Narra Najwa
Sentía que lo había perdido todo. Había perdido a la mujer que amaba y continuaba en una relación sin sentido que ya no me llenaba. Y lo peor de todo es que era por mi culpa, yo era la única responsable. Me encontraba en la cama de mi habitación de hotel, derrumbada, las lágrimas no paraban de salir de mis ojos. Agradecí enormemente no tener que ir a grabar hasta que anocheciera, ya que en ese momento no sería capaz de mantener la compostura y concentrarme para hacer bien mi trabajo. En medio de mi propio caos pensé en una persona, una de las mejores que había podido conocer y tenía la suerte de que estuviese en mi vida. Necesitaba oír su voz y sus consejos, era la única que podía calmarme y hacerme sentir algo mejor en aquel instante. Ella era Alba, mi mejor amiga, mi hermana. Con la que sentí una complicidad única desde que nos conocimos. Alcancé mi móvil, el cual había dejado en una mesita al lado izquierdo de la cama, y marqué su número. A los pocos segundos contestó.
— ¡Hombreee, Najwa! —gritó al otro lado de la línea— ¿Cómo te va por el desierto? Me pillas justo entrando en casa, vengo de comprar —oyó mis sollozos, me fue imposible reprimirlos— Naj, ¿estás bien?
— Hola Alba...no, no estoy bien.
— ¿Qué te ha pasado, tía?
— Maggie me ha dejado —dije con la voz entrecortada—.
— ¿Cómo? ¿Por qué?
— Se ha cansado...de llevar lo nuestro a escondidas.
— Tía si es que te lo dije, que dejaras al Ale, que tú quieres a la rubia. En este caso le tengo que dar la razón a ella, es normal que se haya cansado. Cuando te enamoras de alguien lo último que quieres es ocultarlo, lo que te apetece es gritarlo a los cuatro vientos.
— Ya lo sé, soy una estúpida. La he perdido...
— ¿Pero qué te ha dicho exactamente? ¿Quiere dejarlo del todo?
— Que mientras siga con Alejandro seremos sólo compañeras de trabajo.
— A ver, entonces no está todo perdido. Ya sabes lo que tienes que hacer para recuperarla.
— Le he dicho que voy a cortar con él, pero no confía en mí.
— Porque ya se lo habrás dicho muchas veces y nunca lo haces, ¿verdad?
— Sí...
— Tía, pues da el paso de una vez, llámalo ahora mismo.
— ¿Cómo le voy a dejar por teléfono? Si le dejo tengo que dar la cara al menos. Será lo primero que haga cuando llegue a Madrid, espero que no sea demasiado tarde.
— Seguro que no, vosotras estáis enamoradas, y el amor todo lo puede. Pero hazlo enserio esta vez, la rubia no va a esperarte para siempre.
— Lo sé, y esta vez es la definitiva. He sentido que se me caía el mundo encima cuando me dijo que quería dejarme, la necesito. Joder, estoy enamorada como una idiota.
— El amor duele, amiga.
— Pues sí. No sé cómo voy a aguantar tanto tiempo aquí tratándola sólo como una compañera más cuando lo único que me apetece es besarla y no separarme de ella.
— Intenta sobrellevarlo lo mejor que puedas, ya verás que las cosas cambiarán cuando estéis de nuevo en Madrid. Y también tenéis la opción de echar un polvo alguna que otra noche para liberar tensiones —escuché su risa—.
— Tía...
— Vale, vale, perdona. Sólo era una broma.
— Bueno cuéntame algo, necesito despejarme y pensar en otra cosa.
Alba me estuvo contando lo que había hecho durante los días previos, y no podían faltar sus bromas, incluso consiguió hacerme reír. Me hacía mucha falta hablar con ella en ese momento tan difícil para mí. Siempre me hacía sentir mejor. Continuamos conversando un rato hasta que finalmente nos despedimos, quedamos en hablar cada día y en que podía llamarla en cualquier momento si me sentía mal, aunque fuese de madrugada e interrumpiera su sueño. Realmente tenía a la mejor amiga del mundo.
No me moví de mí habitación en todo el día, ni siquiera bajé a almorzar al buffet del hotel, no tenía hambre ni ganas de ver a nadie. La pasé viendo la tele y pude echarme una pequeña siesta también. Se acercaba la hora de trabajar y no me quedó más remedio que prepararme. Me levanté de la cama y fui directa a la ducha, en la que pasé unos largos treinta minutos. Salí mucho más relajada, me vestí y caminé hasta la terraza para fumar mientras veía como empezaba a anochecer. Cuando llegó el momento acudí a la recepción, donde nos recogieron para ir a grabar las escenas de exteriores que nos tocaban. Traté de hacerlo lo mejor posible y dejar mis problemas personales a un lado para dar lo mejor de mí y no cagarla. Maggie tuvo que ir a grabar sus escenas a otro lugar, así que no coincidimos. En parte me alegré porque, aunque me moría de ganas de verla y estar cerca de ella, la situación habría sido muy incómoda dada la conversación que tuvimos por la mañana.
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Love
Fanfiction[PAUSADA] Pura ficción sobre la relación que surge entre Najwa Nimri y Maggie Civantos tras conocerse en el rodaje de una nueva serie.