Capítulo 6

398 43 8
                                    

Narra Najwa

Cayó la noche, ya habíamos cenado, Teo estaba en su cuarto leyendo antes de dormir, Alejandro y yo fuimos a nuestra habitación y nos metimos en la cama.

- Cariño, ¿estás bien? -me preguntó preocupado- Llevas toda la tarde un poco ausente.

- Si, tranquilo, no me pasa nada -apagué la luz dejando solo encendida la lámpara de la mesita de noche, después cogí un libro que había empezado a leer hace unos días-.

- ¿Segura? ¿Algún problema en el trabajo? -dijo mientras se acercaba a mí-.

- No, de verdad, todo bien -abrí mi libro por la página donde lo dejé anoche- De hecho, mañana tengo una fiesta en casa de una compañera para celebrar que hemos terminado la primera temporada y todo marcha genial con la serie.

- Pues eso está muy bien, me alegro mucho -se acercó aún más a mi y me susurró al oído- Entonces nosotros también tendremos que celebrar que todo va bien, no?

- Ahora no, estoy leyendo -no le importó mi comentario y empezó a besarme el cuello lentamente, sabía que era mi punto débil-.

Tras unos segundos así, no pude resistirme y le besé en los labios, a lo que él me correspondió, mientras me sentaba a horcajadas encima de él.

...

A la mañana siguiente me levanté temprano como siempre, lo primero que hice fue darme una ducha antes de comenzar la rutina de todas las mañanas; desayunos y llevar a Teo a clase, mientras Alejandro se iba al trabajo. El resto del día pasó sin más, tenía muchas ganas de que llegara la tarde para ir a la fiesta.

Cuando llegó la hora de prepararme, fui a mi armario para elegir la ropa. Me puse una chaqueta y pantalón rojos con tacones a juego, y una camisa blanca debajo. Me despedí de los chicos y me fui. Conduje hasta casa de Alba para recogerla e ir juntas a la fiesta. Llegamos al apartamento de Maggie y llamamos a la puerta. Nos abrió enseguida.

- Buenas tardes chicas, pasad -nos saludó con un abrazo a cada una-.

- ¿Qué tal Maggie? Estás muy guapa de morado -no pude evitar decírselo, llevaba un vestido morado con tacones del mismo color y le sentaban demasiado bien-.

- Gracias, tú también estás muy guapa -me miró de arriba abajo sin disimular-.

Ante esto, Alba me dio un codazo y me lanzó una mirada que ya conocía, yo simplemente rodé los ojos y pasé al salón a saludar al resto. La cena transcurrió de forma muy amena, conversamos de todo un poco, y la comida estaba buenísima. Después, todos ayudamos a recoger la mesa un poco, y Maggie puso música al mismo tiempo que nos ofrecía todo tipo de bebidas. Cada uno se sirvió lo que le apetecía y nos pusimos a charlar y bailar al ritmo de la música. Estaba siendo una gran noche.

Al cabo de unas horas, el grupo se fue dispersando y se formaron pequeños grupos que charlaban alegremente entre ellos mientras oían la música de fondo. Yo me encontraba sola en un lado del salón sumida en mis pensamientos cuando de repente Maggie se acercó.

- Hola, Najwa -chocó su copa con la mía y bebió de la misma- ¿Qué haces aquí sola?

- No sé rubia, solo estaba pensando, no es nada -sí, ya para mí era costumbre llamarla rubia gracias a la serie-.

- ¿Y en qué piensas? –me preguntó mientras bebía de su copa-.

- En todo un poco, la vida que no para -yo también di un sorbo a mi copa-.

- Ya...¿sabes? Te voy a echar de menos este tiempo hasta que volvamos a grabar. Quiero decir a ti y a todos, os he cogido mucho cariño.

- Yo también. Pero podemos vernos siempre que queramos, al fin y al cabo vivimos cerca y tenemos nuestros teléfonos -sin darnos cuenta, durante el transcurso de la conversación cada vez nos acercábamos más-.

- Es verdad, pero supongo que me había acostumbrado a la rutina -sonrió y noté que me miraba los labios-.

- Sí...mira, yo tengo que comprarme algo de ropa, ¿te parece si mañana vamos al centro comercial y pasamos el día juntas? -yo también desvié mi mirada hacia sus labios, no sé si era el efecto del alcohol pero me apetecía mucho besarlos-.

- Me parece perfecto -se acercó aún más a mí, de repente terminó la canción que estaba sonando y empezó otra que al parecer a Maggie le encantaba- ¿Bailamos? -me cogió la mano-.

- Claro -terminé lo que quedaba de mi copa de un trago y la dejé en la mesita de centro de la sala-.

Comenzamos a bailar muy pegadas, no era una canción lenta, pero no nos importaba demasiado. En ese momento todo pareció desaparecer y sólo estábamos ella y yo, me sentía cada vez más atraída por ella, no sé si por el alcohol o porque simplemente me estaba dejando llevar. Cuando la canción estaba apunto de terminar, estábamos tan pegadas que nuestros labios se rozaban y podía sentir su respiración. Así, sin más dilación, Maggie acabó con la poca distancia que nos separaba y me besó.

Love Donde viven las historias. Descúbrelo ahora