Capítulo 26

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Narra Maggie

Unas horas más tarde, cerca de las diez de la mañana, ambas despertamos casi al mismo tiempo. Nos quedamos un rato contemplándonos entre caricias y besos hasta que decidimos levantarnos de la cama y bajar a desayunar. Najwa comenzó a vestirse con ropa cómoda pero arreglada a la vez para pasar el día. Yo, por mi parte, no me quedó otra que ponerme el vestido y los tacones de la noche anterior.

— Najwa, voy a mi habitación para cambiarme de ropa, que no voy a estar todo el día así —me encaminé hacia la puerta—.

—   Vale rubita —respondió mientras terminaba de ponerse sus zapatos— Espera, ven aquí —me giré a verla, ella me tomó del brazo para que me acercase y me plantó un gran beso en los labios— Te espero abajo en la cafetería.

— Te quiero —no pude decirle otra cosa, era la verdad, la amaba profundamente y agradecía al destino o a quien sea que nos encontrásemos en el evento, de no ser así quizás no hubiésemos vuelto nunca—.

— Yo también te quiero —me dio un último beso antes de que saliese de la habitación—.

Abrí la puerta de mi habitación, la cual compartía con Remy, y para mi sorpresa, él no se encontraba allí. Seguramente habría bajado a desayunar, así que lo más probable es que me lo encontrase en unos minutos. Me cambié rápidamente, me puse unos vaqueros junto con una camiseta blanca y botas del mismo color, completando el outfit con un abrigo. Por último metí mis objetos personales en un bolso. También me aseguré de que Tito estuviese bien, él había viajado conmigo, como siempre, y se quedaba súper tranquilo en la habitación durmiendo prácticamente todo el día. Cuando llegué a la cafetería, mi pelirroja me estaba esperando en la entrada, su cara se iluminó cuando me vio, mostrando una hermosa sonrisa de oreja a oreja. El hotel ofrecía buffet, así que tomamos un plato cada una y fuimos caminando por el lugar decidiendo lo que queríamos comer. Mientras me servía algo de fruta pude ver a Remy desayunando en una de las mesas. Pensé que lo mejor sería aclarar las cosas cuanto antes para no tener ningún impedimento a la hora de estar con Najwa, y tampoco quería hacerle daño, el hombre se había portado genial conmigo desde que nos conocimos.

— Ahí está Remy, voy a hablar con él. Cuanto antes arreglemos todo, mejor.

— Vale, estaré en la mesa de allí junto a la ventana —dijo Najwa mientras se dirigía al lugar que me indicó, llevando los platos de ambas—.

Remy me vio de inmediato cuando me acercaba a su mesa, y me saludó con una sonrisa, la cual le devolví antes de sentarme a su lado.

— ¡Maggie! —me dio un beso en la boca que no tuve tiempo de esquivar— ¿Dónde has pasado la noche? ¿Cuál era ese asunto pendiente?

— He estado con Najwa —le conté la verdad porque de nada servía mentirle y, aunque le pudiera doler, era mejor ir de frente—.

— ¿La mujer que me presentaste anoche?

— Sí. Verás...ella y yo tuvimos una relación hace tiempo, bueno no era exactamente una relación, no sé cómo llamarlo. El caso es que nos queríamos muchísimo, y cuando la volví a ver anoche después de varios meses me di cuenta de que sigo enamorada de ella.

— ¿Enamorada? —preguntó entre sorprendido y decepcionado—.

— Enamorada, sí. Tú sabes que yo no estoy enamorada de ti, eso lo dejamos claro desde el principio. Pero sí te he cogido mucho cariño y no quiero hacerte daño creándote falsas ilusiones conmigo, por eso te lo cuento. Quiero estar con Najwa, soy feliz a su lado.

— Vale, esto...No sé qué decir.

— No hace falta que digas nada. Solo vine a contarte esto para que dejemos nuestra relación a un lado, pero eso no significa que no podamos seguir siendo amigos. Además, nos seguiremos viendo en el trabajo.

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