Zoe
Durante la mañana todo fue extraño, no sabía a ciencia cierta cómo debía describir la situación durante el desayuno, lo único que se venía a mi cabeza era “tensa” e “incomoda” ya que ese clima pesado y de que todo estallaría con tan solo un muy mínimo comentario de cualquier tipo se podía sentir en toda la casa.
Al entrar al baño para hacer la rutina de todas la mañanas me miré frente al espejo para corroborar si había marca de la bofetada que mi padre impactó en mi rostro, cerré los ojos con fuerza y maldecí entre dientes al notar una mancha -no muy grande considerando la mano de mi padre pero si bastante visible- de color amarillo y morado mezclados.
Apliqué un poco de labial rojo y corrector sobre la marca esperando que se note mucho menos, un truco que Abby me había enseñado luego de que un chico dejara un asqueroso chupón en mi cuello.
Al bajar a desayunar la cosa fue peor, mi mamá estaba mirando un punto fijo en la nada con sus ojos hinchados y con ojeras producto de haber estado llorando toda la noche, mientras que con su tenedor revolvía aún más de un lado a otro su huevo revuelto pero sin probar bocado alguno. Papá por otro lado tenía la vista y la concentración fijas en su teléfono mientras deslizaba su pulgar hacía arriba, disgustado su café entre pequeños sorbos.
Nadie decía palabra alguna, mamá estaba perdida en su mundo y papá y yo ni siquiera nos miramos por error.
Salí de allí no sin antes despedirme con un lejano y seco “adios” a lo lejos que ninguno correspondió, pero no me importa.
Todo era un completo asco, y apenas eran las 7:40am.
En la escuela varios ignoraban la tapadera que había en mí mejilla -y estaba agradecida por ello- mientras que los que pasaban más tiempo junto a mí y estaban más cerca, ósease mis compañeros de clases, se tomaron su tiempo de preocuparse y preguntar qué era eso que intentaba cubrir.
Sunny y Abby eran las únicas que sabían la verdad, a los demás les tocó la versión de que alguien que venía corriendo detrás de mí, posiblemente un ladrón, me empujó a un costado por estar muy concentrado huyendo e hizo que me dé la cara contra un poste que había en el lugar. No sabía si era la mejor de las mentiras y si todos se habían tragado ese cuento, pero al menos sirvió para calmar las incertidumbres de todos al notar de cerca mi maquillaje.
No quería dar de que hablar en el salón sobre si sufro maltrato por parte de mis padres y si necesito ayuda al respecto. Ya era más que suficiente con los nuevos problemas que tenía a partir de todo lo que escupí la noche anterior en un arranque de coraje.
En vez de entrar a clases Sunny, Abby y yo decidimos huir de la escuela ocho minutos antes de que suene la campana y pasar todo un día para nosotras solas, las tres sentadas en el banquillo del parque viendo la gente ir y venir de acá para allá, siendo cubiertas por el viento cálido del verano. Abby disgustando una lata de Sprite, Sunny una de Pepsi y yo un cigarrillo ganándome las quejas de la rubia porque el humo iba directo a su rostro y la hacía toser.
Fue una noche difícil para las tres, Abby durante la cena tuvo una acalorada discusión con sus padres y hermano por aún no tener definido que iba a ser de su vida en un futuro, ganándose el mote de chica irresponsable que solamente le importaba ir de fiesta y beber hasta emborracharse, algo que fue avalado por su hermano al hechar más leña al fuego confesando que en más de una ocasión la vio llegar tan ebria a su casa colgada del hombro de alguna de nosotras dos ya que no podía ponerse de pié.
ESTÁS LEYENDO
Obsession | Park Jimin |
Teen FictionZoe Barton; una adolescente con una vida que se fue poco a poco por la borda luego de un trágico suceso intenta olvidar mediante fiestas y alchol lo problemático que se volvió su hogar y por lo tanto, su vida. Park Jimin; un profesor que aparenta se...