo—.

A la mañana siguiente nos levantamos a la misma hora y desayunamos juntos. Me vestí y terminé de preparar las cosas para el viaje. Fui a despedirme de Alejandro, estaba sentado en el escritorio de la habitación con su ordenador terminando unos informes antes de irse a trabajar.

— Ya me voy Ale —me agaché y le di un corto beso en los labios— Te aviso cuando llegue.

— Vale cariño, disfruta, y envíame fotos del lugar, seguro que es precioso.

— Lo haré —le dediqué una sonrisa, y finalmente salí de casa—.

Conduje en dirección al set, allí nos estaría esperando un coche a Alba, Maggie, Dunia (Casper) y a mí para llevarnos a nuestro destino. El director y el resto del equipo van en otro vehículo. Para mi sorpresa, llegué la última, ya estaban allí las tres esperando. Nos saludamos todas con un abrazo, quería besar a Maggie pero claro, no podíamos dejar que nadie supiera acerca de nuestra relación, si se le puede llamar así. Subimos al coche, Dunia se sentó al lado del conductor y, atrás, la rubia y la gitana en cada lado de la ventana, yo en medio. Durante el camino no hablamos mucho, sólo algunos comentarios breves, nos centramos en el paisaje y la música que el conductor puso. A ratos agarraba la mano de Maggie, intentando disimular lo más que podíamos, y nos dedicábamos miradas cómplices. No nos vio nadie, puede que Alba sí, pero no me importa porque ella ya sabe todo y sé que no lo va a ir contando por ahí.

Finalmente llegamos al hotel donde nos hospedaríamos estos días. Nos dieron las llaves de las habitaciones que teníamos asignadas, una para cada una. Subimos a nuestras respectivas estancias para dejar las maletas y después nos reunimos en el bar del hotel para tomar algo antes de que nos recogieran de nuevo para ir a grabar.

— Todo esto es muy bonito, tengo ganas de que nos lleven al lugar donde grabaremos para ver la playa —comentó Alba tras dar un sorbo a su cerveza—.

— Yo también —sonreí—.

— ¿Cuánto tiempo nos quedamos aquí?  ¿Tres días verdad? —preguntó Maggie—.

— Sí.

— Si no recuerdo mal el tercer día no tenemos nada que hacer hasta por la tarde que volvamos a Madrid. Podemos pasar ese rato libre en la playa, ¿qué os parece?

— Me parece perfecto rubia, qué buena idea —dijo Alba entusiasmada—.

— Entonces tendremos que ir a alguna tienda cercana antes porque yo no he traído bikini.

— Yo tampoco Najwa, pero no pasa nada, nos bañamos en bragas.

— Estás loca Alba —me reí ante sus ocurrencias—.

— Mañana por la tarde nos acercamos a alguna tienda y os compráis un bikini las dos —dijo finalmente Maggie— Os prestaría alguno mío pero sólo traje uno.

— Eso me gusta más que la propuesta de Alba —todas nos reímos—.

Continuamos hablando tranquilamente y haciendo planes para el día de playa hasta que llegó la hora de irnos a grabar. Nos recogió a todas el coche de producción y fuimos hasta el lugar. Era genial, la playa estaba desierta y a los pocos metros había una casa que sería el lugar donde se alojarían las presas fugadas. Pasamos el resto de la tarde ocupadas entre ensayos y grabaciones y volvimos al hotel cuando ya empezaba a anochecer. Cenamos las 4 juntas y subimos a nuestras habitaciones para descansar, había sido un día largo.

Ya en mi habitación, hice una videollamada con Teo antes de que se fuese a dormir. Le enseñé las vistas desde mi ventana y le hablé un poco sobre lo que estuve haciendo. Como siempre me pidió que le contara lo que pasaría en los nuevos capítulos. No le dije mucho porque sé que después no podrá resistirse y se lo contará a sus amigos, y se correría la voz. Después le pregunté cómo fue su día en el colegio y me lo explicó todo. Cuando le colgué hablé un poco con Alejandro, que me había enviado algunos mensajes a lo largo del día. Tras haber conversado con los dos, tomé una ducha, me puse el pijama y me recosté en la cama mientras revisaba en mi móvil las redes sociales. Al rato se me pasó la idea de hablarle a Maggie para pedirle que viniese a mi habitación, o ir yo a la suya. Me apetecía mucho dormir con ella como aquel día en su casa. Me estaba debatiendo entre hablarle o no, cuando me llegó un mensaje suyo.

Chat

M: Najwa, estás despierta?

N: Sí, no tengo sueño.

M: Quieres venir a mi habitación?

N: Sabes? Te iba a pedir lo mismo.

M: Ah sí?

N: Sí. Me muero de ganas de pasar la noche juntas sin que nadie nos interrumpa.

M: Yo también. Aquí te espero, no tardes.

Fin del chat

Love Donde viven las historias. Descúbrelo ahora