VII

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•Jimin•

Creí que mi mañana iba a ser de lo más tranquila posible, ni siquiera tenía intención alguna de interactuar de otra forma que no sea con respecto a la clase con la chica que está parada frente a mí.

—Si se tomó su tiempo de esperar a que todos salgan debe ser algo serio ¿Ocurrió algo?— Tomando asiento apoyando mis codos en el escritorio, enredando mis dedos y dejando descansar mi mentón en ellos.

Podía esperar que cualquier cosa provenga de Zoe, no por nada se robó todo mi interés en un solo día. Pero estoy con la guardia baja, no esperé que este escenario se volviera a dar nuevamente y tan de prisa al punto que una sola de sus preguntas sembrara miles de dudas en mi cabeza.

Y en todas me esperaba lo peor, una acusación o incluso una amenaza de contar lo que pasó la última vez. Claro que ella no tiene pruebas y al final será la palabra de ella contra la mía, pero estaría bajo el ojo de la tormenta constantemente y no creo soportar estar con la soga al cuello por mucho tiempo en un ámbito como este.

Durante toda la semana estuve recostado mirando el techo de mi habitación preguntándome si no fui demasiado lejos en cuanto a las decisiones que tomé, si resulté demasiado obvio en cuanto a lo que quería expresar apartandola del resto y queriendo meter ideas positivas de mí en su cabeza, y sobre cuál será la imagen que dejé en ella.

La desesperación combinada con el ego de creer que podía controlar los hilos a mi antojo desde el día uno me jugaron muy en contra, y estaba seguro de que ella lo había notado.

Para estos momentos de lo único que estaba seguro es que Zoe no es ninguna tonta ni mucho menos una chiquilla torpe que le expliquen que está bien y está mal. Lo supe en el momento que miró mi agarre en su brazo y en lugar de correr o amenazar con llamar a algún directivo se quedó aquí, desafiante, contestadora, imponiéndose contra alguien que físicamente tenía todas las de perder.

Antes de que Zoe pudiera pronunciar palabra alguna, ambos oímos el sonido que anunciaba un mensaje en mi celular. Cierro los ojos con pesadez al saber de sobra de quién se trataba.

¿Quién iba a ser sino la misma persona que me ha estado llamando durante un largo tiempo y la cual parece no entender que no me interesa saber más nada de ella?.



Roxy [2 mensajes nuevos]:

Es que a caso tengo que ir a verte personalmente para poder hablar contigo?

Ya me estoy hartando de tus juegos, mochi.




Mochi, odio con el alma cuando me llama de esa forma. Más de una vez tuve que contenerme cuando susurraba ese apodo en mi oído.

—¿Pasa algo?— Pregunta intrigada mi alumna y no era para menos, mi cara se transformó a una de pura seriedad en cuestión de segundos por leer esos mensajes.

Si fuera otra la ocasión no dudaría un segundo en decir que no era buen momento para hablar bajo cualquier excusa de que estaba muy ocupado, mi mal humor me era difícil de ocultar.

Pero no podía darme ese lujo con Zoe, y no por el hecho de que tenga intenciones de acostarme con ella, sino porque no era prudente ir sumando malos opiniones con respecto a mi persona. Sobre todo cuando no sabía a qué venía ese “¿Podemos hablar?”.

Obsession | Park Jimin |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora