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Zoe•

—Tuve y tendré una semana bastante atareada.

Queria invitarte a salir el sábado por la tarde, ¿Crees que podrás estar libre?.

—No sabría que responder. No es que tenga planes, pero han estado sucediendo cosas muy locas.

—¿Cómo que ese chico te volvió a molestar?.

—¿Scotti? No, para nada, sólo me habla cuando tiene dudas con respecto a las tareas. Es... difícil de explicar...

—¡Es perfecto! —Exclamó con suma felicidad en su tono— Compraré un kilo de helado para ambos y nos sentaremos a comer en los columpios y ponernos al día mientras los niños pequeños lloran por no poder jugar— agregó bromeando.


Reí por lo último, imaginando toda la escena en mi cabeza y si, resultaba graciosa.

—Jungkook, en serio, adoro la manera con la que resuelves todo en cuestión de segundos— respondí con una sonrisa de oreja a oreja, mordiendo mi labio inferior al escuchar una risita al otro lado de la llamada— Pero no, lo siento. Necesito un tiempo para mí, tengo mucho en que pensar.

No mentía para nada, realmente tenía muchas cosas en la cabeza dándome vueltas. Desde mi conversación de ayer con el profesor Park hasta las hojas y hojas de tareas y trabajos prácticos que nos habían dejado.

—Que mal, realmente quería que vinieras conmigo— respondió con un tono tan triste y apenado, similar al de un niño de ocho años pidiendo perdón por haber roto una maceta con una pelota de fútbol.

—Prometo que te lo compensaré, sólo dame tiempo de arreglar el lío que hay en mi cabeza ¿Si?—Respondí intentando levantar un poco su ánimo que al parecer estaba por los suelos.

Jungkook me caía realmente bien, llamar y textear con el era algo sumamente divertido y entretenido ya que era exactamente igual a como era personalmente, una máquina de sacar tema de conversación. Aún cuando estas no fueran tan constantes debido a nuestras obligaciones.

Era gracioso como podíamos estar cinco días sin hablarnos y que en un abrir y cerrar de ojos siguiéramos la conversación dejada o comenzar una nueva sin problema alguno.

Y no había duda alguna que no debía existir método más efectivo para distraerme que una salida con Jungkook a charlar sobre todo y reír, ya sea al parque comiendo helado o sentándonos en la acera de su casa con una botella de Coca-Cola.

Pero mi mente no quería dejar de ser un océano de incógnitas debido a cómo debía sentirme con ciertas cuestiones. Y no quería aburrirlo ni creerme interesante por no poder contar lo que tenía en desvelo.

¿Realmente tenía la cara tan de piedra como para rechazar una invitación de Jungkook?.

—Otro día será...— Agregó.

—Que descanses, Jungkook— corté la llamada sin más, poniendo mi celular a cargar batería.

Me acosté en mi cama sintiendo un fuerte dolor en la cintura producto de pasar gran parte del día sentada, en la escuela y en mi habitación resolviendo los veinticinco problemas de matemáticas mediante videos en Youtube y lo aprendido en clase.

Obsession | Park Jimin |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora