IV

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•Zoe•

—Vamos Zoe, será algo divertido y tranquilo, entramos, bebemos algo, saludamos y nos iremos— Conocía a la perfección esas palabras de Abby, palabras que podían sonar cómo algo sencillo y rápido de hacer. Pero sabía de sobra que cuando algo así venía de ella era porque iba a embriagarse hasta la médula al punto de no poder caminar recta. Aún recuerdo esa vez que vómito sobre mí jean recién estrenado luego de lo que se suponía era “una fiesta tranquila” — Además es nuestro merecido descanso luego de la primer semana en la escuela.

—¿Descanso? Si durante esta semana no hemos hecho más que conocer a los nuevos profesores, y dos de ellos faltaron a clases— Agregó Sunny sentada en la alfombra sin despegar la vista de su celular y deslizando el dedo pulgar mientras leía lo que ella llamaba manga.


—¿Viniste aquí a criticarme?— Replicó la rubia— Di que sí Zoe— Sacudiendome de los hombros en busca de colmar mi paciencia y que finalmente accediera a ir con ellas.

Tomar la decisión de salir de fiesta me era sumamente difícil cuando me encontraba en un lugar tan cómodo como la cama de Abby y en un lugar tan tranquilo como su habitación.

Como era sábado por la tarde decidimos juntarnos su casa a charlar y comer helado, cosa que podíamos hacer cualquier día de la semana pero fuí yo la que propuso la idea para esta reunión. Ya que debía contarles el nuevo problema que me había ganado con respecto a cierto compañero de clases.

—Oh Zoe, para aumentar tus ganas de no ir y quedarte en tu habitación viendo series hasta las seis de la mañana, tu admirador también irá— Dijo Sunny haciéndome poner los pelos de punta al saber de quién se trataba y enojando a la rubia por aumentar mis ganas de no poner un píe en esa fiesta.

—¿¡Scotti!?— Pregunté llena de un nerviosismo que me hacía titiritar el cuerpo.

—Así es— Confirmó ganándose un golpe en el brazo por parte de Abby que se encontraba arriba suyo sentada en la cama— ¡auch!

—¿Cual es el problema? Siempre te hemos protegido de ese idiota aún cuando estábamos muy débiles por haber vomitado unos minutos antes.

Si iba a hablar, este era el momento perfecto para hacerlo.

—Chicas ¿recuerdan la terrible decisión que había tomado con respecto a el?—Tomando asiento en la cama ganándome la atención de ambas.

—Si— Respondieron al unisono.

—Digamos que... supe quitármelo de encima... sólo que a medias— confesé mientras rascaba mi nuca incómoda y avergonzada.

—¿Como sería eso?.

—Inventé un historia rápida y tonta en la que estaba de novia con un chico el cual le rompería la cara si sólo se animaba a respirar junto a mí, y si Scotti va a la mismas fiestas que nosotras estará detrás de mí a la espera de confirmar mis palabras. No podré estirar esta mentira por siempre y en cuanto me vea con chicos diferentes sabrá que mi noviazgo es una completa mentira ¡y ya no sé qué más hacer para que deje de fastidiarme!— Desplomandome de brazos abiertos en el colchón cansina por no poder resolver un problema sin que otro se apareciera al momento.

—¿Y si contratamos matones para que se encarguen de el? Lo estuve sugeriendo desde el primer día en que te ofreció salir por segunda vez— Agregó Sunny bromeando aunque esta situación no tenía nada de graciosa.

—Zoe, en verdad eres patética tomando decisiones—Comentó Abby con una sonrisa de oreja a oreja mientras miraba su teléfono haciéndome sentir mucho peor de lo que estaba— Pero como soy tu gran amiga y siempre voy cinco pasos delante de tí ya conseguí una solución.

Obsession | Park Jimin |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora