Jimin.
*Horas antes, ese mismo sábado*
Oigo el "toc toc" en la puerta, sorprendido, me pongo de pie y me dirijo hasta la entrada algo confundido puesto que no esperaba la visita de nadie durante el día.
Pero mi sorpresa es mucho mayor al abrir la puerta y ver una figura femenina de brazos cruzados vestida con una remera blanca metida dentro de sus jeans azules, anteojos de sol y su pelirrojo cabello a la altura de los hombros parada en el umbral.
Esto tiene que ser una puta broma, una de muy mal gusto.
—¿Que haces aquí?— pregunté con mofa.
—¿Y todavía tienes el descaro de preguntar eso?— responde igual de molesta, chista con su lengua y me da un empujón con su mano que apenas logra moverme unos centímetros dejando el suficiente espacio para que ella pudiera entrar a la casa.
Se quita los anteojos y mira en cada rincón de la casa con desaprobación, dejando su cartera sobre el sofá mientras suelta un bufido cansino.
Sabía que algún día ella aparecería tarde o temprano por aquí, pero no esperaba que fuera precisamente este día, no cuando tenía un compromiso tan grande dentro de unas horas que ella estaba tirando por la borda con su sola presencia.
—No cambió nada desde la última vez que vine, sigues teniendo el mismo gusto asqueroso por la decoración— habló mientras observaba unos objetos decorativos que tenía sobre el modular de la sala.
—Te lo preguntaré por última vez Roxie, ¿Que haces aquí?— demandé mientras la tomaba del brazo y la obligaba a ponerse frente a mí.
—¿Que hago aquí?— de un tirón se libró de mi agarre— No llamas— levanta su mano mostrando el pulgar, señalando el número uno— No escribes— sigue su dedo índice, el número dos— No atiendes mis llamadas— y finalmente el índice indicando en número tres— No me dejaste más opción que venir aquí y comprobar que sigues vivo.
—Bien, ya lo comprobaste y tus dudas están aclaradas. Ahora vete de mi casa— señalé la puerta con mi dedo índice, ya comenzaba a perder la paciencia y no estuvo aquí más de cinco minutos.
—No. No me iré hasta que tú y yo hablemos.
Su chillona voz con ese tono demandante me ponía los pelos de punta, quería tomarla del brazo y echarla a patadas en el culo de aquí y de paso grabar en su memoria que no se le ocurra volver a poner un pie en esta casa, pero Roxie es demasiado terca e insistente cuando se lo propone, y al parecer hoy no es la excepción.
Pero ese no es mi problema, y nada de lo que tenga que para decirme me interesa aunque sea de vida o muerte, todo de ella me es indiferente.
Me acerqué a ella lo suficiente y me incliné un poco hasta poner mi boca a la altura de su oído, y a mis fosas nasales llegó el aroma del mismo perfume que muchas veces quedó impregnado en mi cuerpo y en mis sábanas.
—Te estuve evitando por meses, no he intentado comunicarme ni una sola vez contigo y en nuestra última llamada te dije que me dejaras en paz. ¿No crees que está más que claro que no me interesa saber nada acerca de tí?— susurré usando un tono hiriente mientras me reincorporo con una sonrisa sin una pizca de gracia.
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Obsession | Park Jimin |
Teen FictionZoe Barton; una adolescente con una vida que se fue poco a poco por la borda luego de un trágico suceso intenta olvidar mediante fiestas y alchol lo problemático que se volvió su hogar y por lo tanto, su vida. Park Jimin; un profesor que aparenta se...