Capítulo 8

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Narra Maggie

A la mañana siguiente me desperté con dolor de cabeza debido a la resaca. Era un poco tarde, las 10, y Najwa pasaría por mi casa a las 11:30 por lo que me levanté rápidamente y fui a la cocina a darle de comer a Tito y a prepararme un café para espabilarme. Me dio una pereza terrible ver cómo estaban el salón y la cocina, todo desordenado y con los restos de la fiesta de anoche. Tenía que limpiar todo antes de irme. Y así lo hice, después de tomarme el café me puse manos a la obra, al final me dio tiempo a todo. Cuando acabé fui a mi habitación a vestirme. Me puse unos pantalones vaqueros de color claro, una camiseta blanca y unas converse del mismo color. Me dejé el pelo suelto y me maquillé un poco, no demasiado, me gusta lucir natural y no llevar un maquillaje muy recargado. Una vez estuvo todo listo, me senté un rato a ver la tele hasta que llegara la hora de irme.

Unos minutos antes de la hora acordada, Najwa me mandó un mensaje dejándome saber que ya estaba abajo esperándome. Cogí mi bolso y me fui, no sin antes asegurarme de que Tito tenía suficiente agua y comida para el resto del día. Cuando salí a la calle vi que Najwa había aparcado justo en frente de mi apartamento, me saludó con la mano a través del cristal y fui hacia ella.

— Hola —la saludé mientras me sentaba en el asiento del copiloto y cerraba la puerta. Le di dos besos y la noté algo cortada—.

— Buenos días Maggie —me sonrió. Estaba guapísima, y eso que no iba muy arreglada, llevaba una sudadera ancha, unos vaqueros negros y unas deportivas, junto con una gorra, pero es que todo lo que se ponga le sienta bien— ¿Qué tal estás?

— Bien, bueno, me he levantado con un poco de resaca, pero no es nada.

— Yo también —ambas nos reímos— ¿Nos vamos?

— Sí.

Durante el camino no hablamos mucho, nos dedicábamos algunas miradas pero la mayor parte del tiempo Najwa iba concentrada en la carretera y yo miraba el paisaje por la ventanilla. Sin embargo, no era un silencio incómodo, podría estar así todo el día, solas ella y yo. Pusimos música en la radio durante todo el trayecto. Finalmente llegamos al centro comercial.

— ¿A qué tienda vamos primero? —pregunté cuando nos bajamos del coche y caminábamos para entrar al establecimiento— ¿Qué ropa necesitas comprarte?

— Pues no sé, ya vamos viendo. No he pensado nada en concreto, compraré lo que me vaya gustando.

— Perfecto. Por cierto, imagino que tendremos que volver temprano, ¿no? Por tu hijo, digo, aún es pequeño para quedarse solo.

— No, ha ido a una fiesta pijama a casa de uno de sus amigos, así que hasta mañana no tengo que preocuparme —asentí con la cabeza mirándola a los ojos—.

Nada más entrar nos pararon unos fans de Vis a vis y tuvimos que hacernos unas fotos con ellos. La verdad me hacía ilusión que reconocieran nuestro trabajo, no me molestaba porque tampoco teníamos una masa de fans detrás nuestra todo el día. Entramos a una primera tienda, pero no nos gustó nada, así que pasamos a la siguiente. Allí ambas elegimos varias prendas y pasamos al probador a ver qué tal nos quedaban.

— ¿Quieres que entremos en el mismo probador? Así podemos opinar sobre la ropa que hemos cogido, que yo soy muy indecisa para esto —me atreví a proponerle entrar al probador juntas, era una excusa claramente, quería estar con la morena porque estaba segura que ese beso no fue solo una tontería para ella y ambas sentíamos cosas—.

— Eh..bueno, vale —dudó un poco pero finalmente aceptó—.

Entramos al probador y dejamos las prendas en las perchas para empezar a desnudarnos. Noté a Najwa un poco parada, pero yo no me corté y empecé por quitarme mi camiseta. Después de unos segundos ella hizo lo mismo, hasta que quedamos en ropa interior. El probador era pequeño, por lo que no podíamos evitar el roce con cada movimiento. La morena evitaba el contacto visual conmigo, estaba algo nerviosa. Opté por ponerme la primera camisa que había elegido.

— ¿Qué tal me queda? —dije dando una vuelta para que pudiera apreciar bien la camisa—.

— Te...te queda muy bien. Ese color te favorece mucho —desvió su mirada hacia mis pechos, ya que no había cerrado todos los botones de la camisa—.

— Gracias —me sonrojé un poco ante su mirada—.

— Voy a probarme esta camisa —era muy parecida a la que yo había elegido, se la puso y cerró todos los botones hasta arriba— ¿Cómo la ves?

— Bien, aunque así te quedaría mejor —me acerqué a ella y le desabroché algunos botones—.

— Maggie...

— ¿Qué? —acerqué más mi rostro al suyo—.

— Esto no está bien.. —sus palabras no me decían lo mismo que su mirada, podría jurar que sentía el mismo deseo que yo—.

— ¿Por qué?

— Tengo pareja.

— Pues yo no veo que estés haciendo ningún intento por separarte o evitar el contacto —dije mientras terminaba de desabrochar su camisa—.

Se quedó en silencio unos segundos, mirándome, como tratando de luchar contra sus impulsos, pero finalmente estos ganaron y unió sus labios con los míos, los cuales ya se encontraban a escasos centímetros.

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